Jannick

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JANNICK

Dakota ha sido herida, Bruno la ha atravesado con esos brazos raros. Son como afiladas cuchillas. Todo pasa muy rápido, mis brazos y piernas no pueden moverse, Bruno sonríe maliciosamente.

-Dakota - grita Noah, me doy la vuelta y veo que Noah se dirige rápidamente donde esta Dakota.

Bruno saca bruscamente las afiladas manos que tiene del pequeño cuerpo de Dakota. Todos se quedan sorprendidos o en realidad asustados.

Noah se acerca a ella y toca con delicadeza la cara de ella, trata de cubrir la herida, pero todos ya lo sabemos, sabemos que ella está muerta. Noah no para de llorar, solo se le escucha decir susurros, él se ve culpable.

-Nunca debieron de haber huido – dice Bruno enojado

Lo miramos a él y a los corrompidos que están a su lado, parece ser que no nos atacaran, Bruno los controla.

Me siento irritado conmigo mismo, enojado con Bruno y con su existencia, no puedo controlarme, quiero matarlo y destrozarle la cara, quiero que pague por lo que le hizo.

-Morirás – escucho decir a Noah, y es lo que me vuelve en sí.

Bruno lo mira con desprecio y dice – No digas estupideces

Pero no nos damos cuenta de lo que sucede, Noah se acerca a Bruno, tan rápido que no lo vemos, utiliza su elemento tierra, como barrera, esta tan cerca de él que no sabemos lo que pasa.

Los corrompidos no se mueven, solamente observan al igual que nosotros, veo que a Noah le salen lágrimas de los ojos mientras que grita:

-Eres un monstruo ... tú y todos ustedes lo son..... No merecen vivir.

Noah no se concentrado, su ira es tan grande que no se da cuenta del peligro que corre. Bruno lo atraviesa con sus cuchillas. Noah también sale herido.

-¿Monstruo? – dice – tal vez tengas razón - Bruno lo vuelve a atravesar con su otra cuchilla y vemos como Noah cae, y creo escuchar un lo siento de Noah.

Lorena grita y se desmaya, por lo que Leonardo la sostiene.

Yo me siento con ganas de matarlo por lo que comienzo a dirigirme hacia él, pero siento que alguien toca mi brazo y me detiene y veo que es mi hermana.

-No lo hagas – dice seriamente.

-¿Qué quieres? – dice con seriedad Elizabeth.

-Su pequeño escape me costó un día - dice Bruno – Fue bueno deducir que ustedes estarían aquí.

-¿qué esperas? – grita Celeste – Mátanos ya

Sus palabras sonaron muy fuertes, parece ser que ella entro en pánico, después de lo que le sucedió a su amiga no es de sorprenderse.

Bruno la mira y ella no parece ser que tiene miedo por lo que muestra su cara altivamente hacia él.

-No me importa morir ya – dice ella

-Si quieres morir, no es mi problema – dice - pero ese no es mi trabajo mocosa.

Se aleja de ella y se dirige hacia nosotros.

-Ustedes son parte de nuestro ejército y los necesitamos vivos.

-¿y si nos negamos? – pregunta Elizabeth desafiante

-Bueno, entonces tendrán que ser por la fuerza – lo dice con una sonrisa maliciosa en su rostro.

-¿y qué pasa con ellos? – pregunta Benjamín.

-Ellos no están muertos.

-¿Qué? – le pregunto

-Ellos se convertirán en corrompidos muy pronto, por lo que deberían de apresurarse y alcanzarles.

-Eres un maldito monstruo – dice Elizabeth.

-Ya – dice enojado - Dima los necesita.

-¿Quién es ella?

-Ella es quien los convertirá y los hará llorar. En sus últimas palabras el parecía burlarse de nosotros.

-Vámonos – dice y los demás corrompidos nos rodean aún más, uno de ellos se acerca a Noah y Dakota y los levantan mientras que Bruno nos da indicaciones de que lo sigamos. Después de todo no tenemos alternativa, él nos tiene acorralados.

Por lo que seguimos caminando hacia donde él nos lleva. Yo lo miro con odio.

Mi hermana está cerca de mí, toma de mi brazo.

-¿Crees que sigan vivos? – dice en silencio, casi ni se la escucha.

-no lo sé, pero vamos a averiguarlo.

-Si así fuese, tal vez ellos ya están a punto de convertirse en corrompidos.

-Debemos evitar eso – le digo mirándola.

-Basta de cuchicheos – dice Bruno casi gritándonos.

Miro detrás de mí y veo a los demás mirando los alrededores como si estuvieran perdidos. En realidad lo estamos.

-Realmente quiero ayudarlos a todos ustedes – digo.

-Y podemos hacerlo – dice Abby. – Juntos.

Su mirada parece ser como la de aquella niña que perdió  y que todo lo que le queda fuese solamente yo, su hermano.

-No necesitas hacer nada Abby – le digo.

Ella me mira confundida, pero a quien engaño, no se me ocurre ningún plan, en realidad no tengo ningún plan, y atacar en las condiciones que nos encontramos es como querer morir, sería prácticamente u suicidio.

ODUN (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora