Si tan solo...
No solo te lo hubiera dicho antes...
Si tan solo no te lo hubiera dicho antes, no podría ser espectador de aquella hermosa sonrisa que portas ahora. Radiante y hermosa con tu vestido de novia en el día de tu boda. ¿Cómo no me di cuenta antes que siempre fuiste así de hermosa? Vienes caminando hacia mí con un bello vestido blanco, con detalles de encaje en las mangas hasta tus codos y los hombros semidescubiertos, no es muy ostentoso pero en ti se ve simplemente perfecto.
Verte caminar hacia el altar por aquel sendero que han marcado con pétalos hacia tu destino hace a mi corazón brincar y llorar de felicidad.
Cuando llegas junto a mí, esbozas una gran sonrisa que me hace ser por un momento el hombre más feliz del mundo, mientras mi corazón quiere salirse de mi pecho y por un momento lo creo real.
Tú y yo solamente existiendo en este espacio.
Pero de un momento a otro tú sigues caminando hasta llegar a tu verdadero destino. El hombre con el que te casaras en este día. El hombre que no soy yo. Aquel hombre que se encargó de arrancarme de tu noble corazón y lo conquistó.
Yuma.
Si. Te casarás con Yuma y no conmigo. Yo solo soy una persona más que ha asistido a tu boda. Un hombre que se lamenta cada día por haber hecho el mayor error.
Cuando llegas junto a Yuma y cuando tu padre te entrega con él... siento rabia. Rabia y celos de saber que yo tuve la oportunidad de ser aquel chico al que te entregarás en cuerpo y alma y no lo supe aprovechar.
Mientras el pastor ordena sentarnos para iniciar la ceremonia comienzo a recordar cómo fue que apareciste en mi vida.
...
Te conocí durante mi niñez. Te veía jugar sola en los columpios cerca del parque hasta que una tarde te acercaste temerosa a mi preguntando; o más bien, tartamudeando si podrías jugar conmigo. Esa tarde la pasamos como nunca. Tu sonrisa era dulce y tus gestos dignos de una princesa de porcelana. Casi al anochecer vinieron por nosotros y explicaste que vivías del otro lado contrario a mi dirección pero que al día siguiente nos viéramos de nuevo y claro, yo acepté. Fue una semana preciosa el poder jugar contigo, aunque en ese entonces no lo entendía bien.
Luego de eso no volví a verte más hasta el primer año de secundaria. Durante los primeros días comenzamos a hablar de nuevo y me di cuenta que eras un año y medio mayor que yo.
"Sempai" era como intentaba llamarte y tu reías nerviosa pidiendo que no lo hiciera. Tu sonrisa y alegría no habían cambiado, pero para desgracia tuya y mía... yo sí lo hice. Me había comenzado a gustar el estar con chicas sin que hubiera compromiso alguno. Meses después te enteraste y me reclamaste. Pero yo solo te dije que era mi vida y que a ti no te importaba.
Cuan equivocado estaba.
Claro que te importaba, porque te habías enamorado de mí. Al principio fue una de tus "amigas" con la que salí por un corto tiempo que me lo contó. Cuando te puse a prueba aquella tarde al hablarte de mis amoríos, pude ver en tu lindo rostro como aparecían los celos. Era algo extraño puesto que tú no habías besado a nadie y yo ya hasta ya había... tú sabes.
Poco a poco comencé a disfrutar viéndote celosa y mi fama de chico playboy creció. A pesar de todo lo que hacía al estar contigo tomé la manía de tratarte como alguien especial; y coqueteaba contigo para ver esas facetas de vergüenza y sonrojo en ti. ¿Tal vez creíste que lo hacía por cariño o diversión? No lo sé. Así que cada vez que te acercabas a mí, terminabas escuchando mis aventuras amorosas con lujo de detalle. No pude saber jamás que es lo que pasó por tu bello corazón que a pesar de lo que te decía seguías a mi lado pero... poco a poco comencé a considerarte de mi propiedad. Nuestra amistad parecía ser la mejor aunque tú sufrías por dentro... y yo como un idiota me di cuenta mucho después.
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•✿O-N-E S-H-O-T-S ✿•
FanficHistorias cortas ( o no tan cortas) del sagrado LenKu. . . . Y alguna otra pareja que se me ocurra.