❝操我❞┇follame, jos⇢jalonso.

Ⅸ

*antes que nada, ¿alguien me recordaría a quién le debo dedicación? eran muchas y se me olvidó:v. ahora, disfruten, chequetas, que ya viene lo bueno( ͡ʘ ͜ʖ ͡ʘ)

Jos creía que su pene no podría estar más erecto.

Alonso se había refregado contra él un poco más antes de que Esteban bajar por las escaleras ya vestido. Y ahora estaba ahí, con su pene como un asta y con un cojín entre sus piernas para que no se le notara demasiado.

Pero parecía que Esteban tenía otros planes, porque todavía seguía ahí; tirado a un lado de Jos en el sillón, el celular en manos y su mentón recargado en una de sus palmas. El mayor sentía que su polla en cualquier momento podría estallar, y Esteban parecía no darse cuenta de ello. O tal ve sí y por eso tardaba tanto en irse. No lo sabía, pero quería que se largara de un buena vez para que pudiese estar con Alonso en paz.

"Y... ¿Cuánto falta para que te vayas?" Le preguntó el de cabello azabache impaciente. Realmente le dolía muchísimo su erección, y parecía que el pelirrojo disfrutaba de ello ya que se encontraba en la cocina comiendo una banana provocativamente. Y a pesar de que le hiciera señas desde el sillón para que se quedara quieto, pero simplemente no estaba en los planes del niño hacerle caso. Alonso sonrió con la fruta entre sus labios al escuchar a Canela tan ansioso.

"No lo sé..." Murmuró Esteban con la vista pegada en el celular. "Ahora no sé si saldré; Raquel no me contesta"

"¡Carajo, Esteban!" Le gritó Jos, ganándose una mirada de su amigo. "Quiero decir," se aclaró la garganta, sintiéndola un poco ronca por la excitación: "Ve a buscarla, quizá se le apagó el celular o algo"

"Sí, no lo sé..." El rubio lo miraba con los ojos entrecerrados, queriendo saber así qué le sucedía. "¿Por qué tan apurada con que me vaya?" Preguntó, apoyando su brazo en el respaldo del sillón, acorralando a Jos.

"Porque..." Buscó una excusa en su cabeza que fuera coherente. "Porque si quieres tener una relación seria con ella tienes que ser atento... Sí, eso" Y para que pueda partirle el culo al fin a tu hermano.

"Sí, tienes razón" le dijo después de unos segundo de haberlo observado. Su teléfono sonó, captando la atención de Esteban de nuevo. Pero no se movió del sillón.

Jos bufó cansado y excitado, cruzó sus piernas aún con el cojín entre éstas. Bajó la mano por debajo de la almohada, sintiendo su pene a punto de estallar, lo acarició para calmarlo y miró al de ojos azules, quien seguía comiendo su banana. Sus mejillas estaban rosadas y tenía un leve bulto entre sus piernas, y entonces el mayor quiso tomarlo ahí mismo. Se paró del sillón aún con el cojín en su entre pierna y luego verificó que Esteban no lo observara para soltarlo y salir corriendo directo al baño.

Alonso lo observó correr y sonrió. Tiró la cáscara de la banana para luego subir tras del mayor. Encontró al ojimiel dándole la espalda con sus manos apoyadas en el lavamanos. Lo abrazó por detrás y le susurró burlesco:

"¿Desesperado?"

Jos se sobresaltó con la voz dulce y sensual del menor. Dio media vuelta para tomar a su niño por la cintura y dejarle un beso que lo dejó sin aliento.

"Necesitas calmarte" le dijo contra sus labios, mordiendo y besándolos de nuevo.

"Es divertido verte así de desesperado" contestó sonriendo. Entonces tomó la erección del mayor contra su mano, dándole un apretón, dejándolo sin aliento. "Y yo creo que necesitas atención" murmuró con un leve puchero. Dio otro apretón disfrutando las reacciones del pelinegro. Podía sentir su propio pene creciendo por las ganas de tomar el sexo de Jos entre sus labios.