Día uno

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15 de abril.

Miles de jóvenes se reunían en el Empire Polo Club de Indio dispuestos a disfrutar del que probablemente sería el mejor fin de semana de sus vidas. Entre ellos se encontraban Dana Reeve y Justin Bieber, cada uno con su respectivo grupo de amigos. Ambos tenían una idea bastante clara de cómo querían disfrutar del festival de Coachella... Aunque claro, no siempre sucede lo que queremos.

—Joder Damian... Que tampoco es tan difícil montar esa mierda. —Se quejó Lucía.

—¡Oye! ¿Por qué no te metes con Colin? —Le defendió Dana.

—Pues porque él lo hace todo bien. —Le sacó la lengua antes de agacharse un poco para darle un beso en la mejilla a su novio.

La morena rodó los ojos y Damian rió, quitándole importancia al asunto.

Estaban terminando de montar su tienda de campaña, en ella dormirían ellos cuatro mientras que en la otra lo harían Brian y las dos hermanas, Alyse y Kayla.

—Os la dais de machitos y llego yo y monto mi tienda antes que vosotros. —Se burló el rubio.

—Brian, que seas gay no es ningún impedimento para que montes la tienda. —Colin le miró antes de continuar a lo suyo.

—Lo es cuando me cuido más las uñas que cualquiera de las presentes —Mostró su mano perfectamente cuidada—. Es decir, ¿le habéis visto las uñas a Lucía? —Hizo una mueca de horror.

Serás cabrón... —Le insultó en su lengua materna.

—Cariño, no hablo español pero me conozco todos los insultos de tanto que me los repites.

—Mejor. —Sonrió sarcásticamente la castaña.

—Bueno, esto ya está. —Damian se levantó y sacudió un poco de polvo de sus bermudas.

—Genial —Sonrió Kayla, la pequeña y más rubia de las hermanas—. Así nos podremos ir ya, estoy deseando verlo todo.

El resto estuve de acuerdo con ella así que tras coger sus pequeñas mochilas donde guardaron sus pertenencias se encaminaron hacia el recinto donde tenía lugar el festival.

—¿Me podéis decir qué coño hace aquí la perra de Kayla y por qué tengo que compartir tienda con ella? —Le preguntó Brian a sus dos amigas. Los tres habían quedado algo rezagados.

—Oh vamos... No es una perra —dijo Dana.

—Claro, solo se ha tirado a media facultad... No es una perra.

—¿Cómo sabes eso? —Frunció el ceño.

—Tengo mis fuentes —Se encogió de hombros—. Aunque los rumores que corren sobre ella por el campus no son pocos.

—Cuando Carol nos dijo que no podría venir Alyse nos preguntó si ella podía venir en su lugar, ¿qué querías que le dijésemos? —Intervino esta vez Lucía.

—¿Que no? —contestó como si fuese la cosa más obvia del mundo.

—No podíamos hacer eso, imbécil. —Dana golpeó su brazo.

—Sí que podíais, pero sois demasiado buenas para hacerlo.

—Bueno, pues lamento ser una buena persona —comentó irónicamente—. Tampoco la conozco mucho, pero parece maja.

—Ya, eso piensan también todos los tíos que se ha follado.

—Que se folle a quien le dé la gana, no creo que tu prototipo de chico sea el mismo que el suyo —bromeó Lucía.

Company • jb [o.s] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora