Ya se ha escrito todo.
Te he escrito. Me has contestado.
Te he reescrito.
Una carta. Y mil.
Sobre cómo me siento,
sobre ti, sobre nosotros.
Se ha escrito de todo.
No me quedan palabras para
expresarme,
ni falsas frases que vayan a juego
con tus mejillas.
No te quedan ni sueños
ni pesadillas en los que
yo no sea la protagonista,
ni palabras que me hayan descrito
sentada o tumbada.
Porque a veces me sientas y otras
me levantas. A veces me hundes
y te tumbo o nos tumbamos.
Y nos tiramos,
como locos románticos
que buscan soledad estando
con una piedra como pareja.
Como llamadas al 112 sabiendo
que no vamos a salir de esta
si antes no salimos de nosotros.
Como una moneda que ya no
paga el importe o
un cambio de cerradura.
Nos tiraremos. Y te tiraré.
Ya veré si al vacío o a la cama.
