Tres Dioses, un Casino

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Me levanté de la cama con un dolor increíble de cabeza, trabajar no me hacía ningún bien eso lo tenía muy claro.

Bostezando y con los ojos medio cerrados por el sueño y la resaca me acerqué a la cocina de mi habitación para prepararme algo que me aliviara los dolores. 

Abrí la nevera y saqué una cerveza para paliar el dolor punzante de mis sienes. 

Con ella en la mano, me tumbé en el sofá y puse la tele para ver si había pasado algo interesante en el mundo.

Nada, lo normal.

Guerras, hambre, muerte. Y los gobiernos del mundo echándose la culpa unos a otros.

El pan de cada día.

- Hey colega, ¿qué tal andas? - gritó Dioniso entrando en mi habitación como si fuera la suya.

- Calla, cabrón, me va a explotar la cabeza - le gruñí

- Vaya vaya, el chacal se ha levantado con el pie izquierdo - se burló mientras me cogía una cerveza de la nevera

- Siempre lo hace, no sé de qué te extrañas - intervino Loki mientras se tumbaba en el otro sofá - Tráeme otra a mi, haz el favor

- Levanta ese culo gordo que tienes y hazlo tu, no te jode - le increpó Dioniso

- Dejad de discutir como si fuerais un puto matrimonio - les dije

- Ha empezado él - se defendió Loki

Dioniso resopló exasperado.

- ¿Hasta cuando tendré que aguantar vuestras gilipolleces? - les pregunté terminandome la cerveza y cogiendo otras dos.

- Pues anda que no te queda nada, Anubis - rio Dioniso con esa risa suya estridente y molesta a más no poder.

- Os odio - resoplé

- ¿Habéis recibido el mensaje de Zeus? - preguntó Loki

- Que pesado está Zeus con los mensajitos. Desde que ha descubierto que puede mandar imágenes en movimiento desde el whatsapp está de un tonto que no hay quien le aguante - contesté

- Déjale que disfrute, hombre. Es como un viejuno que está descubriendo las nuevas tecnologías - rio Dioniso

- Buenos días - dijo una voz femenina atravesando el salón en dirección a la cocina - ¿Os apetece desayunar?

- Si cocinas igual que estas ahora, me como lo que sea que quieras preparar - dijo Dioniso mirando a la ninfa que había salido desnuda de mi habitación.

- ¿Y esta quién es? - preguntó Loki

- Ni puta idea - contesté

- ¿No le preguntaste su nombre antes de tirartela? - preguntó Loki

- Me parecen todas iguales, basta con un "cielo" o un "cariño" y te ahorras el memorizar nombres - contesté encogiéndome de hombros.

- ¿Y Bastet que opina de esto? - preguntó Dioniso

- Seria un poco raro que le preguntara a Bastet que opina de mi vida sexual, ¿no crees? Igual me calza una hostia por gilipollas - repliqué

- ¿Por que iba a hacerlo si ya no tenéis nada? - preguntó Dioniso

- Tío, no lo entiendes. Donde hubo fuego quedan cenizas - explicó Loki con voz de sabio e intentando imitar el careto austero de su padre Odin.

-Ese es mi chico, ¿ves Dionisio? Loki sabe del tema. - Respondí soltando una carcajada a medias.
- Pero si hace siglos que Loki no echa un buen polvo, que va a saber - replicó el otro

Mytho*s (Un casino digno de los dioses)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora