CAPÍTULO 4.

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| Narra Harry |

Pasé la mayoría del domingo dándole vueltas a un millón de ideas que rondaban mi cabeza, sopesando si debería o no llamar a Brooke. ¿Para qué? Seguro que en cuanto sepa que soy yo termina colgándome. Y eso sí que no me daba la gana. Tenía que encontrar la manera de verla y hablar con ella sin que huyese de mí. ¿Tan mal le caigo? Es que no me lo explico, en serio. Al final fuí un cobarde y no hice nada, me tiré todo el día encerrado en casa. ¿Por qué me siento tan impotente cuando se trata de Brooke? Parezco un estúpido niñato, pero es que ella ha trastocado todo... Se supone que donde pongo el ojo, pongo... Bueno, eso. Pero he puesto el ojo en Brooke y ni siquiera puedo acercarme sin recibir otra cosa que no sean insultos y desprecio por su parte. De verdad, esta chica me va a volver loco. Pero sé que sucumbirá a mis encantos, sé que lo hará, soy Harry Styles, no podrá resistirse.

Ya es lunes, he desechado la idea de llamar a Brooke. Dudo que sea buena idea. Colgará con solo oír mi voz, eso si es que me coge el teléfono... Pero tengo un idea mejor: Iré al estudio. Seguro que está allí, el sábado por la mañana durante los pocos minutos que estuve observándola pude notar que amaba profundamente lo que hacía, ponía pasión en cada movimiento, y yo disfruté solo con verla bailar así. Perfecto. Ya tenía plan para empezar esta semana, iría al estudio a verla. 

En una hora ya me había duchado y vestido, había desayunado y estaba de camino a la escuela de danza donde ensayaba Brooke. Justo antes de llegar, la vi a lo lejos entrar por la puerta de la academia. Al verla, algo en mí me dijo que hoy iba a ser un buen día. Esperé fuera, escrutando la cristalera desde la acera de enfrente, pero ella no aparecía por el salón. Empezaba a desesperarme. ¿Y si había decidido ensayar en otro salón que no diese a la calle después de saber que yo la había estado observando el sábado? Solo había una forma de averiguarlo. Sin dudarlo entré en la estudio. Había un mostrador y tras él, una mujer de unos 35 o 40 años que parecía ser profesora de la propia academia.

- Buenos días, ¿puedo ayudarle en algo?

- Sí, ¿se encuentra Brooke aquí? - Pregunté aún sabiendo la respuesta.

- Si, ¿quiere que la avise?

- No, no es necesario, solo dígame en qué aula está. - Expuse la mejor de mis sonrisas, en un intento por inspirar confianza.

- A Brooke no le gusta que la vean ensayar, ¿está seguro?

- Si, si, no se preocupe.

- Ais... El amor...

- ¿Perdón? - Había oído perfectamente lo que había dicho, simplemente no podía creerlo.

- Al fondo a la izquierda, segundo salón. - Responde la mujer con gesto sonriente.

Sigo el camino que me ha indicado, la puerta del salón está abierta, la música está bastante alta, como si Brooke no quisiera escuchar nada más que eso y olvidarse de que existe un mundo ahí fuera. Me quedo allí parado, apoyado contra el marco de la puerta, observándola. Lo hace realmente genial, podría estar mirándola así durante horas. Ella aún no se ha dado cuenta de que estoy aquí, está realmente concentrada. Creo que lo prefiero, quizás si reparara en mi presencia se enfadaría porque la he desconcentrado o algo así. Creo empezar a conocerla, y empezaría a lanzarme esas miradas de odio que tanto le gusta lanzarme, a insultarme como si fuese el peor hombre sobre la faz de la tierra, y luego saldría de allí disparada, esfumándose y dejándome con la palabra en la boca. Creo que es experta en eso. Pero al fin y al cabo, no sé qué es eso que tanto la molesta de mí, solo soy un chico que se ha fijado en ella y quiere divertirse un rato, fijo que ha conocido a más de uno como yo, estoy seguro.

De pronto, mientras estoy ensimismado en mis pensamientos, Brooke resbala y cae de bruces al suelo, en su rostro puedo ver que se ha hecho daño. Salgo corriendo en su dirección para levantarla del suelo.

- Brooke, ¿estás bien?

- ¿Harry? ¿Qué haces aquí? - Pregunta aturdida.

- Eso ahora no importa. ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño? - Ella se limitó a asentir mientras dos lágrimas se deslizaban por sus mejillas. - Tranquila, te llevaré ahora mismo a urgencias. - Intenté levantarla del suelo, pero me lo impidió.

- Yo puedo sola. - Quiso ponerse de pie, pero no conseguía mantenerse erguida.

- No seas cabezota, Brooke. Te vas a hacer más daño. ¿Qué es lo que te duele?

- El tobillo, creo que me lo he torcido. - Intenta apoyarlo y lo separa rápidamente del suelo, mientras se pone a llorar más fuerte.

- Anda, ven, yo te llevo. - A pesar de su negativa, decido cogerla en brazos.

Al salir, la mujer que estaba en el mostrador nos ve y se acerca rápidamente.

- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien, Brooke?

- Creo que me he torcido el tobillo, profesora Miller. - Responde Brooke entre sollozos.

- Tranquila, seguro que no es nada. - Intenta tranquilizarla. - Llévala a urgencias, que la hagan las pruebas pertinentes, no puede lesionarse ahora, tiene un gran futuro por delante. - Dice esto dirigiéndose a mí, y no es hasta este momento que entiendo que las lágrimas de Brooke son más que nada debidas al miedo a lesionarse más que al propio dolor por la caída.

- No se preocupe. Ahora mismo vamos al hospital.

Llevo rápidamente a Brooke al coche y la recuesto sobre el asiento de copiloto, la ato el cinturón de seguridad y cuando estoy a punto de cerrar la puerta, ella me coge de la muñeca y me obliga mirarla.

- Tengo miedo, Harry.

- Tranquila pequeña, no será nada. - Le dije y tras esto, besé su frente. Verla así podía conmigo.

Nothing is as bad as it seems. [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora