Capitulo 26

26 6 3
                                    

Narra Emma
Las pocas horas que me quedaban antes de ir al colegio me las pase fijandome los estudiantes que habían, actualmente, en mi anterior colegio. Habia encontrado a un tal Will, pense que ahora le habian puesto su sobrenombre. Pero no, al entrar a su legajo era un chico totalmente diferente. Tambien encontre a un William, que pense que era el pero solo tenía 13 años.
Cuando me dije a mi misma que me uba a dormir mi madre toco la puerta y entro.
-Emma, cielo, ¿te despertaste antes?

Esperen, ¿que? Me di la vuelta y vi que el sol se asomaba desde mi ventana. ¿!HABIA ESTADO TODA LA MAÑANA DESPIERTA¡? Ni siquiera lo habia notado, dioos santo no se como voy a hacer para estar despierta hoy.

-Em, si, supongo.

Mi mama me miro extraña y salio por la puerta. Antes de seguir un rato mas con mi busqueda me fui a duchar, me cambie y me cepille los dientes. Me seque el pelo dejando ver unas pequeñas ondas propias de el.
Al terminar mi madre me trajo el desayuno a mi cama porque quise seguir buscando.
No lo entendia, no podria haber ido tan lejos. La unica opcion que me quedaba era ir a mi pueblo otra vez. El problema es que no tenia auto. Aunque podria llamar a Kurt, no eramos muy amigos pero unos dias antes de venir a Nueva York me habia llamado diciendome que si en algun momento necesitaba un auto el lo tendria para mi. La real llamada habia sido para reefregarme en la cara que el tenia un Audi nuevo que le habian regalado sus padres, mientras yo todavía viajaba en subte. Pero no me importo, tomaria ese favor. Unos segundos antes de tomar mi mochila para irme, la puerta se abrio de golpe. Liam aparecio con su pelo hermoso, y tan sexy como siempre.
Mis pensamientos se desviaron de repente pensando en lo hermoso que era. Hasta que vi la laptop con la pantalla que alumbraba a una pagina del nombre de mi ex colegio. Disimuladamente me acerque y la cerre despacio.

-¿Que hacias?- me pregunto curioso.

-Nada, tenia que terminar un trabajo, nada importante.

Dudo unos segundos, pero me respondio- Pase porque pense que podriamos ir juntos al colegio.

-Claro, esta bien.

Tome la mochila y sali de mi habitacion. Al bajar no se me ocurrio que mi madre le habia abierto la casa. Unos escalones antes de llegar a la sala lo codee. Me miro y le pregunte en un volumen muy bajo de voz.
-¿Que le dijiste a mi madre?
-Que era un amigo tuyo.
Asenti y antes de salir de mi casa salude a mi familia.

El camino fue silencioso, como los primeros pasos de ayer. Pero esta vez no pregunte que pasaba en su cabeza,  el lo solto solo.

-¿Sigues enojada?

-No es enojo Liam, solo que no me gusto que me mientas.

En realidad, si estaba enojada pero cuando el se entere (aunque espero que no) lo que hare este fin de semana, no tendre mas excusa para estar enojada porque esto sera peor.

-¿Hacemos algo el fin de semana?

-¿Este fin de semana?

-Umm, si, algo como ir al cine o lo que tú quieras.

-No

-¿No?

-No puedo, porque arregle con Kath.

-Esta bien.

No me gusta mentir, a nadie. Pero siento que esta vez es necesario.
Seguimos caminando, y gracias a Dios, todo se aflojo y nos empezamos a reir de lo que habia pasado esta semana en mi casa y en la escuela mientras yo estaba ausente. De a momentos el me frenaba para darme un beso.
Cuando llegamos la gente nos seguia mirando raro, pero a mi por lo menos ya no me importaba.

La semana se paso más rápido de lo que hubiese deseado. Nadie sabia nada de lo que iba a hacer, ya había llamado a Kurt diciéndole que lo necesitaba para que me venga a buscar. Primero me insulto, si. Luego insistí y me dijo que estaría acá el sábado a las 2 de la tarde. En cuanto a mi madre le dije que iba a ir a visitar a mis amigos y pasaría todo el fin de semana allí. Aunque no estuvo muy conforme con mi repentina decisión me dejo.
Ahora estaba acomodando algunas prendas de vestir en mi bolso. Solo lo básico para pasar una noche. Todavía no sabia donde me iba a quedar, pero por las dudas tome mis pocos ahorros por si me tenia que quedar en un hotel.
Cuando termine me quede sentada con la laptop en frente mía buscando una última vez por si se me había safado algún William Jones. Pero nada.
Sentí la bocina y al asomarme por la ventana vi un hermoso Audi color negro que brillaba mas que la luz del sol. No se si lo mencione pero Kurt es muy cuidadoso con su auto, no tenia ninguna sola raya y eso que lo tenia hace bastante tiempo.
Tome mi bolso y baje. Mi madre me saludo y me dijo que tenga cuidado y que le mande saludos a todos mis amigos.
Salí y rápidamente subí al auto.
-Sabia que algún día ibas a necesitar esta belleza para algo.- me dijo Kurt al entrar.

-Hola Kurt, un gusto hablar contigo y con tu hermoso ego.

-Que bueno que lo tengas que soportar aunque sea 2 horas mas.

Le sonreí y le di un abrazo. Aunque no era uno de mis amigos siempre lo aprecie mucho.
Cuando lo solté arranco el auto y emprendimos viaje.
-Ahora, ¿para que quieres ir al pueblo? Digo, tienes todo lo que necesitas acá. No creo que sea solo para buscar tu remera favorita que te olvidaste en tu antigua casa.

-No, claro que no es por eso, ¿podemos evitar el por que?

-No, no podemos. No compartimos mucho tiempo juntos pero sabes perfectamente lo curioso que soy.

Revolee los ojos y, como supe que me iba a molestar todo el viaje para que le diga, le conté.

-Pues, ¿Te acuerdas de William?

-¿Tu ex?- desvio los ojos de la carretera para mirarme con sorpresa.

-Em, si. Necesito hablar con el, sobre algo. ¿Sabes en donde vive o algo así?

-Si se. Pero no se si te va a gustar saberlo.

-¿Que?

El miedo me ataco inesperadamente, es verdad que desde ese día mi odio por el aumento mas rápido de lo que hubiese querido pero todavía tenia un poco de cariño por el.

-Cuando sus padres se separaron, según se por vecinos, sufrió un ataque de locura. Comenzó a romper absolutamente todo lo que estaba a su alcance. Tanto fisicamente como sentimentalmente. A todos sus amigos los llamo diciéndoles que por culpa de ellos tu te habías ido, que eran unas mierdas. Y su casa termino destrozada. Inclusive comenzó a prender fuego su cocina. Su madre no sabia que hacer,m. Asi, se tuvieron que mudar de casa y el estuvo unos meses en un loquero.

¿Alguna vez tuvieron la sensación de que irte de un lugar fue lo peor que pudieron hacer? Bueno, eso era lo que sentía ahora. Will me necesito, y yo no estaba para el. Cuando me pego, cuando me grito me tendría que haber dado cuenta que el no estaba bien, que el necesitaba mi ayuda. Fui una egoísta, pensé en mi y en mi dolor y no me di cuenta que su dolor era peor que el mío.

-Emma, ¿por que lloras?

Lleve mis manos a mi cara y al sentirla toda mojada note que era verdad, estaba llorando.

-Yo... Yo me siento tan mal- dije mientras las lagrimas brotaban como si nada.

-No sabia que te ibas a poner asi, lo siento.

-No, no, esta bien. Necesito que me lleves con el, quiero hablar con el.

-¿Segura que es lo que quieres?- me dijo mientras apoyaba su mano en mi muslo mientras que la otra la apoyaba en el volante.

-Si, llévame ahí.

Estuvimos viajando 3 horas, parte por el transito y otra parte porque parábamos unos minutos para que a Kurt no se le acalambren los brazos.
Llegamos a las 5.
Ahora mismo estábamos en el cuarto de Kurt, mientras el iba a buscar algo para tomar. Cuando llegue le pregunte.

-¿Sabes en donde vive o si sigue en el loquero?

-No, no sigue. Y si, se donde vive.

-¿Me llevas?

-Emma, no quiero tirarte para atrás. Pero no se como el va a tomar tu visita ni como vos lo vas a hacer.

-Voy a estar bien Kurt, de verdad. Solo quiero verlo.

El asintió y tomo las llaves del auto.
-Vamos, de cualquier forma si necesitas en medio del camino que volvamos lo haremos ¿si?

-Gracias, de verdad.

El me dio un beso en la mejilla y salimos.
Cuando subí al auto encendí mi celular y vi que tenia una llamada perdida de Liam. Se la hubiese devuelto, pero sabia que si lo hacia podría llegar a notar el tono de mi mentira. Aunque sea si me conociera un poco lo haría.

-Emma, llegamos.

Cuando gire la cabeza vi una pequeña casa.
El miedo me volvió a inundar y antes de pensarlo y que me arrepienta, abrí la puerta del auto y me encamine hasta la puerta.
Toque y en unos segundos el estaba ahí. Parado, con su mismo pelo desordenado, con su mismo físico, con su misma belleza, con lo mismo que me había enamorado. Era William, entonces me cuestione si de verdad lo había dejado de amar.

-¿Emma?

No creo en los cuentos de hadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora