Capítulo 8 - Escape en Yavin IV

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Jaster se acercó hacia ella y colocó sus dedos sobre su cuello. Notó todavía sus pulsaciones, respirando algo más aliviado. Rebuscó entre su pelo la herida que le acababa de hacer y apartó las cadenas hacia un lado con arrepentimiento. Suavemente llevó a la chica hasta la cabina y la dejó sobre el asiento donde minutos atrás le había ofrecido sentarse. Se despreocupó por unos minutos de sus labores como piloto y decidió hacer de médico, activando la autonavegacion. Posteriormente cuidó al crío y programó su ruta hacia Yavin IV, el lugar donde parecía encontrarse su principal almacén general.

...

Aquella explosión había hecho que Josh permaneciera inconsciente durante horas. Al levantarse, sintió un fuerte pitido en su oído. Aquello le hacía rabiar a más no poder. Su brazo estaba completamente amoratado debajo una gran roca. Sabía que estaba roto, pero no cómo sacarlo de ahí.

- Genial...

El muchacho localizó su voz, después de horas  gritando su nombre.

- ¡Josh! ¿Dónde estás?

- ¡Estoy aquí, debajo de una roca!

Fue buscando su voz hasta encontrarle. Tenía una linterna que había conseguido de uno de los hombres que habían abatido. Al llegar, levantó con fuerza la roca con todas sus fuerzas. Josh no pudo evitar soltar un fuerte alarido y comenzó a jadear. Lando usó un pedazo de madera que había en el suelo para entablillar su brazo y lo ató con un unas cuerdas que guardaba en su bolsa.

- Gracias Lando – dijo Josh con una ligera sonrisa.

El muchacho se quedó perplejo durante varios segundos. "¿Ha dicho gracias? Es la primera vez que escucho eso de él en mi vida" pensó. Lando tiró del otro brazo hacia él mismo y le ayudó a levantarse.

- Vamos, no hay tiempo que perder – añadió el joven.

- ¿Sabes algo de Vega y del chico? – preguntó Josh.

- Ojala lo supiera...

Josh suspiró, sintiendo cierta preocupación por ellos dos. Lando y Josh intentaron abrirse camino entre las enormes rocas y vieron en el suelo al hombre al que el chaval le había arrebatado la linterna. Josh se acercó lentamente hacia él y observó el emblema que tenía bordado en su camisa.

- Jaster Wrenett – señaló con su dedo.

Lando se quedó observando el logotipo. Las iniciales JW estaban grabadas en letras rojas mientras que el fondo era grisáceo, con un dos rifles de asalto enlazados entre sí con una cuerda. Después asintió, dándole la razón.

- Si están vivos... Probablemente los hayan llevado hasta Yavin, Josh.

- Lo sé. Ahí es donde tiene montado su tinglado. Pero primero tendremos que salir primero de aquí.

El joven suspiró y ambos intentaron hacerse paso entre la multitud de rocas, sin saber exactamente al lugar hacia el que iban. Tras varias horas, consiguieron llegar a la entrada. Los hombres que había dejado Jaster vigilando las entradas seguían estando por allí.

- ¿Qué hacemos ahora? – preguntó Lando mientras rodaba los ojos.

- Intentaremos salir desapercibidos – dijo dándose la vuelta.

Lando le siguió confuso sin saber qué estaba haciendo, iba en dirección contraria. El contrabandista se paró y empezó a desvestir a un hombre que yacía en el suelo y le tiró una camisa. Él la cazó al vuelo y se quedó mirando atónito.

Recuerdos desde CorelliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora