Capitulo 20

27 1 3
                                    

La tarde se ha ido rápidamente, pase un rato ameno con mi hombre disfrutando su compañía mientras el en ocasiones hablabla sobre cosas que no comprendía, pero tenerlo a mi lado compensaba todo.

Habíamos cenado en el centro comercial, descubrí que no le gusta la cebolla, empieza a apartarla poco a poco de la comida dejándola en el plato. Me confeso que cuando era un niño su abuela le preparaba un jugo con la dichosa verdura que según se creía ayudaba a subir las defensas y que desde entonces no le agrada, me abrí un poco con el y le dije sobre mi alergia al coco, la fruta no me deja respirar, hace que mi cara se inflame y salgan pequeñas erupciones por todo mi cuerpo. Esta noche dormire nuevamente sola, el no podrá acompañarme unos días, tiene trabajo atrasado por su viaje y desde que llego no ha tocado su portátil.

— ¡Camila!— las luces en casa están apagadas y no hay ni un solo ruido.

Las enciendo con mi teléfono mientras subo y tocó a su puerta, un olor a vainilla inunda mis sentidos mientras un pequeño pero agradable campaneo hace que recuerde porque estoy aquí. Toco de nuevo aun sin respuesta, giro la perilla y me encuentro con mi hermana haciendo yoga con sus audífonos puestos.

— oh, no te escuche llegar, ¿como ha ido todo?— me pregunta mientras me sonríe.

— Bien, ¿ya cenaste?

— si, saque algunas cosas del refrigerador, espero no te importe.

— no, tranquila, si me necesitas estaré en mi habitación — le brindo una sonrisa y salgo de allí.

Entro en mi cuarto y cierro la puerta, comienzo a desvestirme y entro en mi baño para tomar una ducha, en ese momento mi teléfono suena.

— Habla Emilia— respondo

—Hola hija— es mi madre

— Hola mamá, ¿como estas?— le hablo como siempre lo he hecho

— quiero explicártelo todo hija

— no es necesario mamá, ya se suficiente y por mi esta bien así.

— ¿que sabes Emilia?

— te pagaron por tenerme, papá era casado, él nunca me abandono, necesitabas él dinero luego no quisiste cumplir un trato. Es todo.

— oh cariño no sabes cuanto lo siento, quise decírtelo pero no pude— su voz esta quebrada y asumo que esta llorando.

— calmate mamá, han pasado muchas cosas desde eso y para mi siempre seras mi madre, solo quiero hacer de cuenta que no se nada.

— cariño no sabes cuanto lamento que te hallas enterado por bocas ajenas y no por mi

— mamá no te preocupes, ¿como esta la abuela?

— bien hija, la próxima semana tendrá que hacerse unos exámenes de rutina y debe viajar a Madrid

— te mandare para el tiquete de avión, comprale uno en primera clase quiero que este cómoda

— Emi no es necesario

— mamá por favor, ¿que día exactamente llegará?

— Lunes, los exámenes son martes y miércoles hija.

— esta bien, tendré que arreglar otra habitación para ella.

— ¿no arreglaste una hace poco?— omiti él detalle de quien se quedaría allí.

— si mamá pero ya esta ocupada, creo que te imaginaras quien esta allí ¿no?— ojala no se enfade

— si hija.

— hablamos luego mamá, cuidate.

— te quiero emi

— yo igual.

Cuelgo y sigo mi camino a la ducha, dejo que él agua recorra libre su camino mientras mis músculos se estremecen a su pasó, me quedo allí sumida unos instantes disfrutando del dichoso liquido.

Camino hasta mi cama disponiéndome a dormir no sin antes darle una pequeña ojeada a mi teléfono.

"en linea"

Emilia [10:30 pm]:
Gracias por todo lo de hoy, la pase de maravilla, espero todo vaya bien, te quiero.

Me quedó unos segundos esperando a que me responda, rápidamente pasan a minutos y aun sigue sin hacerlo, veo que sigue en linea un tiempo mas y desisto, debo descansar.

Conociendo El PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora