Capitulo 4

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Me desperté sobre la 14:30 de la tarde, había dormido del tirón y me sentía totalmente descansada. Gabi no estaba, se había vuelto a ir. Me inquieté bastante por él y por verme sola en la habitación, así que llamé a Eli con el mando que conectaba con la enfermería.

- ¿ Estas bien?- dijo Eli alarmada, había tardado apenas unos segundos en llegar a mi habitación y se la veía alarmada.

- Sí, estoy bien... Solo quería algo de compañía... El chico que estaba conmigo se ha ido y no quiero estar sola...- pronuncié aquellas palabras con temor e incertidumbre; no quería ser una molestía para nadie.

- ¡ Fantástico! estaba aburrida en la enfermería y ya no se me ocurría que hacer. He venido a verte un par de veces pero estabas dormida y el chico que estaba contigo también así que no quería molestar, de todas formas tu chico volverá en un rato me ha dicho que iba a hacer unos recados y que volvería aquí pronto- dijo sentándose a mi lado-. ¿Jugamos a algo?

Estuvimos jugando al scrable un rato, hasta que las dos nos aburrimos y decidimos poner un programa de televisión muy gracioso que ponían en la tele. Eli no paraba de hacer comentarios sobre los personajes y hacía que yo me partiera de risa. La tarde se pasó volando y enseguida se hizo de noche. Gabi seguía sin aparecer. Eli y yo charlamos un rato. me contó que tenía dos hermanos mayores, Juan de 27 y David de 25( ella tenía 22 años) Que estaba saliendo con un chico que era traumatólogo en la clínica y que le encantaban los niños y que por eso trabajaba en el área de pediatría. Gabi llegó cuando Eli intentaba convencerme de que me comiera la cena. 

- ¡ Hola! siento haber tardado tanto me han surgido unos asuntos en el último momento. ¿ Que tal estas? ¿ Qué hacéis?- dijo acercando la otra silla que había en la habitación a otro lateral de la camilla.

- Estoy intentando que cene algo, pero no hay manera, es la persona más cabezota que conozco- dijo Eli esbozando una sonrisa.

- Siempre es así, es cabezota hasta el extremo, no conozco a nadie tan terco como ella- respondió él mirándome con picardía.

- Pues sí, soy muy cabezota ¿ Algún problema?- dije retándoles

- Sí que tienes que comer y tu cabezonería te lo impide, come un poco por favor- me rogó Eli, pero no tenía hambre, el nudo que tenía en el estomago no se debía solo a las heridas de mi abdomen, ni a la hemorragia interna; no, aquella pérdida de apetito se debía a la laguna que había en mi memoria, a la angustia de no recordar nunca por que me estaba pasando aquello.

-Esta bien, pero poco, solo uno de los platos- dije  cediendo al tira y afloja que estaba claro que iba a perder. Ambos sonrieron, por una vez habían ganado. Cuando acabé de tomarme la cena, Eli retiró la bandeja, la dejó en el pasillo y volvió a acomodarse a mi lado. Gabi cogió el mando de la tele y la encendió. Nos pusimos a ver una película y nos quedamos dormidos. Aquella noche no soñé ni recordé nada nuevo, pero fue una noche complicada....

Everithing is OkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora