¿Puede ser alguien poesía?

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Fumé tus suspiros en un intento
de respiro.
Dormí con el café en vez de
con tus brazos.
Supliqué mañanas que llevaban tu nombre y noches llenas de lluvia.
Rompí papeles repletos de ti,
más llenos de poesía que
un libro de Benedetti.
Arreglé el reloj de la cocina
y puse pila a todos,
y, todavía así,
la hora seguía pidiendo tu vuelta
y gritando tu nombre.

Entonces entendí que
nadie podía ser más verso
que tú
y más sentimiento que yo.
Entendí lo que es
arrancar pétalos de margaritas,
sentarme en los bancos del parque,
amar los minutos
y susurrar a las abejas
que esconde mi estómago.

Gracias.
Entendí que contigo
soy más yo que con la poesía.
Y sí, supongo que eso, es un cumplido.

Tú y un par de cosas másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora