Capítulo 9

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-Pero... ¿ya te vas? O sea, ¿ya cambiaste de opinión?

-Sí...-Dije, soltando un largo suspiro. Rubius me miraba y yo solamente dirigía mi mirada hacia el suelo.

-Volverás, ¿no?

-Claro.

-Pero, o sea, acabamos de empezar la relación, ¿cómo vamos a llevar esto a distancia?-Dijo, levantándose y arrastrando la mano por su pelo. Después soltó un breve suspiro.

-Conseguiremos llevarlo, es difícil, lo sé, pero siempre se puede-Me levanté de la silla y me dirigí hacia él, dándole un abrazo.

Al principio él no lo correspondió, pero después sí.

-Es que... pf... no sé ni cómo decirlo. Te conozco desde hace mucho, desde pequeños...

-Lo sé...

-Y sé que estuvimos un tiempo separados, pero éramos amigos... ahora somos algo más...

Me limité a dar una pequeña sonrisa.

1 semana más tarde.

Me desperté. No por el despertador, si no por mí misma. Ahora tenía una especie de reloj en la cabeza. Si me quería despertar a una hora, lo hacía. Sin necesidad de nada. Solamente de mi cabeza.

Me vestí y cogí mi maleta, junto con el transportín de Oreo.

Al final me lo llevaría. Rubén insistió en que él podía cuidarlo, pero yo dije que no hacía falta.

Iba a coger un taxi hacia el aeropuerto, pero un chico corriendo detrás de mí apareció.

No era Rubius, era Mangel.

-¡Paula!-Gritó, estaba cansado.

-¿Qué pasa?-Dije, acercándome a él.

-Rubius.

-¿Rubius? Explícate.

-No puede venir a despedirse de ti. Ha tenido que hacer un viaje urgente.

-Oh...

-Me dio esto-Dijo, mostrando un sobre-. Dijo que lo leyeras en el avión.

-Vale... gracias Mangel.

-De nada.

-Y bueno, hasta otra...-Dije y, después, le abracé.

-Adiós-Sonreí, su acento me provocaba una sonrisa.

Me subí al taxi. Él se iba en dirección contraria.

Después unos minutos, que parecían horas, llegué.

Finalmente, me senté al lado de donde se iba a hacer el embarque.

Tuve que caminar, el aeropuerto es gigante, pero bueno.

Y, cuando estábamos a punto de embarcar, apareció alguien gritando mi nombre.

Joder, todo el mundo se puso de acuerdo para venir corriendo.

-¡Paula!

Y esta vez era la persona menos esperada...

Rubén.

-¿Rubius?

-Paula, sé que te tienes que ir ahora, pero, solamente decirte que... adiós.

-Adiós.

Se acercó a mí y me dio un beso. Yo le abracé, sin duda.

Entonces, llamaron por el altavoz.

-Señora Paula Gómez y Señor Rubén Doblas, diríjanse al vuelo 536 con destino a Los Ángeles.

-¿Por qué te llaman a ti?-Pregunté.

-Sorpresa...-Dijo sonriendo.

Le sonreí también y subimos al avión.

Cuando ya estábamos sentados en él, le pregunté:

-¿Por qué no me dijiste que venias?

-Era una sorpresa, al fin y al cabo...

-Pues ahora vas a dormir en el sofá, por idiota.

-Qué manera más agradable de expresar tu amor, querida Paula.

-Lo cé.

-En fin, que quede claro. Solamente estaré allí 1 semana, luego volveré a España. Intent...

-Rubius, ya iré yo también a verte, no vas a gastar dinero tú solamente.

-En fin, vale...









Fin.-

HEY MIS PEQUEÑOS UNICORNIOS FELICES, ¿CÓMO ESTÁIS?

Yo me siento: WIIIIII

Espero que os haya gustado la novela, un bezu <3

Me Hiciste FaltaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora