CAPITULO 3

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Es sábado. Tenemos planes con Roberto. Cuando bajo al comedor para el desayuno que ya me han anunciado que está listo, me llevo tremenda sorpresa! Fernando está en mi silla, al lado de los mellizos, Luis y Felipe. Saludo a todos y a papá y mamá les doy un beso en la mejilla.

Fernando me mira divertido y pasea sus ojos por mi cuerpo. Por Dios! No sabía que había dormido aquí! Estoy con el pelo revuelto y con mi pijama de ositos. Debe creer que sigo siendo una niña, pero me encanta esa pijama; es más me encantan todas mis pijamas que son por el mismo estilo de esta que estoy llevando. La tela es de algodón. Es una bata angosta que llega hasta la mitad de mis muslos.

El asunto es que ayer mis padres le prestaron a Roberto el carro para que dejara a mi primo y sus amigos en sus casas, entre ellos estaba Fernando, pero ahora él está en casa sentado al lado de los mellizos y al frente mío desayunando...

En la tarde, salimos Juana, Antonia, Manuela y yo al centro comercial, nos vamos de compras. Quiero un vaquero que vi el otro día de un azul petróleo y tal vez una blusa que le haga juego... pero que estoy diciendo? Los vaqueros combinan con todo. Al final me decido por los vaqueros, unos cortos que van hasta más arriba de la rodilla y una blusa ceñida que favorece mis curvas. Nos despedimos y quedamos de vernos a las 7.30pm en mi casa para ir a la fiesta que se hará en casa de Laura, la compañera de mi hermano.

Nos vamos en la Jeep SUV de mi padre, para que todos quepamos ahí, vamos los amigos de Roberto, quien maneja, sus amigos, mis amigas y yo. Nos reímos porque aunque la SUV es amplia quedamos estrechos, somos muchos y los chicos son muy grandes.

Llegamos a nuestro destino, Laura nos abre la puerta, da la bienvenida a todos y nos hace seguir a la piscina donde está la música, la comida y el licor. Un momento, LICOR? Pero Roberto es el conductor elegido y yo aún no tengo licencia, por lo que si él toma quién manejará?

-Roberto, no vas a beber, verdad?- le pregunto, solo para confirmar que lo tiene claro. Pero su respuesta me sorprende:

-Vale, un shot no hace daño. Pero aún no me decido entre la cerveza y el licor fuerte... ¿Qué me aconsejas?- me dice con cara divertido. A mí no me divierte, pero no voy a discutir con él. Así que lo dejo con la palabra en la boca y me dirijo hacia la cerveza para servirme una. Cuando me la he tomado me relajo, sigo la charla y el buen ambiente que se vive, la música es excelente, así que decido empezar a bailar, y todos me siguen.

Cuando entro en la casa para ir al baño, paso por el corredor enfrente de la sala que está apenas iluminada con la luz que viene de las lámparas del jardín. Oigo unos ruidos que vienen de ahí y me quedo quieta, que será? Un animal? Voy a devolverme para avisar cuando de repente, oigo voces... susurros... y gemidos... así que me arrimo siendo lo más sigilosa que puedo, me acerco al lumbral de la puerta y asomo mi cara, busco de donde provienen los ruidos, enfoco lo que veo, una sobra de una silueta, cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad distingo a Fernando que está sentado en el sofá de la sala de Laura, pero él no está solo y cuando logro distinguir a su acompañante me doy cuenta que es Laura, la dueña de casa. Están follando en su sofá! Está totalmente desinhibida, moviéndose al ritmo de Fernando, están ensimismados de su momento íntimo. Me llevo la mano a la boca y tal vez porque mi movimiento es brusco, llama la atención de Fernando, se da cuenta que estoy ahí y me mira. No para, no se siente cohibido, todo lo contrario, sonríe como el gato de Cheshire y se queda mirándome, la atención de Fernando ya no es de Laura, la tengo yo. Y me sube un calor a la cara que me avergüenzo y salgo de la casa, de vuelta a la fiesta. No soy capaz de ir al baño y me reúno nuevamente con mis amigos. Manu me pregunta si me pasa algo, pero yo niego con la cabeza y me sirvo otra cerveza.

Guardo el secreto, tal vez Fernando y Laura quieren eso, que nadie se entere que son novios. Así que no hago ningún comentario al respecto. Cuando aparecen en la zona de la piscina, están como si nada hubiese pasado. De hecho, Fernando coquetea con Gabriela una compañera de Laura y ella no dice nada. Fernando me mira y vuelve a sonreír como ese maldito gato, lo que me incomoda, pensé que tal vez no me había visto, pero con esta actitud compruebo que sí.

A eso de la 1 de la madrugada, busco a Roberto para que nos vayamos, tenemos el tiempo justo para llevar a nuestros amigos a sus casas y llegar a la hora que papá nos dijo. Cuando lo encuentro está en la cocina mirando por la ventana, me acerco, pero me llevo tremenda sorpresa porque hay una chica que no logro distinguir con la cara a la altura de su cadera. Me detengo y salgo inmediatamente de la cocina. Pero... ¿que? Que yo sepa Roberto está sin novia, quien era ella? Estoy totalmente escandalizada, ni siquiera sabía que mi hermano ya estaba en "esas". Como hago para decirle que nos tenemos que ir ya? Voy a darle 10 minutos, tal vez sea suficiente. Así que volví a salir al fresco de la noche, y esta vez me serví una Coca Cola con mucho hielo y un chorrito de limón. La espera duró menos, tal vez unos 2 minutos, pero la expresión de mi hermano había cambiado. Se hizo con un grupo de solo chicos que estaban a un lado y casi que lo vitorearon. Me acerqué a él y le pedí que me llevara a casa:

-Rober, creo que es hora de irnos.

-No quiero irme Vale, no importa la hora que nos dio papá. Debe estar profundamente dormido, abrazado a mamá. – y exhaló casi que en mi cara, dejándome saber lo bebido que estaba.

-Ufff, en serio tomaste? – le dije seria – ¿Sabes qué? Mejor me voy –

Me dirigí hacia mis amigas y les dije que compartiéramos un taxi. Los consejos de mi mamá son muy sabios: "Siempre sal de casa con dinero, uno nunca sabe que depare el destino", y mira donde nos trajo hoy.

Llego a mi casa a eso de la 1.30am. Entro haciendo todo el silencio que puedo. No hago ni un ruido, pero al empezar a subir las escaleras mis papás encienden una lámpara de la sala y me preguntan por Roberto. Que les digo? Piensa piensa piensa. Les digo que vino a dejarme primero porque me siento indispuesta y que fue a dejar a los demás a sus casas. Parece que se quedan conformes con mi respuesta y me dirijo a mi habitación. 

ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora