¿Quien gano?

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Camino hacia su destino miraba por la ventana a las personas, mientras que el taxista hablaba por telefono.
-es que ya te dije que no puedo ir, tengo que trabajar o ¿acaso crees que la fiesta del mocoso se va a pagar sola?-  con un cierto desprecio en su mirada volteo a ver al chico sentado en la parte trasera.
-¿Y uste joven a donde va tan fresco con esta lluvia?-
-voy a una reunion...con mis amigos-
extraña pluralización penso en sus adentros.
volvió a voltearse hacia la ventana pero no tardo mucho en ser interrumpido por el taxista nuevamente.
-Nombre joven uste se ve que sale mucho de fiestesuki, con esas ojeras hasta parece mapache-
-En realidad no, pero no son muy grandes...-
dijo mirandose en el espejo retrovisor.
Más que resignado comenzo una charla formal con el conductor, el viaje sería algo largo y penso en ¿que tan probable es que lo vuelva a ver?.

El tiempo fue ameno  entre aquel desconocido y el, divagaron con Musica y vida cotidiana, se alegraron con algunas anécdotas del chofer, incluso se dieron consejos, pero habian llegado a su destino.
-Bueno joven llegamos- ahora con una sonrisa en el rostro.
-vaya...es una lastima, me agrado conversar con usted, ¿cuanto le debo señor?-
-serían 120 pesos joven, igual le entrego la targeta con mi numero por si ocupa un rait despues de su reunion-
Acepto la targeta tragandose sus palabras y pago el monto acordado.
bajo del taxi y camino un par de cuadras bajo la llovizna hasta llegar a casa de su compañero, la reconocia por que el llego a vivir por la zona e hizo un par de trabajos en equipo con el.
-!Even¡ ven aqui maldito inadaptado tóxico-  Una cara que no era otra entre la multitud.
-¡Chris! Pedazo de idiota- Una sonrisa sincera salió a luz.
Chocaron las manos con un viejo saludo que usaban al jugar Básquet Ball y se dieron un abrazo como si no se hubieran visto en años.
-No pense que fueras a salir de tu cueva por esto...- algo de desánimo y asombro mezclados.
-Tu sabes... Los quería sorprender y parece que lo logre- mentir aveces se le daba bien.
-Bueno, vamos por un shot como dicta la costumbre- nada ingenuo, despues de todo se conocían mejor el uno al otro  que un par de hermanos.
Mientras caminaban, recordaban sus pequeñas aventuras, peleas y fiestas.
Al estar frente a la barra improvisada pidieron un par de shot's de tequila para entrar en calor.
-un brindis, por el placer de estar aqui con los amigos- sonriente y algo ingenuo.
-Pero aqui hacen falta algunas personas, ¿no lo crees?- extrañado miraba la copa.
-logre contactar a algunos; Nos sorprendió la noticia de que ibas a venir así que...-
Sintió un pequeño empujón por la espalda
-¿Ibas a dar un trago sin nosotros? Que mal educado... ¿No lo crees Liu?-
-Me dueles Even... ¿Como puedes olvidarnos así a mi y a Armando?- un par de miradas serías escondíedo sonrisas.
Anonadado pidió otros dos tragos mirando la "barra".
-Que sean dos más...esto es algo que recordare por un largo tiempo- intentando ocultar la sonrisa que le generaba verlos ahí, pensaba que aunque no fueran todos al menos estaban ahí.
-¿Solo dos tragos? ¿y yo que?...sigues siendo una perra egoísta-
-¿Jorge? ¡Alcohólico hijo de perra! ¿Que demonios haces aqui?-
No podía con más sorpresas, solto su risa y sirvió el mismo los tragos.
Despues de utilizar cientos de excusas al fin estaba de nuevo en una fiesta con sus amigos; saco un cigarrillo y comenzó a fumar mientras los demas hablaban.
Chris los llevo junto a un grupo de chicas  y comenzó el juego del gato y el raton, pero el estaba mirando a ningun lugar esperando encontrar a alguien.
La conversación era amena, buena música en el fondo,pero, de cualquier manera el sentia que faltaba algo; se levanto y comenzó a caminar con la excusa de estirar las piernas, choco con un par de muchachas.
-Disculpa- mirando hacia la nada.
-Even, ¡amigo! ¿Como estas?- alegre y aferrada al brazo de su amiga.
-Oh, Tirza.... Elizabeth ...¿que hacen aqui?- tratando de actuar normal.
El diálogo comenzo,y meintras el trataba de concentrarse en encontrarla a ella y seguir la conversacion, termino sentado de nuevo en la mesa de la que se habia retirado.
Comenzaron los juegos, el primero fue beer-pong, lejos de estar en la fiesta ellos habian creado la propia dentro de esta.
Las risas empezaron a brotar de alguien que tenia los sentimientos  de una piedra, tal vez era el alcohol, tal vez eran los viejos recuerdos de cuando aún podia sentir algo más que la rutina, o simplemente eran personas que recordo poder llamar amigos.
Habia llegado su turno, frente a frente; Chris y Even, competitivos rivales en cualquier aspecto hace tiempo.
-¿aun puedes con estos juegos  Chris?- arrogante.
-¡JA! El mejor tino en las canchas de la escuela, guarra- manteniendo la mira fija y en alto.
Un duelo que inicio desde que se conocieron; blanco y negro, el sabueso  y el zorro se enfrentaban de nuevo.
En la entrada de la casa donde se estaba dando la fiesta ella se encontraba  sola en espera de algo; decide entrar casi arrastrada por el arrecio de la lluvia y observa el pequeño gran grupo de personas que hay en una parte del lugar.
De vuelta al juego, un vaso en cada lado, ultimo tiro de cada uno.
-Even ya esta borracho- una cara roja y confiada en la victoria.
-eso mejora mi tino, ¡puñetas!-  ante la posible  derrota, la ira lo hacía sentir más seguro.
Lanzan las bolas de ping-pon al mismo tiempo, sin despegar la vista uno del otro.
Primer bote, se tensan, ninguno aceptaria la derrota.
Segundo bote, siente de nuevo aquella mirada y la comienza a buscar entre todos esos rostros.
Tercer bote, sus miradas impactan una con otra.
Se encesta la pelota en el vaso, encuentran lo que buscaban.

Tres LagrimasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora