CAPÍTULO 10.

208 6 0
                                    

| Narra Brooke |

Consigo salir de la discoteca, no estoy segura de si Harry aún me sigue, pero corro calle abajo hasta encontrar un banco y sentarme. En realidad, no estoy segura exactamente de por qué me ha sentado tan mal encontrarme a Harry en esa situación. Cada fin de semana, un montón de chicos y chicas acaban en esa situación o peor en los baños de las discotecas. Pero lo que más me ha molestado es que no hacía ni cinco minutos que Harry había intentado besarme en la terraza. ¿Para eso me quería? ¿Para besarme, engatusarme y llevarme hasta los lavabos? Yo tenía razón, este chico era el típico niñato prepotente que se lleva a todas de calle y luego las deja tiradas. Afortunadamente, conmigo no lo ha conseguido. Ni lo hará. De repente, a lo lejos, veo a alguien que viene corriendo. Lo distingo fácilmente. Es él, Harry. Me levanto rápidamente del banco, y comienzo a andar, pero a los pocos pasos noto molestias en el tobillo, el haber venido corriendo no ha ayudado nada a mi lesión. Me paro y me apoyo contra la fachada de un edificio para comprobar si está hinchado. Lo veo bien, y comienzo a caminar de nuevo. Harry me llama en la distancia.

- ¡Brooke! ¡Espera!

Acelero el paso, pero no puedo evitar hacerlo sin cojear, aunque solo sea mínimamente. Empieza a dolerme, sé que tengo que parar, debo hacerlo, pero no quiero. No quiero que Harry me alcance, no quiero hablar con él. No tenemos nada de que hablar.

- Brooke, para, te vas a hacer daño. - Dice justo antes de agarrarme del brazo para que frene.

- ¡Suéltame!

- Está bien, pero sentémonos, sigues lesionada y no quiero ser el causante de una recaída. - Asiento ante sus palabras. Nos sentamos y durante un par de minutos reina el silencio entre ambos. Yo no tengo nada que decirle y él parece no encontrar las palabras. - Brooke, lo que has visto... Yo... - Comienza a hablar, mirando al suelo y jugueteando nerviosamente con las manos.

- No tienes que darme ninguna explicación. Déjalo.

- No, no lo dejo. Porque cuando has abierto la puerta, he visto tus ojos, tu mirada... Sí que te importa lo que has visto, aunque lo niegues. - Sentencia totalmente serio. Y lo que más rabia me da es, que de cierta manera, tiene razón.

- ¿Cómo pretendes que no me importe? ¡Apenas cinco minutos antes habías intentado besarme, Harry! ¿Eso es lo que soy? ¿Una estúpida a la que besar para que se le pasen los enfados? Oh, espera... Y no solo besarla, luego a esa estúpida la llevarías también a los lavabos, porque ya habría caído en las redes de Don Seductor Styles, ¿verdad?

- Yo... Lo siento, Brooke. Yo no quería...

- Oh, sí, sí que querías, si no, no lo hubieras hecho.

- Déjame terminar... Yo no quería hacerte daño. Tú... Tú me habías rechazado, y la rabia me llevo a eso... Lo siento, en serio. Nunca antes una chica como tú me había rechazado, y mucho menos tantas veces seguidas.

- ¿Como yo? ¿Qué diablos significa eso, Harry? - Cada vez mi tono de voz de elevaba más. - ¿Una chica tímida, que no tiene unos grandes pechos, ni un culo bien puesto, ni mide un metro ochenta? ¿Una chica que debería caer rendida a los pies de un guapo de rizos, musculoso y con unos ojos verdes para perderse en ellos y no salir nunca? ¿Una chica más de una larga lista?

- ¡No! Joder, Brooke... ¿Es que no te das cuenta? Tú no eres como las demás. Y eso es lo que más llama mi atención.

- ¿Llamo tu atención? Vaya... No sabía que llevase puesto un chaleco reflectante. - Suelto irónicamente.

- ¿Me dejas hablar? Por favor. - Dice totalmente serio. Yo me limito a asentir. - Una chica como tú, con genio, que sabe lo que quiere y lo que no también, que no se deja impresionar ni influenciar, que dice lo que piensa, y que además, tiene una sonrisa preciosa, y una mirada... No tengo palabras para describir su mirada. - Siento como me pongo cada vez más y más roja, y suplico a la noche que no deje que Harry lo note en la oscuridad.

- Harry, yo... - Bajo la mirada al suelo, no sé dónde meterme.

- Sshh... Déjame seguir. Está claro que yo no te merezco, lo sé, pero no puedo hacer otra cosa que seguir intentándolo, porque te pasas el día y las noches metida en mi cabeza. Sí, lo sé, cada vez que nos vemos me dedico a liarla... Pero ese día en la playa, he de admitirlo, me acerqué a ti pensando que solo serías una chica más, pero en seguida me di cuenta que eras especial. - Para unos segundos y coge mi mano. - Al menos, permíteme ser tu amigo.

El silencio reina entre nosotros durante lo que parece más que una eternidad. No sé lo que hacer. Sus palabras han conseguido ablandarme, pero mi mente desconfiada me dice que puede ser solo una treta para hacerme caer. Por otro lado, dicen que quien no arriesga, no gana. Pero tengo miedo. Cada vez que le he dado a Harry cierto margen de confianza, ha terminado por fastidiarlo todo. ¿Y si yo le importaba de verdad? ¿Y si simplemente estaba siendo una egoísta? Por mi cabeza pasaban millones de preguntas a velocidades desorbitadas y ni siquiera tenía las respuestas a las mismas. Me iba a volver loca. Decidí no pensar, centrarme en el presente, en lo que tenía delante. Y justo ahí, estaba él. Harry. Un moreno de rizos que miraba con ojos arrepentidos, buscando respuestas, buscando mi perdón, mi comprensión. No sé qué clase de impulso fue lo que hizo reaccionar a mi sistema nervioso y con el a todo mi cuerpo, pero me acerqué a él, lentamente sí, pero nuestras miradas conectaron, y nuestras respiraciones cada vez se sentían más cerca. Hasta que yo misma, ante su aparente miedo por volverlo a hacer mal, acabé con la distancia que separaba nuestros labios y lo besé. No fue un beso apasionado, no había urgencia en ese beso, apenas era un roce delicado entre nuestros labios. Ambos teníamos los ojos cerrados, disfrutábamos del momento. Se sentía bien. Era un contacto suave, cálido y muy dulce. Tras unos segundos nos separamos, y estando todavía a apenas unos centímetros, lo miré a los ojos con complicidad y sonrió.

Nothing is as bad as it seems. [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora