Parte 6

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Yo: María ayúdame - le decía mientras los demás estaban en el mar –

María: ¿Que paso? Xabiani?

Yo: Si, es que no quise decir nada, pero nos invitó a todos a quedarnos en su casa.

María: ¿Qué?

Yo: Si, pero no sé si quiero, bueno, obvio si quiero pero hay algo que no me deja.

María: ¿La chica con la que estaba?

Yo: Sí, creo.

María: Mira yo opino que si él te invito fue por algo, vamos, habla con él y miramos si nos quedamos o nos vamos ¿Te parece?

Yo: Ok.

Shalom: ¿De qué hablan? – María me mira pidiendo aprobación, yo le devuelvo una mirada afirmativa.

María: Xabiani nos invita a su casa a quedarnos hoy.

Lice y Shalom: ¡Ok!

Shalom: ¿Y qué esperas? ¿Le dijiste que si cierto?

Yo: No le he dicho nada.

Lice: ¿Por? ¿No quieres ir?

Yo: Claro que sí.

Shalom: ¡Entonces llámalo ya!

Lo llame, le dije que iríamos, se puso feliz todavía no entiendo bien por qué, me dio la dirección y nos dijo que nos esperaba.

Cuando llegamos la casa era gigante, tenía piscina y un inmenso jardín, tocamos y él nos abrió la puerta.

Xabiani: Hola, pasen.

Todos: ¡Gracias!

Yo: Gracias por invitarnos Xabi.

Xabiani: Tú eres la única que me dice así.

Yo: Ellos son Shalom, Lice y María, Alejo, Manny y Dylan.

En esas llego la "novia"

Xabiani: Y ella es Carolina, mi hermanastra, mamá volvió a casarse y el nuevo esposo venía con este regalito - ella lo miro mal.

Era su hermanastraaaaa, no pensé que saber eso me daría tanta felicidad.

Yo: Mucho gusto.

Xabiani: Sigan y acomódense.

Creo que las chicas notaron mi felicidad porque me dejaron sola con él.

Xabiani: Cuéntame que ha sido de ti, no sé nada de ti desde...

Yo: Desde que desapareciste.

Xabiani: Desaparecimos.

Yo: Ni un adiós, ni un qué te vaya bonito, solo silencio.

Xabiani: Jessica...

Yo: He estado bien, decidí alejarme de todo, estudie psicología, conocí mis maravillosos amigos, trabajo fuerte para ser cada día mejor ¿Y tú?

Xabiani: Yo pues estudie música, ya sabes eso, trabajo como productor, tengo un negocio aquí, por eso volví, y nunca deje de saber de ti, bueno, lo poco que tu mamá sabia me lo hacían llegar a mí, pero también te alejaste de tu casa.

Yo: Si fue una decisión mía, no quería nada que...

Xabiani: ¿Que te recordara a mí?

Silencio, silencio y más silencio, como decirle que me hizo más al irse, al dejarme, al abandonarme, que no quería nada que me recordara ese tiempo maravilloso que me hacía mal.

Yo: En parte, también quería paz, alejarme de todo, era lo mejor, otros rumbos, otros caminos, conocer personas diferentes me hizo bien, crecí como persona.

Xabiani: ¿Y el amor?

Otra pregunta difícil, como decirle que desde que se fue nadie ha sido como él?

Yo: Varios, nada serio ¿tú?

Xabiani: Tuve alguien, pero...a la final no funciono, no eras tú.

Como no sentir cosas al oírlo decir eso, fue como devolverme 8 años a nuestra historia, pero ya no somos nosotros, somos él y yo, nada más. Él vive lejos y yo estoy bien así, o eso creo, por más que este aquí ahora, nada va a cambiar que el viva a más de 4 mil kilómetros de aquí, a 4 mil kilómetros de mí.

Yo: Voy a buscar a los chicos y a acomodarme.

Fue un gran fin de semana, aun así yo solo pensaba en él, en lo dicho y en lo no dicho, en sus ojos y en su sonrisa.

Era hora de irnos, pero sentía que debía ser sincera con él, tal vez así cerrara ese ciclo 8 años después, no lo volvería a ver nunca más, el volvería a argentina y ya.

Yo: ¿Podemos hablar antes de irme?

Xabiani: Ojala no te tuvieras que ir.

Yo: Sabes, en 8 años y desde que te fuiste no he podido encontrar a alguien con el que sea lo verdaderamente feliz como lo fui contigo, y hoy aun después de 8 años siento que todavía duele que te hayas ido así y me hayas dejado, sé que suena egoísta y que tenías todo el derecho a irte, pero no sé, me dolió que desaparecieras así sin más. Después de 8 años siento que todavía te amo, o por lo menos aun amo a ese chiquillo con ilusiones de ser músico, pero las cosas han cambio y sé que no van a volver a ser así, te lo digo porque quizás así pueda cerrar este ciclo contigo de una vez por todas y lograr ser feliz de nuevo.

Él está quieto, en silencio, con los ojos cristalizados, le doy un abrazo, de esos que él me da a mí, y un último beso, ese último beso que nunca nos dimos, que ni siquiera dijimos, y me voy.

Volvemos a casa, a la misma rutina de siempre, me siento liberada y tranquila aunque triste todavía, no todos los días te despides del amor de tu vida después de 8 años, no sé qué pensaba el de todo esto, no lo deje hablar, quizás porque creo que podría ser peor.


A 4 MIL KILÓMETROS DE MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora