Capítulo uno: La carta de Víctor

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Victoria se encontraba tocando el piano la canción Para Elisa del famoso Beethoven, mientras la lluvia caía lentamente de las grises nubes. 

Se escucha el timbre de la gran mansión, Victoria deja de tocar el piano y se dirige a la puerta. El timbre se escucha dos veces más, Victoria coloca su mano en la perilla y suspira profundamente antes de abrir la puerta.

Al abrir la puerta, Victoria se percata de que le habían hecho una broma o simplemente no era nadie, ella cerró la puerta lentamente y miró fijamente el suelo. Puedo ver como empujan un sobre por debajo de la puerta, ella recoge el sobre del suelo y rápidamente abre la puerta para ver quien dejó la carta y pudo ver a Víctor corriendo a lo lejos bajo lluvia.

Victoria cierra la puerta y abre el sobre y saca la carta que este tenía dentro, dice:

Victoria, verás al... parecer estoy casado, pero aún no entiendo muy bien por qué.

Eso fue lo que te dije cuando le rompí el corazón a la que ahora seguramente es mi esposa. Pero lo cierto es que: aunque no entendía muy bien porque era... no me interesa en absoluto, y no quiero que te sientas mal por mi culpa, es solo que... no sé cómo explicarlo, pero me he enamorado de Emily. 

Sé que a estas alturas debe parecerte que es pura compasión, pero es la verdad, cuando ella me llevó de vuelta a la tierra de los muertos, comenzó a discutir conmigo, alegando algo de que tú eras la ''otra mujer''. Me enfureci tanto que le dije que jamás me casaría con ella... entonces ahí fue cuando me di cuenta de que no era más que un cobarde, fui un tonto al decirle esas cosas tan crueles, y ella se fue sin decirme palabra alguna. 

Posteriormente, descubrí que ella en realidad me amaba porque, le dijeron que los vivos no se podían casar con los muertos, y que tendría que matarme para conseguir hacer válido nuestro matrimonio... pero ella se negó ''jamás podría pedírselo'' fueron sus exactas palabras. Al tomar yo la decisión, le dije que sí, porque, bueno, a su lado me siento libre, y ella me deja ser como quiero ser, al lado de cualquier otra persona no sería más que otro hombre de acuerdo a los términos de normalidad, y siento como mi corazón palpita tan ruidosamente que siento que ella lo puede oír...   

Pero tampoco te quiero dejar desprotegida, así que te dejo esta carta, porque tus padres no tienen dinero, y los míos quieren nobleza, así que le deje una nota al pastor Galswell para que te nombre mi viuda, y así tengas con que sostenerse, y todos obtienen lo que quieren, incluso yo... 

Espero y tengas una vida plena, y que la disfrutes, tengas maravillosos y hermosos hijos, al lado de un gran esposo que escoja tu corazón. 

VICTOR VAN DORT.

Al terminar de leer la carta, Victoria no pudo más que sonreír de felicidad, Víctor había arreglado su vida y ya no tendría que casarse con alguien al que no ama.

Víctor era un hombre sumamente educado y bondadoso, y Victoria creyó que sería feliz con Emily, al menos eso leyó en su expresión facial. Y eso mismo deseaba, que fuera feliz... 

Victoria salió de su inmensa mansión, rumbo a la mansión Van Dort con paso lento y seguro, disfrutando de los hermosos reencuentros de los vivos y los muertos, todos ellos, disfrutando unos minutos juntos. Vio de lejos a la anciana con el esqueleto de traje color vino, cuyos nombres no lograba recordar, ir caminando de las manos como adolescentes y sintió una oleada de ternura, deseando que cuando encontrara al hombre que tendría su amor siempre, así fueran.

Tan liberada se sentía, que no le importo que cuando llegó a su hogar, se pusiera a dar vueltas, bailando torpemente alrededor de las mesas ante la atenta mirada de sus padres, que creían que se había vuelto completamente loca.       

El cadáver de la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora