te haz preguntado qué te hace feliz, y por alguna razón, mi nombre apareció en aquella respuesta.
así que decidí consultarme lo mismo y ¿adivina en quién pensé?
no puedo dejar de tratar de adivinar qué habría sucedido si aquella noche no te hubiera respondido,
si no hubiera creado aquella lista de reproducción,
si no me hubieras tratado tan gentilmente, sin importar el momento que estabas pasando.
¿habríamos llegado hasta aquí?
me gustaría pensar que sí, sólo porque sí
o tal vez porque no soportaría no tenerte.
me gustaría poder dedicarte cada canción que adoro,
cada flor que me enamore
y cada verso que cruce mi mente,
porque te lo mereces— aunque sé que tú no me creerás—,
pero eso sería poco comparado a todo lo que tú me haz dado;
un corazón,
una razón
y ánimo,
un hogar,
un hombro,
una palabra.
no puedo comprender por qué pierdes tiempo escribiendo sobre mi,
porque con todo lo que tú misma posees,
podrías escribir montañas.
no sé cómo terminar esto— porque nada será igual de perfecto que los finales de tus poemas—,
pero, dan, gracias.
(y espero que entiendas el título.)