CAPITULO 8

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Pasan los días y todo sigue igual, no hay avance. Mi hermano trata de que no se le note lo mal que está, per se aisla, no se soporta. A veces pienso que debe estar entrando en una depresión, sus mejores amigos, los de toda la vida no le hablan. A Fernando todo le vale lo mismo. Laura no ha vuelto al colegio, parece que está muy triste, sigo visitándola y trato de hablar con ella pero cuando voy a tocar el tema lo cambia o me dice que no quiere hablar de eso. Está buscando colegio para cambiarse u otra opción para poder presentar las pruebas de estado y seguir con su vida escolar y próximamente universitaria de manera normal y sin interrupciones.

Yo finjo que nada me afecta y empiezo a estudiar minuciosamente el comportamiento de Fernando, sus gestos, sus gustos, sus expresiones, las muletillas que usa al hablar, la ropa que usa; en fin todo lo que tenga que ver con él. Es más me acerco más a la profesora Martínez, con el fin de saber un poco más de su vida familiar. No me deja saber mucho solo que ha sido muy conflictivo desde que entró a la adolescencia y que su padre no le habla por algo que él hizo, pero no sé que.

Fernando es todo un galán, se ve fuerte, tiene todos los músculos del cuerpo marcados, camina de una manera muy segura que atrae todas las miradas. Es caliente. Su mirada es profunda y cuando te mira te hace temblar y desear cosas.

Con el tiempo me acostumbro a su presencia, trato que su cercanía no me afecte tanto y finjo naturalidad. Visito su casa con frecuencia porque me he vuelto la monitora de Química, y la profesora Martínez me pide que le apoye en muchos trabajos. Es una locura, pero he de hacerlo si quiero ayudar a mi hermano.

En diciembre todo es fiesta. Pero mis papás nos restringen mucho para que no nos pasemos de la raya que ellos mismos nos han impuesto. Eso no importa, tratamos de divertirnos, aunque Roberto siempre se pone triste porque falta alguien y en parte es por su culpa. Hacemos toda la novena de aguinaldos, muy típica de Colombia. Todos los días, durante los nueve días, nos reunimos en una casa diferente de nuestros amigos y rezamos la novena al niño Dios por su nacimiento; luego se vuelve fiesta aunque entre semana la hora en que debemos regresar a casa es temprano, nos divertimos montones. Ya estamos disfrutando de las vacaciones y se acerca nuevo año.

El 24 de diciembre llega y con él los regalos, pasamos la fecha con la familia de mi mamá y entre ella están mis mejores amigas Antonia y Juana. Compartimos los regalos, los destapamos y disfrutamos. Todos los años es así, mis padres deciden que fechas comparten con cada familia, porque siempre dicen que juntos pero no revueltos, todos nos llevamos bien, dicen que es mejor así. Mi padre nos regala dos computadoras. Es toda una novedad. Estamos muy emocionados. La cara de mamá es indescriptible, quería una desde hace rato.

Debido a todos los acontecimientos de este segundo semestre del año, mis padres deciden pasar en casa el año nuevo, al parecer las relaciones entre mis padres y mis tíos están delicadas por el accidente en el que Fabián salió herido. Él se ha recuperado y ha recuperado en parte su memoria, todavía tiene vacíos sobre todo de lo que ocurrió en ese momento. Fabián ha perdonado a Roberto pero se mantiene alejado por su amistad con Fernando. Santiago, hace lo mismo, se mantiene alejado cuando Fernando está presente, pero visita constantemente a su amigo en nuestra casa. Los mellizos están tristes porque no van a divertirse como siempre, pero hombre! Ellos siempre encuentran la manera de divertirse, así sea a costa de los demás.


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⏰ Última actualización: Jul 25, 2016 ⏰

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