en un mundo de ecos,
nació un niño con voz propia.
los demás lo miraban mal,
puesto que no era lo normal,
sin embargo él se sentía bendecido,
porque podía pensar y no sólo escuchar.
era envidiado,
odiado,
maltratado,
de todas formas su alma siempre se mantuvo pura.
el quiso ayudar
a ellos,
a las personas sin boca,
que sólo miraban y asentían,
que no sabían pensar,
que se mantenían callados,
pero entre miradas de odio
y empujones violentos,
su voz lograron apagar.