4 | Trabajo

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Ésta pregunta me pilla desprevenida.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Ya lo sabes — responde susurrando.

Y la verdad es que no lo sé. No sé a qué ha venido ésta pregunta y ésto me pone muy nerviosa. ¿Qué se supone que tengo que pensar? Es más, ¿tengo que pensar algo?

Voy a responderle pero veo que ya se ha dormido.

— Mierda — susurro.

Quito la mano de Danny de mi cintura y me levanto con dificultad, ya que el alcohol hace que me maree como un pato, y me acerco a Ashton.

— ¿Aún necesitas ayuda? — pregunto.

— No estaría mal — dice — necesitaría que me ayudases a llevar a Gale en el colchón ese — señala al suelo.

Miro la posición donde está Gale y al colchón. Tampoco hay demasiado trayecto, aunque Gale no es un chico que pese poco ya que está muy fuerte y eso en éstas circunstancias no ayuda que digamos.

Ashton coge a Gale por los brazos y yo por los pies. Lo levantamos y, sorprendentemente,

conseguimos dejarlo al colchón sin chocar con Sky, que no para de hacer el mono arriba y abajo.

— Venga Sky, a dormir — le dice Ashton mientras la coge por la cintura y la lleva a otro colchón.

— Debby cállate — le pido al no poder soportar más el dolor de cabeza que me produce su cantar — ve a dormir allí con Sky.

— ¿Dónde está Gi? — pregunta mientras se sienta obediente en el colchón.

Miro alrededor y no hay rastro de ella.

— ¿Gi? — llama Ashton mientras termina de ordenar un poco su salón por el jaleo que han montado.

Voy hacia la cocina, seguro que está allí picando algo, como siempre que vamos de fiesta.

— ¿Qué comes ya? — le pregunto.

— Estoy buscando galletas — se ríe.

— Anda, hoy te aguantas y ve a la cama ya — le digo como si fuera su madre y la ayudo a llegar a otro colchón que comparte con Ashton.

— Gracias Megan — sonríe Ashton mientras me da un beso en la frente.

— No es nada.

Y dicho ésto, Ashton se estira en su cama junto a Gi y yo me subo al sofá al lado de Danny.

Una vez me he incorporado, noto los brazos de Danny que me rodean la cintura y me acercan más a él.

Despierto por el sonido de un teléfono. Maldita sea.

— ¡Apagadlo de una vez, por Dios! — se queja Debby e interiormente no puedo estar más de acuerdo con ella.

— No es mío — responde Ashton mientras aparece por el salón recién duchado y vestido — ya hace un rato que suena.

— ¿Y por qué no lo apagas? — pregunta con un cierto enojo Sky.

— Porque así no os tengo que despertar yo — sonríe.

Y ha funcionado, ya que todos nos hemos despertado, aunque el único que está en pie es Ashton.

Pasan unos minutos y vuelve a sonar el maldito teléfono. Me levanto cabreada, harta de la musiquita esa. Busco el teléfono que está sonando y una vez lo veo me cago en todo. Es el mío.

Lo cojo y por poco no me quedo sorda.

— ¡¿Se puede saber por qué no me coges el teléfono?! ¡Llevo llamándote toda la mañana!

indecisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora