Cristina es una chica que a menudo vive metida en sus pensamientos,tiene dos grandes amigos pero no tiene familia. Se crío con su tía y con la madre de su mejor amiga.
Ella oculta secretos,secretos que nadie conoce.
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Caminaba aquel cuatro de Julio por las calles de Madrid como quien camina por su casa con pies descalzos y en bata cuando me pareció oír que alguien pronunciaba mi nombre;pero mis piernas y el resto de mi cuerpo no reaccionaron a virarse hacia atrás,como si mi propio cerebro me estuviera creando alucinaciones.
Fue entonces cuando al abrir los ojos él se plantaba delante de mí de la misma manera en que uno ve una estatua cuando ya se a chocado con ella,me asusté.
¡cristina! Te he estado llamando, contestó Julio exhausto de tanto gritar.
L-lo siento Julio,estaba absorta en mis pensamientos y no te he oído;tartamudee levemente.
¿qué pasa?
Es gema, creo que necesita tu ayuda. Ven.
Él tiraba de mi mano insistente con una preocupación en su rostro, mi cerebro y yo estábamos tan descoordinados en aquel instante que apenas sabía que estaba pensando.
Julio,cuidado,me vas a hacer daño.
Lo siento... ya hemos llegado;respondió con la voz algo quebrada.
Había una puerta dorada y enorme con dos enormes dos pomos dorados,apenas alcanzaba a llegar al pomo de puntillas,pero no hizo falta,en aquel preciso instante en el que mi cuerpo rozo la puerta esta se abrió. Había un extenso pasillo sin ni una luz alumbrando para no chocar con las paredes,como si de una mansión abandonada se tratase.
Al fondo estaba Gema,llorando sobre un enorme colchón que estaba tirado sobre el suelo,mugriento... Me senté a su lado intentando ponerme de acuerdo con mi cerebro para atinar a consolarla,pero no pude... Se me atragantaban las palabras,al contrario que a Julio:
- Gema dile lo que ha pasado,a lo mejor ella puede ayudarte.
Fue entonces cuando entre lágrimas ella consiguió contarme lo que resultó ser su peor pesadilla.
