Desenmascarado

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❝Dicen que el tiempo puede pasar en buena compañía, que el amor puede curarlo todo, menos curarse a sí mismo. Dicen que somos capaces de amar sin importar el pasado. Pero es difícil afrontar un futuro que no tiene un pasado al cual aferrarse.❞

La secretaria tecleaba por su computador. Aquel día era como cualquiera; algunos chicos rebeldes con problemas de atención entraban y salían del consultorio del psicólogo, algunos familiares inconsolables por la pérdida de algún familiar también... Pero había algo especial. Una pareja separada por una silla vacía estaba en la sala de espera. Era curioso ver parejas así, normalmente se rehúsan a ver a algún especialista. Pero ahora era diferente, ambos parecían estar de acuerdo con estar ahí.

La chica de pelo azabache que tenía cierto toque azul hojeaba una revista de moda; "El legado de Gabriel Agreste" dictaba el título. Tenía ojos azules, incluso los más azules que había visto. Era alta, se le veían aquellas kilométricas piernas desde el escritorio; delgada y las curvas estaban justo donde debían estar.

A su lado derecho se encontraba un rubio de ojos color esmeralda, lucía un poco más alto que la chica. Estaba revisando su teléfono sin darle importancia a nada más. Era delgado, sus músculos se cernían sobre su cuerpo. La mujer se atrevió a imaginarse coqueteando con el hombre. Qué poca seriedad en el trabajo pensaría su jefe

La puerta de la oficina del psicólogo se abrió y éste se asomó.

-¿Señor y Señora Agreste?-la pareja se levantó de sus asientos y se encaminaron al consultorio del médico, cerrando la puerta detrás de ellos.

Será un día lleno de sorpresas, pensó la mujer detrás del escritorio.


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La joven pareja tomó asiento en el sofá amplio situado frente al escritorio, teniendo cierta distancia entre ellos, lo cual ya no era tan extraño desde hace un tiempo.

El médico se acomodó en la silla de su escritorio, abriendo un nuevo expediente con una carpeta de cuero negro, hizo unas pequeñas anotaciones, antes de presentarse.

- Soy el doctor Mcwitzoguet, psicólogo especialista en infantes, matrimonios y casos de salud mental. Me gustaría conocerles un poco más.

El rubio frente al médico reprimía una risa burlona. "Mcwitzo-¿qué?", pensó. "Americano, seguro". La chica a su lado lo miraba con el ceño fruncido.

- Adrien, para ya.

- ¿Hay algún problema?- intervino el psicólogo, confundido por la actitud del joven.

- Ninguno. Mi esposo es un poco infantil-La mujer cruzó sus brazos, mirando al doctor.

- ¿Perdón?- les interrumpió el rubio, que cambió de actitud casi a la velocidad de la luz- Yo no me llamo Mcwetzouot.

- Es... Mcwitzoguet- el psicólogo notó que la conversación estaba tomando lugar a su apellido ya bastante atrofiado por las personas que no lo podían pronunciar, así que cambió el tema- Olvidemos esto... Quisiera enfocar este día en ustedes, que nos conozcamos, que tomemos un poco de confianza...

-Bueno, me sorprende que nos pida conocernos si es básicamente lo mismo que tienen todas las parejas. Ella es una chica, yo un chico, nos enamoramos, nos casamos, dejamos de tener interés en la relación y bam. Aquí estamos-Aquel joven con aspecto serio y severo parecía tener una máscara, la cual escondía la actitud de todo un chiquillo rebelde. La chica de cabello azabache estaba sonrojada, completamente avergonzada.

Mr. & Mrs. Agreste |MLB FANFIC| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora