❝操我❞┇follame, jos⇢jalonso.

Ⅱ

*dedicado a _iQueCursi ♡

Alonso salió de la ducha con una toalla al rededor de su cintura, caminando hasta su cajón, buscó unas bragas que se sintieran lo suficientemente cómodas como para salir a desayunar, sabiendo que Jos estaría preparando el desayuno y su hermano duchándose como todas las mañanas.

Se miró en el espejo de pies a cabeza, sonriendo a su reflejo. Le gustaba lo que veía.

Sin más, bajó las escaleras a paso apresurado, queriendo tener un poco más de tiempo con Jos a solas antes de que su hermano salga del baño.

Lo vio justo ahí, parado en frente de la cocina, dándole la espalda al menor, quien se tomó todo el tiempo que quiso para apreciar la hermosa espalda de Jos, que por el momento se encontraba sin ninguna tela por encima.

"Buenos días, Jos" habló Alonso una vez que estuvo completamente metido dentro de la cocina.

"Buenos días, Alon-" Canela se cortó a sí mismo al ver la poca ropa que llevaba Villalpando cubriendo sus partes más íntimas. Atragantándose con su saliva, volvió a hablar. "Buenos días, Alonso"

"¿Te gustan mis braguitas, Jos?" preguntó Alonso con el tono más infantil que pudo, agitando sus largas pestañas.

"Este... Sí... Son bastante..." Se tomó un tiempo para pensar han frase que no implique algo sexual o cómo sentía que su pene crecía con solo verlo de esa manera. "... Llamativas..." finalizó.

El menor frunció el ceño antes las palabras de Canela. Él no esperaba eso, esperaba algo como sexy o caliente quizá. Pero no llamativas.

"¿Llamativas?" Casi escupió la palabra con algo de desprecio. "¿De verdad, José?" Rió un poco comenzando a acercarse a el ojimiel lentamente. "¿A caso no te parecen calientes?"

Canela dejó de respirar por un momento, observando sin escrúpulos al ojiazul. Esa era la palabra exacta que creía Jos para cómo se veía el niño. Perdió la cordura por unos momentos, contestándole:

"Esas malditas bragas te hacen ver tan caliente que quiero arrancartelas con los dientes y después joderte contra esta mesada"

Dijo sin más, avanzando hasta al menor, haciendo que éste retrocediera los pocos pasos que había avanzado, chocando su espalda contra la pared de la cocina.

Alonso sonrió inconscientemente, mirando los ojos mieles de Jos, después pasando sus delgados brazos por los hombros del mayor. "¿Y por qué no lo haces?" Habló con un tono dulzón.

"Te aseguro que-" se volvió a cortar en el momento que escuchó los pasos de Esteban bajando las escaleras apresuradamente, sus zapatos de vestir sonando contra el piso de madera. Alejándose lo que más pudo de Alonso, miró la puerta de la cocina en el momento exacto que Esteban pasaba por ahí. Parándose en medio de los dos, mirando a uno y luego a otro.

"¿Todo bien?" inquirió curioso, mirando después a su hermano.

"Todo más que bien, hermanito." Habló dulcemente Alonso, mirando al mayor por sobre el hombro de su hermano, guiñándole uno de sus ojos azules.

Canela negó con su cabeza, para luego darse la vuelta, dándole la espalda a los dos hermanos, pasando sus manos por su rostro. ¿Qué carajo estaba haciendo?

(•••)

José golpeó su frente contra la mesa del minibar, haciendo que su café se tambaleara un poco por el repentino movimiento.

"¿Y ahora a ti qué te pasa?" Preguntó divertido Freddy, uno de sus otros mejores amigos, además de Esteban. Pero no sería bueno hablar con él sobre las ganas incontrolables que tenía de follarse a su hermano.

"Estoy frustrado sexualmente" dijo levantando su cabeza, apoyando su mentón en la palma de su mano.

"¿Qué pasó? ¿La pequeña princesita de Alonso te dejó duro otra vez?" Volvió a preguntar el rizado, como si le estuviese hablando a un bebé.

"Claro que no, idiota" Rió irónico como si lo que acababa de decir fuese una estupidez.

Freddy lo miró seriamente, levantando una de sus cejas. "José, ese niño te traes loco desde que se mudó con ustedes, a mí no me engañas" Canela frotó su cara con sus manos, suspirando frustrado.

"Es que el mocoso me la hace tan difícil" habló para luego tomar un trago de su ya frío café, haciendo una mueca. "Se pasea por todo el departamento con unas jodidas bragas" Casi gritó. Tomó la cara de Freddy entre sus manos para luego acercarlo a él. "Jodidas bragas adentro de su jodido culo" escupió cerca en la cara de su amigo.

El rizado limpió dramáticamente la saliva que había caído sobre su rostro haciendo una mueca de asco. "Ya entendí" respondió. "¿Por qué no te lo follas de una buena vez? Por ahí y se te baja un poco la calentura" concluyó encogiéndose de hombros, tomando un poco de su té.

José lo miró incrédulo. Como si todo fuera tan fácil, pensó. "Alfredo, no puedo joderme a Alonso cuando su hermano es mi mejor amigo" respondió. "¡Es mucho menor que yo! Puedo ir a la cárcel por eso, ¿sabes?"

"Ay por Dios, José" contestó Leyva algo frustrado. "No seas tan exagerado, joder. Si el mocoso quiere que lo folles, ¿cuál es el maldito problema? Ya éntrale de una vez para sacarte toda esta frustración"

El ojimiel pensó lo que su amigo había dicho unos segundos. Tenía razón, si el niño quería que se lo jodiera, ¿por qué se hacía tanto problema? De igual manera, se sentía mal por tenerle ganas a un niño de dieciséis años y para colmo el hermano de su mejor amigo. Pero ya que... El mocoso lo provocaba, en algún momento durante el hospedaje de Alonso en su casa iba a suceder.

"Tienes razón" Dijo. "Me lo voy a follar" asintió sonriendo. Freddy rió negando con la cabeza, tomando un poco de su té, comenzando a hablar de cómo le gustaría pedirle matrimonio a su ya novia de hace varios años. Jos estuvo de acuerdo, bromeando sobre que él había pensado en pedirle matrimonio a Alonso.

"En verdad tienes los ojos de tu madre" habló Freddy después de un buen rato de mirar los ojos del pelinegro.

"Lo sé" sonrió arrogante.

"¿También usas su rímel?"

"Eres un idiota, sabes que me cag-"

El celular de Canela sonó en su bolsillo cortándolo, lo sacó y frunció el ceño leyendo el mensaje y todo lo que había reflexionado hace un momento, se fue a la mierda.

Esteban:

Escucha, bro, ¿podrías pasar por Alonso a la escuela? Se me ha hecho tarde y no llegaré. Eres el único que confío para cuidar a mi hermanito.

Volvió a pegar su frente contra la mesa, suspirando. No le podía hacer eso a su amigo. De una forma u otra, alejaría al mocoso lo más posible.

GÜEY, necesito una amiga *inserta corazón roto*