CAPITULO 5

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Han pasado ocho días desde el incidente de Roberto y no sabemos donde está Laura. La señora que me contestó el teléfono cuando llamé el domingo, que al parecer era la que se encarga del aseo de la casa de ella, no supo darme razón. Solamente dijo que no estaba y que no sabía a que hora llegaría.

Mis papás están muy preocupados por el comportamiento de Roberto, menos mal que Fabián es de la familia y que los padres de Santiago y los míos son muy amigos; de no ser así, los problemas serían más graves de lo que son ahora. Dicen que nos podían haber demandado, pues Fabián estará incapacitado por lo menos un mes por todas las lesiones. Todavía no saben que Laura estaba con ellos. Y una de sus conclusiones es que Fernando es mala influencia para nosotros.

Estoy haciendo un trabajo de química y mi papá me llama para hablar, me dice que vaya a su estudio. Voy inmediatamente. Entro, él está sentado en su escritorio, mamá detrás de él y mi hermano de uno de los 2 sofás que están frente al escritorio. Veo la espalda de Roberto, está muy tenso. Me dicen que entre y me siente en el sofá contiguo a Roberto. Lo miro pero él no me mira. Me falta ese contacto visual que usualmente me tranquiliza cuando estamos en problemas.

-Me han llamado los padres de Laura.- empieza mi padre –Están muy preocupados- Esperan a que digamos algo. Nos quedamos en silencio, yo estoy esperando que me den más información. –Creen que está relacionado con lo que pasó el sábado.-

-¿Qué está relacionado?- Pregunto. Hablan en clave como si yo supiera de que están hablando. Deben suponer que Roberto me cuenta todo lo que hablamos, porque siempre ha sido así, pero me ha tenido excluida de todo este tema. Mis padres hablan a diario con él pero lo que me cuenta es muy poco. Me miran pero no dicen nada. Roberto rompe el silencio:

-¿Cómo lo podríamos saber?-

-Pues cuéntanos que pasó en la fiesta. Fiesta que no estaba autorizada por los padres de Laura.- Dice mi madre.

-¿Y nosotros como lo íbamos a saber? Los padres de Laura nunca están y la empleada nos preparó lo que le pedimos como hasta las ocho. Supuse que no había problema. Ella no mencionó nada. – Digo. –¿Qué es lo que está o puede estar relacionado con la fiesta?-

-Laura no quiere hablar con nadie ni salir de su cuarto. Quiere cambiar de colegio o irse del país. Roberto dinos, por favor. Has sido muy buen amigo de ella.- Dice mi madre. ¡Laura está en su habitación! Pensé que estaba perdida. Otra vez silencio y tensión –Piensen si hubo algo raro... algún comportamiento fuera de lugar, pelea... no sé, pudo haber habido algo. Es importante, tal vez podamos ayudar.-

-No sé porque está así- Dice Roberto.

-He repasado la fiesta varias veces en mi mente y recuerdo que todos estábamos contentos, lo normal.- digo. Mi hermano me mira pero hay algo que no veo, algo lo ha cambiado.

Los mellizos interrumpen en el estudio pidiendo a gritos su merienda. Pareciera que se fueran a morir de hambre. Mi mamá les sonríe y dice que la esperen en la cocina que en seguida va.

-Sigan con sus tareas.- Dice mi padre, dirigiéndose a nosotros, y mi hermano y yo nos levantamos.

Subo detrás de Roberto por las escaleras a la segunda planta. Se dirige a su cuarto y cierra tras de él. Lo sigo y me quedo mirando la puerta. Necesito hablar con él y que me cuente que es lo que está pasando. Por la cara que tenía él debía saber que Laura estaba en su cuarto y no desaparecida. Me arrepiento, es él que me debería contar sin que yo pregunte, últimamente él ha estado muy callado y distante. Me dirijo a mi habitación.

Me siento en el sofá que tengo al frente de mi ventana y miro hacia afuera. Vuelvo mi mente a la noche en cuestión, claro que hubo cosas fuera de lo normal, hubo sexo, antes nunca lo había o por lo menos no eran tan evidentes. Pienso en el encuentro de Fernando y Laura, los ojos de él mirándome en un momento tan íntimo, parecía que no le importaba lo que sentía su compañera. Y luego, Roberto con esa mujer, quiero saber quien era. Pienso, pienso, pienso, recuerdo quienes estaban en la zona de la piscina cuando entré, en la silueta agachada al frente de mi hermano, el pelo y su color que fue lo que alcancé a ver y... es Laura! Esa es mi conclusión. Es increíble. Con dos chicos la misma noche!

Me levanto y voy al cuarto de Roberto, entro sin tocar. Está al teléfono, y cuando se percata de mi presencia, cuelga la llamada.

-Tú dirás- me dice cortante.

-Sabías que no estaba desaparecida y no me dijiste nada!- digo en tono acusador –Sabías que estaba preocupada por ella y no te importó! ¿Qué te pasa? Somos hermanos, estuve esa noche contigo y también estoy en problemas por ti. Soy un efecto colateral de tu comportamiento. – Estoy descontrolada.

-Vale, cálmate-

-¡No! ¿Laura iba o no iba con uds en la SUV cuando ocurrió el accidente?- Pregunto. No dice nada. Baja la mirada.

-Vale, no quiero involucrarte en esto. Es feo. Sé que he obrado mal y quisiera contarte porque siempre has sido mi apoyo pero si lo hago te involucro y ahí sí vas a estar en problemas. Hasta ahora mis papás han creido que no sabes nada de nada. – Bueno me perdí...

-Pero es que no sé nada de nada! ¿Cómo así? ¿Nada de qué?- contraataco.

-Es mejor así...- Me acerco a él que está sentado en su cama.

-No, Roberto. Siempre he sido tu confidente y ahora eres todo un extraño, como me miras, no me cuentas nada. En los descansos del colegio me evitas. Todo el tiempo estás con Fernando. Dime que pasa, por favor.

-Lo siento, Vale. Eres muy inocente y quiero que eso siga así. Mis papás no saben nada, solo hacen suposiciones. Y por eso nos confrontan para saber si tú sabes algo o no.

-Pues es que no sé de que me hablan. Para mí fue una fiesta como cualquier otra a la que hayamos ido. Ahora resulta que es un problema que no llegué a casa contigo... ¿Es por eso que estoy en problemas?

-No seas ridícula, eso lo has hecho muchas veces. Mentiste, por eso tú estás problemas. Mis problemas son otros. Ahora, sal de mi cuarto que tengo que hacer una llamada.


ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora