—¡Feliz cumpleaños, Star! —exclamaron los Titanes a la sonriente Starfire.
—Aquí tienes Star —dijo Raven entregándole a Starfire un libro de cuentos que incluía La Cenicienta, La Bella Durmiente y Blancanieves.
—¡Oh! ¡Muchas gracias querida amiga! —dijo Star abrazando a Raven, a quien no le quedó de otra más que aguantar la sofocante muestra de afecto.
—¡Yo te hice un collar con todos los dientes que he perdido en mis diferentes formas animales! —dijo Chico Bestia moviendo el collar frente la cara de Starfire.
—¡Vaya que es muy lindo! —dijo Starfire tomando el collar— ¡Gracias Chico Bestia!
—¡Y yo te conseguí este labial! —dijo Cyborg dándole a Starfire un pequeño labial rojo.
—¡Uau! ¡Gracias Cyborg! —dijo Starfire aceptando el labial alegremente.
—Viejo, ¿es en serio? —replicó Chico Bestia— ¿Un labial?
—No es un labial cualquiera —respondió Cyborg señalando el labial, que para sorpresa de todos, sacó una ráfaga de electricidad con tal potencia que le dio a Chico Bestia, electrocutándolo.
—Los labiales no hacen eso, ¿o sí? —preguntó Starfire sorprendida— ¿Te encuentras bien, Chico Bestia?
—¡Ow! Sí —respondió Chico Bestia levantándose mientras aun le salía humo del cabello—. Viejo, ¿qué fue eso?
—Eso fue la función especial de este lápiz labial —contestó Cyborg orgulloso—. Lo conseguí en Internet; es para cuando estés en peligro, Star.
—¿Para qué ella necesitaría algo como eso si ya tiene poderes con los que defenderse? —objetó Raven.
—Es para situaciones que ni ella podría manejar con sus poderes —argumentó Cyborg—. Ya verás, cuando algo así ocurra y el lápiz labial nos salve la vida, dirás que tengo razón.
—Oigan chicos, ¿dónde está Robin? —preguntó Starfire.
Cyborg se encogió de hombros.
—No lo he visto en todo el día —dijo Chico Bestia.
—Yo lo vi salir muy temprano —dijo Raven—. Dijo que tenía algo muy importante que hacer.
—¿Qué podría ser más importante que el cumpleaños de Star? —dijo Chico Bestia.
—Supongo que nada.
—¡Robin! —exclamó Starfire, muy contenta de verlo.
—Perdón por la tardanza —se disculpó Robin—, es que tenía que encontrar esto.
Robin le tendió a Star una bella flor púrpura de cinco pétalos grandes extendidos, y en medio, unos pétalos más pequeños medio cerrados con la forma de un ave en pleno vuelo.
—Feliz cumpleaños, Star —dijo Robin dándole la flor a Starfire.
—¡Oh, Robin! ¡Es bellísima! —dijo Starfire contemplando detenidamente cada rasgo de la flor— ¡Muchas gracias!
—Amigo, ¿de dónde la sacaste? —preguntó Chico Bestia.
—Del Himalaya —respondió Robin—. Se llama Orquídea Mariposa.
—Es por eso que saliste de madrugada —dijo Raven.
—Sí, necesitaba tiempo para llegar ahí con la nave y regresar a tiempo para la fiesta.
—Yo no le veo forma de mariposa —comentó Cyborg—, parece más bien un pájaro en pleno vuelo.
Starfire rió.
—Tienes razón, parece un ave —dijo Starfire poniéndose la flor en el cabello.
De pronto, la alarma comenzó a resonar por toda la torre de los Titanes. Algo malo debía estar ocurriendo. Inmediatamente, Robin activó la pantalla para ver de qué se trataba.
—¿Qué ocurre? —preguntó Starfire.
En la pantalla se podía apreciar un rostro siniestro, un rostro que sembraba horror a todo el que lo veía. Los Titanes reconocieron la máscara mitad negra, mitad dorada.
—Slade.
* * * * * * * * * * * *
El siniestro Slade se hallaba en su guarida, caminando lentamente de lado a lado sujetando un extraño aparato con forma de esfera, esperando el arribo de los Titanes. Estaba ansioso por que llegaran para así poder acabarlos. No pasó mucho hasta que los Titanes finalmente irrumpieron en su guarida. Slade estaba encantado.
—Vaya, vaya, finalmente llegaron —dijo Slade tranquilamente—. Ustedes nunca me decepcionan.
—Ríndete, Slade —ordenó Robin apretando fuertemente los puños.
—Sí, no lo hagas más difícil, viejo —agregó Chico Bestia—. Mientras más rápido acabemos contigo, más rápido volveremos a la fiesta de Starfire a comer pastel.
—¿Cumpleaños? ¡Oh, felicidades, princesa! —dijo Slade secamente— ¿Por qué nadie me dijo nada?
—¡Basta de juegos! —dijo Robin perdiendo la paciencia— ¿Qué estás tramando?
—Nada, sólo quería darles... este pequeño obsequio —respondió Slade tendiendo frente a los Titanes el objeto que escondía en sus manos: una esfera de hierro del tamaño de una pelota de tenis, cuyo centro contenía una sustancia azul purpúrea que se movía sin cesar y estaba cubierta por una tapa de cristal. La espera tenía en un costado una pequeña palanca brillante.
—¿Qué es eso? —preguntó Robin.
—Es un dispositivo multiverso —respondió Slade. Los Titanes se estremecieron —. Miren, con sólo bajar esta palanca puedo transportar a quien sea a cualquier universo imaginable. Si los hice venir aquí, fue para probarlo... con ustedes.
—No lo creo —dijo Robin sacando su bastón—. Titanes, ¡al ataque!
Los Titanes se lanzaron sobre Slade, mientras que Raven, usando uno de sus hechizos, retiró el dispositivo multiverso de las manos de Slade, al tiempo que éste luchaba por librarse de Robin. Sin embargo, Slade sabía de la estrategia de los Titanes, de modo que arrojó a Cyborg contra Raven, quien dejó caer al artefacto, directo a las manos de Slade.
—Adiós, Titanes —dijo sonriendo bajo la máscara.
Antes de que pudiera activar el dispositivo, Starfire se le abalanzó.
—¡No! —gritó Starfire lanzando un rayo desde los ojos, dándole al artefacto.
Slade y Starfire se hallaban en el piso, Slade tratando de alcanzar al dispositivo y Starfire tratando de detenerlo.
De repente, el artefacto multiverso comenzó a sacar humo y chispas y a producir un silbido, como el de una tetera al fuego.
—¡Va a explotar! —alertó Cyborg.
—¡Cúbranse! —gritó Robin corriendo hacia Starfire.
¡¡BOOM!!
El dispositivo multiverso estalló, llevándose consigo tanto a Slade como a los Titanes hacia un universo desconocido...
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Miraculous Titans
Fanfiction¿Qué pasará cuando los héroes de París, Ladybug y Chat Noir, crucen caminos con los legendarios Jóvenes Titanes?