Ya no sé si me haces falta o me consume tu presencia.
Si me apetece dormir en tu pecho o acurrucarme en la casa de cualquiera.
Ya no sé si debería hacerte reír o hacerte llorar, y conseguir que me odies una vez más.
Si debería de ser sincera o mentirte a la cara.
Ya no sé si intento extrañarte o te extraño de verdad, sin parámetros ni quitamiedos; si lo hago de corazón o de cabeza.
Ya no sé si confío o confieso, si sigo o persigo y, mucho menos, si amo o si quiero.