CAPITULO 4

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Me cuesta mucho levantarme, me siento muy cansada... como si hubiese hecho 50 piscinas sin parar. Recuerdo que ayer estuvimos en la casa de Laura, vienen a mi mente muchas imágenes desagradables que prefiero no recordar. Miro el reloj, son las 10 de la mañana. Espero un rato y me levanto. No me han llamado para desayunar.

Me dirijo a la cocina y veo a mis padres con Roberto que está con la misma ropa de ayer y el pelo revuelto. Están discutiendo. Retrocedo lentamente para que no me vean, pero mi suerte está echada... ambos voltean al mismo tiempo y me ven!

-Vale, ven.- me dice mi padre con voz muy seria.

-Buenos días – consigo decir. No me contestan, solo me miran. Tengo dos pares de ojos encima de mí y empiezo a ponerme colorada. Mi hermano no me mira.

-¿Qué pasa?- Logro decir

-¿Dónde estabas anoche?- me pregunta mi mamá

-En casa de Laura, mamá. Todos fuimos ahí.– contesto. –¿Por qué? ¿Ocurre algo?

No me dicen nada, solo miran a Roberto, y cuando me acerco y puedo ver bien la cara de Roberto, veo que tiene un morado en el ojo derecho y el labio partido para ese mismo lado.

-¿Que te pasó? – Digo alarmada. No dice nada y no me mira. –Rober, que te pasó? Quien te hizo eso?- No hay respuesta. No me habla ni me mira... Miro a mis papás que no me dicen nada. Hasta que papá dice:

-Valentina, déjanos a solas con tu hermano, estamos hablando con él. Luego hablaremos contigo. – se dirige a mí con un tono seco que no admite réplica. Subo a mi habitación y empiezo a pensar en los acontecimientos de ayer para ver si encuentro alguna pista de lo que le pudo pasar a mi hermano. Nada, no recuerdo nada raro.

Mi madre entra en mi cuarto y empieza a hacerme preguntas, está distante y la veo malhumorada, para que esté así es porque algo muy grave tuvo que haber pasado.

-Valentina, necesitamos que nos hables con la verdad.- dice mi madre.

-Claro, mamá. Pero estoy preocupada, ¿Roberto está bien?- pregunto.

-No lo sé... - parece afligida. –Está actuando muy diferente a lo que es él...- me dice y continúa -Dime la verdad... ¿Fueron a la fiesta de Laura?

-Sí mamá.- Contesto inmediatamente

-¿Estaban los padres de Laura?

-No lo sé... no los vi- Es verdad que no los vi, pero es que cuando vamos a la casa de Laura, nunca los veo.

-¿Había licor? Y no te estoy hablando de cerveza.

-Mamá...

-Valentina, dime la verdad. Si no me la dices tú y me entero por otro lado va a hacer peor para ti.

-¿Por qué peor para mí? ¿Qué he hecho yo?

-Dejar tomar licor a tu hermano sabiendo que debe conducir.

-¿Me puedes decir que pasó?

-Primero contéstame.

-Sí, había licor además de cerveza. Pero cuando salí de la casa estaban bien, no estaban borrachos.

-¿Cómo que cuando salí de la casa? Explícate. – Me exige mi mamá. Ellos creen que Roberto me trajo. ¿Qué hago? Como dije mi suerte está echada...

-Pues...

-Valentina, explícate! O estarás castigada por el resto del año escolar- ¿QUÉ? ¿Tan grave es? Trago saliva y la miro con los ojos entornados. Me está asustando... y yo no he hecho nada.

-Valentina, estoy esperando... necesito saber hasta dónde llega tu responsabilidad.

-¿De que me estás hablando, mamá?

-Estoy esperando.

-Bueno, está bien. Yo tomé un taxi con Manuela, Antonia y Juana. Me vine directo para la casa, primero dejamos a Manuela, luego me dejaron y Antonia y Juana siguieron. ¿Me puedes decir que pasa?

-No. ¿Por qué se vinieron en taxi?

-Porque Roberto estaba entretenido y no quise molestarlo. Sabes que a veces hacemos eso. El taxi lo pedimos por teléfono y confirmamos la placa. No he hecho nada malo...

-Tu hermano ha estrellado la SUV contra un árbol, lo acompañaban Fabián, Santiago y ese Fernando. Al parecer estaban muy borrachos y tu primo... - la interrumpo

-¿Qué le pasó a Fabián? Dime

-Hija, Fabián tuvo una contusión leve en la cabeza y tiene amnesia parcial, no recuerda nada de lo que pasó en la madrugada. Además de golpes severos en varias partes del cuerpo- ¿No sabe lo que le pasó? Y continúa -Santiago tiene el brazo izquierdo fracturado y a Fernando no le ha pasado nada. Necesitamos saber que pasó y como pensábamos que te habían dejado supusimos que tal vez habían ido a dejar a las otras niñas, pero ya sé que no fue así. -

Se levanta, se va y cierra la puerta al salir.

Tengo una incertidumbre muy grande al no saber que pasó. Luego de un rato de estar acostada en mi cama pensando y repasando cada cosa que hicimos y dijimos, incluso de las que no me quiero acordar, llego a la conclusión que no hay nada fuera de lo normal. Sin embargo, Roberto ha cambiado mucho desde que conoció a Fernando. Evita estar conmigo y mis amigas.

Oigo que la puerta de la habitación de mi hermano se cierra e inmediatamente corro hacia ella. Necesito tener información. Toco a la puerta.

-Vale, no quiero hablar...- dice desde adentro, sin abrir si quiera la puerta.

-Rober, déjame entrar. Háblame... ¿cómo te puedo ayudar?

-Ja! Ayudar? Ya me ayudaste lo suficiente diciéndole a mi mamá que te fuiste porque yo estaba "entretenido". Así que aparte del problemón en el que estoy metido por el carro, ahora súmale el hecho de haber dejado a mi "hermanita" irse en taxi con sus amigas a la 1 de la madrugada. Así que no gracias, no quiero tu ayuda. Eres demasiado cotilla.- Me ha llegado al alma todo lo que dijo... y lo dirá por lo de ayer?

-Lamento el mal momento que estás pasado, solo intento ayudar. Espero que todo se solucione. Es la primera vez que no me abres la puerta. Rober, ¿qué pasa?- Me abre la puerta. No me contesta. Al cabo de un rato decido irme pero entonces dice:

-Pasa – se sienta en la cama y me invita a sentarme. –La embarré, bueno? Metí la pata lo más profundo que pude. – Un silencio y luego de un rato me dice: -Bebí demasiado y decidimos ir a dar una vuelta. No recuerdo mucho. Todos se habían ido y Laura vino con nosotros.-

-¿Laura? Mamá no habló de ella... solo mencionó a Santiago, Fernando y Fabián. –

-Exacto, Laura no aparece... pero mis papás no lo saben. Solo saben lo que han visto y lo que les dijeron en el hospital-

-¿Hospital?- Pregunto

-Sí, Vale. Todos llegamos al mismo hospital, pero nunca trajeron a Laura. Estoy vivo de milagro. Lo de Fabián. Por Dios!!! – se coge la cabeza y sus ojos se llenan de lágrimas pero no logran salir. Se contiene. –Y vieras el carro, papá está furioso!-

-Rober, él está furioso por tu comportamiento, no por haber estropeado un buen carro.

-Claro, tú tan incisiva y con ese humor negro que te caracteriza. JA!-

-Bueno, perdón. Pero es verdad.- no dice nada. -Llama a la casa de Laura o quieres que llame yo?-

-Buena idea. – me dice.


ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora