CAPITULO 1

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Santiago de Cali, Septiembre de 1995

Son las siete en punto de la mañana, entro corriendo a mi nueva aula de clases. Empiezo décimo grado y este año voy a estar en un curso diferente al de mi mejor amiga Manuela, amiga de aventuras y de vida. La encuentro esperándome... llego tarde, pero sé que ella no ha perdido el tiempo y ya tiene cosas que contarme de los compañeros que han ido llegando.

-Hola Manu! - La saludo con un enorme abrazo y un beso en la mejilla.

- Hola Vale! Llegas tarde. Viste al nuevo bombom del colegio?

- No Manu, vine corriendo hasta aquí porque estabas esperándome. Me ha cogido la tarde y mi papá empezó desde ya la cantaleta... que si así empiezo el primer día, como será el resto del año? Y una cantidad de cosas... Bueno, ¿Quien es?

- Ufff!!! si lo ves te quedas sin aliento. Debe tener unos 18 o 19 años. Es el hijo de la profesora de química y biología, la Sra. Martínez. Entra a grado once.

- Bueno, Manu, nos vemos en el descanso. Vas a llegar tarde a clase.- La miro y le hago una mueca de dolor.

Es fácil empezar el año, por ahora todos los profesores están dando los programas que nos dictarán durante todo el curso. Y me devuelvo en el tiempo a las maravillosas vacaciones que pasé junto a mi familia en la playa. Adoro esa casa en San Andrés Islas, gracias a mis abuelos que pensaron que la familia alguna vez crecería y que sería una buena idea que todos pudiésemos estar juntos.

Llega el primer descanso y voy en busca de Manuela, no la encuentro en su salón y me dirijo a una de las cafeterías que hay en la planta baja del colegio. Me encuentro con mi hermano mayor, Roberto, es adorable, nos entendemos muy bien y pasamos mucho tiempo juntos. Tenemos los mismos amigos que son muchos porque él está en once y yo en décimo grado. Creo que es la primera vez en la historia del colegio que no va a haber rivalidad entre los grados sino una gran fraternidad.

Roberto, está de espaldas a mí y no me ve, pero cuando saludo a todos, inmediatamente se levanta y me saluda.

-Vale, ¿qué tal tu clase? ¿Te sentiste muy solita sin Manu?- y me hace morritos. Pero la verdad es que Manuela y yo somos inseparables. Me río ante su comentario y no hago referencia a él. Me siento donde estaba Roberto y aparece el nuevo compañero, Roberto como es de educado, me lo presenta inmediatamente:

- Fernando, te presento a mi hermana, Valentina. Ella está en décimo. - Fernando me mira, y cuando hay contacto visual hace un gesto fugaz, es como si hubiese leído mi pensamiento. Creo que solo lo vi yo. Mi hermano dice a continuación:

- Vale, él es Fernando Gómez, nuestro nuevo compañero. Entró a once con nosotros y está en mi curso. Me nombraron padrino, lo puedes creer? Que cursi.

Mi amiga Manuela está en lo cierto. Fernando es un bombonazo, tiene una cara bien perfilada, ojos miel y las cejas que los enmarcan son perfectas, angulares y tupidas pero no muy anchas, nariz recta y una boca... una boca muy provocativa, su piel es trigueña, al parecer le gusta tomar el sol. Cada vez que ríe se le mueve la manzana de adán, muy sexy. Tiene una espalda ancha, se ve que hace mucho ejercicio. Y tiene cara de malote.

Fernando se queda mirándome y dice: - Encantado, todos me han hablado de la hermanita de Roberto pero imaginé que estaba en jardín... - sonríe.

-Hola Fernando, bienvenido.- logro decir.

Seguimos hablando y haciendo planes para el fin de semana y yo creo que hicimos planes hasta por tres meses. Nos reímos y recordamos lo que hicimos en las vacaciones. Llegó Manuela e inmediatamente me la llevé para que alcanzáramos a comer al menos una fruta.

En la tarde después de clase, estábamos en casa, Roberto y yo hablábamos sobre nuestros planes y lo que debíamos decirle a nuestros padres; siempre estábamos sincronizados porque si nos preguntaban algo que alguno de los dos no sabía, nos dejaban en la casa.

ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora