2. Titanes en París

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—¿Robin?

La voz de Starfire se oía tan lejana.

Starfire.

Lo último que recordaba era que Starfire luchaba contra Slade, cuando el dispositivo multiverso estalló. Starfire. ¿Habría conseguido salvarla? Claro que debió salvarla, escuchaba su voz, ¿o acaso habían muerto y Starfire lo llamaba?

—¿Robin? ¡Robin!

Su voz se oía cada vez más fuerte. Tenía que verla; tenía que asegurarse de que estuviera bien.

Robin fue abriendo lentamente los ojos hasta que su vista se aclaró y pudo apreciar el preocupado, pero bello rostro de Starfire, aún con la orquídea en el pelo.

—Robin, ¿te encuentras bien? —preguntó.

—Sí, eso creo —dijo Robin incorporándose— ¿Y Slade?

—Posiblemente no sobrevivió a la explosión —sugirió Cyborg.

—Viejo, ¿dónde estamos? —preguntó Chico Bestia mirando a su alrededor.

—Creo que ya sé dónde —dijo Raven, quien se hallaba de espaldas a los demás Titanes, contemplando el lugar.

Los demás Titanes se acercaron a su lado y lanzaron un grito ahogado al percatarse de dónde se encontraban. Debajo de ellos, había una glorieta llena de autos cuyas luces parecían focos navideños moviéndose, la glorieta daba a tres calles distintas, con todas las aceras decoradas con una fila de árboles cada una, todas las casas y comercios brillaban ante la oscuridad de la noche, dándole un aspecto mágico a la ciudad; y a lo lejos, pudieron contemplar una torre de cuatro caras curvas unidas por varias plataformas hasta la cumbre, iluminada con cientos de luces doradas: los Titanes estaban en París.

—Qué ciudad más hermosa —dijo Starfire rompiendo el silencio

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—Qué ciudad más hermosa —dijo Starfire rompiendo el silencio.

—Pero, ¿no se supone que deberíamos estar muertos? —dijo Chico Bestia— Quiero decir, explotamos.

—El dispositivo multiverso debió enviarnos aquí un segundo antes de la explosión —dijo Robin—. Tuvimos suerte de salir con vida.

—No podemos decir lo mismo del dispositivo multiverso —dijo Cyborg tomando del suelo los restos del artefacto.

—¿Qué haremos ahora? —preguntó Starfire preocupada— ¿Cómo volveremos a casa?

—No estamos en otro universo Star —dijo Raven—, sólo fuimos enviados a París, que sigue estando en la Tierra.

—¡Sí! —agregó Chico Bestia— Lo único que tenemos que hacer, es tomar un vuelo hacia Jump City y ¡listo!

—Así es, Starfire —añadió Robin—. Además, estamos en París, nada malo puede pasar.

El momento fue interrumpido por un terremoto, seguido de los gritos de las personas corriendo asustadas y una extraña figura a lo lejos, que se alzaba de una gigantesca planta que se movía a través de la calle, arrojando semillas de las cuales crecían plantas monstruosas que atacaban a la gente.

—Con que nada malo puede pasar, ¿eh? —le dijo Chico Bestia a Robin, tras lo cual recibió un golpe en la nuca por parte de Raven.

—Debemos hacer algo —dijo Robin sacando su cable con gancho—. Titanes, ¡al ataque!

Tras el grito de su líder, los Jóvenes Titanes se lanzaron hacia lo que fuese que estuviera creando esas horribles plantas, destruyendo cualquiera de ellas que les impidiera el paso. Para tener una mejor vista de la situación, los Titanes aterrizaron en el techo de un edificio cercano a la zona de caos. Ahí, pudieron identificar que quien controlaba las plantas gigantes era una mujer de cabello tan verde como las hojas de los árboles de las aceras, usaba un antifaz negro y reía ante la destrucción de la ciudad.

—Bien, Titanes —dijo Robin a su equipo—, en cuanto se acerque, la tomamos por sorpresa y mientras Raven sujeta a la chica, Starfire cortará la planta en la que se pasea y Chico Bestia le arrebatará la bolsa con semillas a la chica. ¿Listos? ¡Vam...!

—¡Miren! —exclamó Chico Bestia señalando a la planta en la que se encontraba la mujer.

Alguien más la había tomado por sorpresa, un chico con un traje negro, con un cinturón largo que le colgaba por detrás como una cola, un cascabel dorado en el cuello, un antifaz negro y orejas de gato en la cabeza, tenía el cabello rubio y despeinado y sus ojos eran de un verde brillante.

Cataclysm!* —exclamó el Chico Gato en francés, que con sólo tocar la gigantesca planta con su mano derecha, ésta se volvió polvo, ocasionando que la Mujer Planta cayera sobre una de sus plantas monstruo, una enredadera salvaje que se enroscó en sus brazos y piernas.

—¿Vieron eso? —dijo Chico Bestia incrédulo— ¡El tipo acabó con la planta sólo con tocarla!

Maintenant, Ladybug!* —bramó el Chico Gato.

Los Titanes se volvieron hacia donde veía el Chico Gato y se asombraron al ver una silueta, ágil y delgada, saltar con elegancia frente a la luna, aterrizando sobre una chimenea cercana y poniéndose de pie, donde los Titanes pudieron contemplar a una chica joven, de ojos azul cristalino y cabello oscuro como la noche, usaba un traje de cuerpo completo y antifaz rojos con puntos negros y unas cintas rojas en las coletas con las que tenía sujeto el cabello, mientras ondeaba con la brisa nocturna. Robin, quien había entendido lo que dijo el Chico Gato, supuso que se trataba de "Ladybug", pues apareció en cuanto el Chico Gato llamó.

—Ladybug —murmuró Robin asombrado y ligeramente ruborizado.

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*TRADUCCIONES:

¡Gataclismo!

¡Ladybug, ahora!

Miraculous TitansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora