~Estocolmo~ || Oliver Sykes y ___.

+' Orgullosa..

No sé qué hacer, el hombre desconocido y yo nunca nos hemos llevado bien, siempre nos hemos odiado.
-Voy a salir, __. Si tratas de escapar te va a ir muy mal y tu lo sabes.- Me dice el hombre desconocido.
-Esta bien, diviértete.- En estos últimos días he estado pensando que él está guapo ¿por qué no me había dado cuenta? También tiene muchos tatuajes y eso lo hace ver más sexy, desde que llegué me ha dado curiosidad que significa su rosa en el cuello, si algún día nos llevamos bien, le preguntaré. No, no, no, que estoy pensando, él es mi secuestrador y nunca nos llevaremos bien. No me puedo enamorar de mí secuestrador o si?.
La primera vez que intente escapar, fue porque debajo de la cama en donde duermo había un tubo, por lo que le di forma de barreta, ya que la puerta tenía un candado.

Flashback

El hombre desconocido me dijo que iba a tardar muchas horas, así que tengo tiempo para escapar, por lo que he alcanzado ver cuando deja la puerta abierta de mi cuarto. La puerta de la entrada tiene un candado por lo que puedo usar el tubo que tiene forma de barreta para romperlo. Cuando el hombre desconocido me trajo a esta casa vi que había una tienda a 500m, por lo que puedo ir a esa tienda y decirle al vendedor si me presta su celular para llamarle a mi madre. Si, eso haré.
Decidida saco el tubo debajo de mi cama y rompo el candado de mi habitación. Abrí la puerta y vi la sala, antes de irme tengo que llevarme algo conmigo así que, saqué una manzana del refrigerador. Ahora falta el candado de la puerta de entrada. Lo rompo y abro la puerta, decidida salgo y me quedo unos minutos viendo los alrededores. Desde hoy estoy empezando a amar la luz del día. Después alcanzó a ver una camioneta donde venían dos personas, una mujer y un hombre, ese hombre se me hace conocido.. ¡Es mi secuestrador! Salgo corriendo, pero ya era muy tarde, el estacionó la camioneta y empezó a correr hacia a mí y me agarró las muñecas haciendo que me lastimara.
-¿Qué crees que estás haciendo?.- Me dice enojado y llevándome hacia la casa.
Bajo la mirada y no le contesto.
-¡Qué me contestes, carajo!.- Me dice abofeteándome.
-Nada...- Le digo con la voz quebrada.
-¿Cómo que nada? No me quieras ver la cara de estúpido. Estoy perdiendo mi tiempo contigo y en esa camioneta hay una chica sexy esperándome! Solo volví porque te compré una hamburguesa ya que te habías estado portando bien, pero jodete, no tendrás comida por una semana.

Fin del flashback

El hombre desconocido tiene 4 horas que se ha ido, y aunque no me lo crea lo extraño. Cuando el vuelva trataré de entablar una conversación con el, nunca lo he hecho estos dos meses y los que siguen. Me tengo que resignar a que estaré mucho tiempo con el.

2 horas después

-Llegué.- Dice el de mala gana y dejando abierta la puerta de mi cuarto.
-Hola.- Le digo saliendo del cuarto y sentándome en el sillón.
-Hola?- Me dice el sorprendido.
Todos los días que viene no acostumbro a saludarlo, ni dirigirle la palabra, pero estos días cambiará.
-¿Cómo te fue en tu trabajo?.- Le digo mirándolo fijamente
-Eso no te importa a ti, así que cállate.-
-Hey, probablemente estaré mucho tiempo aquí, por lo que quiero llevarme bien contigo.- Le digo poniéndome en frente de él.
Se queda el analizando lo que va a decir.
-No quiero contigo nada, ni amistad ni nada. No me vuelvas a decir ninguna palabra, odio tu jodida voz. Y mira, yo soy el que está a cargo aquí, así que yo decido hablarte y no hablarte.- Me dice el de mala gana.
-Entonces, no me importa.- Le digo entrando a mi habitación y cerrando la puerta.
Lo que me dijo me dolió un poco, pero no me importa. Si el no me hablara entonces ¿por qué yo sí?.

A la mañana siguiente

-Toma, aquí está tu desayuno, __.- Me dice el lanzándome dos piezas de pizza que no se veían muy bien.
Lo veo fríamente y empiezo a comer la pizza, por lo que él cierra la puerta fuerte.
Este hombre solo me da comida rápida y en mal estado. Mientras que él se va a restaurantes lujosos con las personas que él conoce.
Salgo de la habitación y veo que él está hablando con un hombre de su misma edad.
-¿A qué vienes, ___? Lárgate a tu cuarto, ¿no ves que estoy ocupado?.- Me dice en un tono molesto.
Yo decido ignorarlo y buscar un libro en la estantería. Por lo que agarro el libro que quiero y camino a mi cuarto.
-Joder, ¿estás sorda o que mierda? Te hice una pregunta.- Me dice el agarrando el libro que tenía y rompiéndole algunas hojas del libro.
-Hermano, ¿qué te pasa?, tranquilízate.- Le dice el chico a mi secuestrador.
-Vic, como quieres que me tranquilice, si tengo que estar soportando a esta tipa todos los jodidos días. - Le dice mi secuestrador al chico llamado Vic.
-Pues, por lo que yo sé, tú dijiste que querías mucho dinero, y que no importaba cómo, y ahora tienes tu estúpido dinero, por lo que te vas hacer cargo de esta chica los meses o años que sean necesarios. - Le dice Vic empujándolo-
-A mí no me dices que hacer, yo acepte el jodido trabajo, así que yo sé en lo que me metí, ahora lárgate de aquí, ya te he dicho demasiadas veces que no me puedes venir a visitar aquí. No vuelvas a visitarme aquí. - Le dice mi secuestrador a Vic-
Vic sale de la casa y se va.
-__, quiero hablar contigo sobre lo de ayer.- Me dice mi secuestrador.
-No tengo nada que hablar contigo así que no me hables.- Le digo cerrando mi puerta con seguro.
En el fondo yo sabía que en verdad si quería hablar con el, pero después de lo que me dijo ayer, sus palabras me dolieron demasiado y no pienso hablar con el, siempre me dijeron que tengo mucho orgullo y nunca les creí, pero ahora les creo demasiado. No entiendo que le hice para que él me odiara y me dijera lo que me dijo anoche y lo que le dijo a Vic, al que probablemente nunca lo volveré a ver. Desde que llegué aquí el hombre desconocido siempre me ha tratado mal, aunque en algunas ocasiones cuando el está feliz por sus razones me trae algo decente de comer, en buen estado. Pero eso no es siempre.
En verdad lo odio pero a la vez no.

En estos dos meses que he estado aquí, solo recuerdo cómo era mi vida y en los planes que tenía en mi futuro. Pero todo cambia de un día para otro. El hombre desconocido me deja la puerta de mi habitación abierta cuando el llega de hacer lo que tenía que hacer. Pero cuando se va me deja en mi habitación encerrada, mi habitación nunca ha sido limpiada, en esta solo hay una cama y un retrete a lado de la cama, sin puerta ni nada, no tengo televisión. Solo tengo una libreta y un lapicero que agarre de la estantería. Dibujo cosas suicidas y depresivas, ya que a veces me siento depresiva. Pero que se puede esperar si estoy sola todos los días con mi secuestrador y lejos de mi familia.