Pasara un mes desde aquella noche, siguieron viéndose, pero Erik todavía no había reunido todo el valor necesario para desvelarle su secreto a Elizabeth. ¿Y si se marchaba? O peor aún... ¿Y si se lo contaba a alguien? Por otro lado, sabía que era peligroso, que la estaba exponiendo a las zarpas del lobo si no lo hacía.
Aquel día habían ido con unos amigos al cine, pero al salir se separaron. Johan y Patricia se marchaban ya a casa, al día siguiente tenían que madrugar y ya era tarde. Por el contrario, Erik y Elizabeth se quedaron otra hora charlando en un banco.
De repente, pudieron ver como un coche negro pasaba por delante y el conductor se sorprendía al verlos. Tan pronto como se fue, Erik insistió en marcharse de aquel lugar.
- ¿Quién era aquel señor?¿Te conocía?- Preguntó Elizabeth preocupada.
- No, no, no lo conozco. Es solo que ya es tarde y...
Un disparo los asustó, Erik la agarró del brazo y le dijo que corriese lo más rápido que pudiera. Pero al intentar escapar cada vez se escuchaban más disparos. ¡No había solo una persona!¡Estaban perdidos!
Casi sin fuerzas, seguían luchando para huir de aquellos hombres. Elizabeth observó un callejón oscuro y tiró de Erik para esconderse en aquel lugar. Lo hicieron detrás de unos contenedores y esperaron a que todos pasasen de largo.
- ¿Quienes eran eses hombres? - Preguntó gritando.
- Beth, hay muchas cosas que tienes que saber, siento no habértelo dicho antes...Pero este no es el lugar.
- Genial, ¿qué me has estado ocultando?
- ERA POR TU SEGURIDAD.
- Me voy a casa, cuando quieras decirme la verdad, búscame.
- No puedes irte. Al menos, no puedes irte sola. Escúchame...Eses hombres son más peligrosos de lo que crees. La situación es muy complicada ahora que me descubrieron. Confía en mí, te contaré todo, pero no te vayas sola. No me perdonaría que te pasara algo.
- Está bien, ¿cuál es el plan ahora?
- Vamos a mi casa, tengo que hablar con mi padre. Además allí tenemos algo que nos pude ayudar. Nos ayudará a solucionar esto, tranquila - le dijo mientras le acariciaba el pelo.
Observaron con cuidado que no hubiera nadie vigilando en la salida del callejón, todavía podían escuchar los gritos de aquellos hombres a lo lejos. Corrieron hasta la casa de Erik, en la que el padre se puso alerta nada más escuchó la versión de su hijo. Empezaron a llamar por teléfono, a recoger objetos en unas mochilas, una manta, agua, reservas de comida, dinero e incluso una pistola...Además de ciertos artilugios los cuales no podía llegar a distinguir para qué podían servir.
Elizabeth no entendía nada y necesitaba una explicación urgentemente. En cuanto acabaran de organizar los medios, ellos mismos le contarían toda la verdad. Mientras tanto, solo podía ayudarles en su tarea.
ESTÁS LEYENDO
Nada es lo que parece
RomanceUna historia de amor y aventura que cambiará tu forma de ver la vida. Elizabeth es una chica valiente, estudiosa y con un físico espectacular. Conocerá a Erik, quien guarda un gran secreto. Pero quizás no es el único que encierra un gran misterio e...