Even estaba recostado boca arriba en la cama, nadando en una laguna mental mientras el humo de su cigarrillo inundaba la habitación.
Todos tenemos una historia que contar, ¿Cual es la tuya?.
Retumbando en las cavernas de su mente aquella pregunta lo hacía recordar momentos amargos así como dulces; la partida de un ser querido, un primer beso, cicatrices que sanaron pero que de cualquier manera tenían que sangrar.
Tan pronto como sus ojos se comenzaron a tornar rojos se levanto y fue por algo que lo mantuviera distraído, aunque solo fuera unos minutos; mientras bajaba las escaleras con algo de éxtasis aun recorriéndolo por lo acontecido, cruzo la mirada con Liu.
-y...¿que tal te fue?- con una mirada picara en su rostro.
-No fue lo que esperaba- Una sonrisa se dibujaba en su cara.
Desvío la mirada al suelo y siguió su camino, al llegar al pie de las escaleras miro su reloj que marcaba las 12:30; siguió caminando para ver a Chris sentado en el sofá cerca de la mesa junto a los demás, hablando de viejas aventuras y planes futuros; Even se sentó y prendió un cigarrillo mientras los escuchaba, no podía creer que dos personas tan diferentes fueran amigos.
-Solo puedo decir... ¡¡que no me arrepiento de nada!!- Tan seguro como siempre.
Llenaron las copas e hicieron un brindis por los viejos tiempos, ellos apenas estaban entrando en calor cuando la fiesta ya iba a terminar; después de acabar su trago se fueron levantando.
-Saben...tengo la camioneta aparcada afuera- Jorge no quería llegar a su casa para estar solo.
-Yo tengo a un amigo trabajando en el Undead y podría dejarnos entrar sin pagar cover- Armando tenía conocidos en todos lados.
-Puedo inventarle algo a mis padres- Liu sabía que igual tendría problemas.
-Aun tengo plata, podemos costearlo...¿y tu Even?- Chris siempre tenia algo asegurado.
-Pues yo...- se levanto
Sus amigos empezaron a abuchearlo mientras se dirigía a puerta.
-Yo...me voy adelante-
Comenzaron su descenso a la ciudad, pasando por bares y antros; cualquier lugar donde fueran aceptados y pudieran perderse de su vida, aunque solo fuera una noche.
Después de dar muchas vueltas finalmente llegaron al "Undead"; un edificio de 2 pisos bastante grande con un enorme cráneo en la entrada.
Armando saludo a su amigo que trabajaba como cadenero del lugar.
-Rene, ¿qué tal todo? Somos 5- directo y sin rodeos.
Rene los miro fijamente y levanto la cadena sin cruzar palabra.
Mientras entraban el sonido se volvía más intenso y las luces de neón empezaban a mezclarse con las estroboscópicas.
Apenas se lograban escuchar unos a otros teniéndose a los lados, pero poco importaba pues el primer piso no era su destinó.
Armando se abrió paso entre la gente hasta la escalera que los llevaría al segundo nivel; mientras caminaban apretados entre la gente que bailaba con una mirada perdida en el alcohol, las drogas y el sexo, Even choco con una mujer de finas caderas y busto prominente y cuando con señas intentaba disculparse ella le empezó a bailar de una manera provocadora; el sin duda alguna hubiera seguido su juego, mientras aquella mujer se acercaba más y más a su entrepierna tratando de que estuviera igual de dura que su cuerpo en la pista de baile.
Tras unos cuantos segundos de analizar su "dura" situación decidió seguir su camino, pues había experimentado una sensación más satisfactoria que la de una conquista por la noche.
-No- mientras la apartaba.
Aquella mujer lo miro con desdén mientras movía sus carnosos labios color carmesí, probablemente con algún insultó ya que su cara exuberante de maquillaje se había tornado molesta.
Subio las escaleras sin mirar detrás pues sus amigos yacían esperándolo arriba.
La música tenia un tono considerablemente más bajo igual que las luces de neón.
Tomaron asiento en un sofá hasta que llegara un mesero a atenderles, al parecer lo que quedaba de noche sería relajado.
-¿Que van a tomar los caballeros?-
Even pidió un escocés en las rocas.
Chris ordeno una cuba.
Liu y Armando un par de cervezas.
Jorge pidió 5 shots y un ruso blanco.
Los tragos se terminaron demasiado pronto y el presupuesto no alcanzaría para mucho más así que pidieron una botella de Jack para terminar su noche.
Mirando a la ciudad bajo las estrellas a las 2:47 am, quemando la flor de su juventud.
Teniendo en cuenta que la hora de partida se acercaba sacaron su dinero y lograron pagar la cuenta dejando algo de propina, ahora solo tenían que acabar con la botella.La noche comenzaba a volverse día y su hora de partida había llegado, las risas embrutecidas mientras bajaban del auto hacían eco en la zona, habían llegado a la casa de Even para pasar lo que quedaba de noche de una manera tranquila.
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Tres Lagrimas
AcakCorre niño, aunque no sepas a donde ir; No, no lo sabes pero seguirás en ese camino donde estarás solo y tal vez ella estará buscando a alguien. ¿Duele saber que se han ido todos? ¿Alguien puede sentir el dolor de las palabras que estas diciendo? ...