Narra Andrea
-¡Hey! ¿Que hay? -le digo divertida, al contrario que él, que frunce el ceño y me mira serio.
-¿Que te has comido? ¿No te habrás comido un brownie, verdad?
-¡¿Pero se puede saber que haces con los brownies?! Para una vez que quiero ser simpatica...
-Les pongo maria. No te los comas.
-Pues voy a comerme lo que me de la gana.
-Mi pene. -Sugiere.
-Mas quisieras.
-Oye. Qué te han echo esos capullos. Estas rara. Y no me gusta, ya tengo suficiente cuando estas bien como para que te vengas a casa drogada.
-¡Y dale! ¡No estoy drogada!
-Todos dicen lo mismo.Rodé los ojos, y me fui a la habitación, no me habia dado cuenta, pero ya era bastante tarde, bueno, lo suficiente como para dejar de hablar con él.
Al despertar me lo encontré a mi lado como siempre. Hoy es lunes, a si que tengo que ir a trabajar, no es el mejor trabajo, pero no se esta mal.
Me levanté y fui a darme una de esas duchas mañaneras, por lo demas hice mi rutina de cada mañana y fui a trabajar.
Lo que mas me molesta es que siga haciendo de las suyas, ya es mayorcito como para usar la cabeza, yo, en cuanto tenga el suficiente dinero como para irme a una casa que me convenza me mudaré.
Odio a esa gente que viene a provarse varios zapatos, te hace buscarles varios numeros, y luego se va sin comprar nada, yo a estos los llamo microbios, estan ahi, y te dan de por culo, pero no puedes hacer nada para echarlos, lo mejor es esperar a que se vayan solos.
Al acabar mi jornada salí y como Christopher prometió, estaba allí esperandome, al vernos nos sonreimos en forma de saludo, me dirigió hasta su coche y, agradezco que no me haya abierto la puerta de este, a muchas chicas le hubiese gustado, pero sinceramente, bajo mi punto de vista, es anticuado, no digo que un poco de caballerosidad de vez en cuando no venga mal, pero tampoco hay que pasarse. Si lo haces habitualmente ¿dónde esta la gracia?
Sin darme cuenta ya habiamos llegado al bar-restaurante, por lo cual pedimos de comer.
Mientras comiamos hablabamos de temas triviales.
A la hora de pagar, estuvimos insistiendo, yo en que yo pagaria esta vez y él al contrario, que él queria pagar. Al final, cada uno pagó lo suyo, pero me hizo prometer que el me pagaria la entrada y las palomitas del cine ya que él era quien me habia invitado, un acuerdo que tuve que aceptar.El cine quedaba cerca del bar-restaurante donde habiamos comido, a si que decidimos ir a pie, ya que era muy probable que nos costase encontrar aparcamiento si ibamos en coche.
Una vez allí esperé en la cola de las entradas mientras él compraba las palomitas y algo de beber. Habia bastante gente.
Ya compradas las entradas nos dirigimos a la sala en la cual iban a proyectar esa película. Tubimos suerte en encontrar dos asientos juntos a buena distamcia de la pantalla.Y empezó.
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The King
FanfictionAndrea Scott, es una adolescente a la cual le pasaran cosas varias a medida que va conociendo a gente. ¿Será, Andrea, feliz?