5. Encubierto

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When there's trouble you know who to call...

TEEN TITANS!

From their tower they can see it all...

TEEN TITANS!

—¿Qué están haciendo? —preguntó Raven entrando al vestíbulo. Eran casi las siete de la mañana y Cyborg y Chico Bestia estaban viendo su propia serie en una pantalla plana nueva.

 Eran casi las siete de la mañana y Cyborg y Chico Bestia estaban viendo su propia serie en una pantalla plana nueva

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—Hola, Rae —saludó Chico Bestia volviéndose hacia ella—. Estamos viendo un episodio de nuestra serie, ¡prácticamente todo lo que hemos hecho está aquí!

—¡Sí! Y escucha la canción de la serie, ¡es genial! —agregó Cyborg— Si hay problemas a ellos llamarás... ¡TITANES!

Raven se cubrió los oídos debido a la desafinada voz de Cyborg.

—Desde su torre todo verán...

—¡Ya basta! —ordenó Raven. Ciborg se calló y Chico Bestia se estremeció.— ¿De dónde sacaron esa pantalla?

—La compramos anoche —respondió Chico Bestia—. También rentamos estos DVD's de todas las temporadas de nuestra serie.

—No creo que deberían gastar de esa forma el dinero que nos dio Cat Noir —argumentó Raven.

—Relájate, Rae —dijo Chico Bestia con calma—. Cat Noir nos dio 800, 000 €, lo cual en dólares sería... ehhh... ¡mucho!

Raven gruñó ante la ineptitud de Chico Bestia y se alejó. Se topó con que Starfire yacía en el suelo, leyendo entretenidamente el libro de cuentos que le obsequió.

—¿Qué haces, Star? —preguntó Raven, aunque era evidente lo que Starfire hacía.

—Leyendo el libro que me diste —respondió alegremente—. Es muy informativo, ¡no sabía que las calabazas podían servir de carruajes!

Antes de que Raven pudiera explicarle a Starfire, Robin entró al vestíbulo, pero iba vestido como civil... y sin su máscara.

—¡Un intruso! —alertó Chico Bestia y, convirtiéndose en un gorila, tomó a Robin por el cuello de su camisa y lo puso contra la pared. Starfire se dirigió a él.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —dijo Starfire amenazando con disparar un rayo de energía de su mano.

—¡Chicos, vamos! —dijo Robin tratando se zafarse— Soy yo, ¡Robin!

—¡Oh! Ehhh... lo siento, viejo —se disculpó Chico Bestia destransformándose y acomodándole la camisa a Robin.

—Perdón, no te reconocimos —agregó Starfire apenada.

—No importa, ese es el punto —dijo Robin—. ¿Y bien? ¿Cómo me veo?

Los Titanes estaban asombrados.

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