Peligros y rescates

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Los días transcurrían tranquilamente por la ciudad de París. No más akumatizaciones, no más peligro... La gente se había acostumbrado tanto a las acciones de Hawk Moth, que seguían teniendo su toque de queda. Adrien caminaba por las solitarias calles de París, con las manos dentro de los bolsillos de su chaqueta. Plagg, su kwami, sale del bolsillo interno de ésta.

  — ¿Y ahora qué? ¿Porqué querías que te acompañara?— murmura éste con la voz soñolienta, como si acabara de despertarse.

— Te lo explico más adelante, es algo importante...

— ¿Hay otro Hawk Moth?— la pequeña criatura se alerta, revoloteando por todos lados.

  —¿Qué? No...— dice el rubio con cierta molestia.

— ¿Entonces? Pude haberme quedado en casa y no sufrir éste frío, ¿para qué me necesitas? Al cabo, ya no hay peligro.

El rubio sujeta al kwami de una de sus patas, volteándolo de cabeza juguetonamente.

— Bueno, testarudo. Me han ofrecido un... "empleo"— dice, imitando comillas con su mano libre.

  — Mh... ¿qué hay de la empresa de tu padre?— pregunta.

— Ésto es aparte... Yo no quiero dedicarme a eso exclusivamente, nunca ha sido de mis preferencias— sigue caminando y antes de entrar a un callejón se asoma por ambos lados de la calle, asegurándose de que nadie lo mirara.

— ¡¿Venderás drogas?!— grita la criatura con asombro y el chico lo toma, cubriéndole la boca.

— ¡Shhhh, idiota!— gruñe, mientras lo mete de nuevo al bolsillo de su chaqueta— Ahora, por favor... Quédate ahí y no hables. Pronto sabrás de qué se trata— menciona antes de tocar 3 veces de manera pausada una puerta metálica, donde un hombre de gafas y traje sale para inspeccionarlo y posteriormente dejarle entrar, volviendo a cerrar la puerta de acero.




...




— ¿Marinette? ¿Has terminado los pastelillos?— la madre de la chica está en la caja registradora, contando el dinero que llevaban por el resto del día, había sido uno muy productivo.

— Síp, solo hace falta ponerles el betún, pero siguen calientes y se lo pondré hasta mañana— dice mientras pone el molde de los pastelillos sobre una superficie plana, cubriéndolos con una bolsa de plástico.

— Ah, cariño. Siempre tan trabajadora... Hacía tiempo que no nos ayudabas tanto en la panadería— su robusto padre se acerca a ella, pasándole el brazo por sus hombros.

La chica sonrió con melancolía, probablemente estaba demasiado ocupada salvando a París. ¿Qué sería de ella ahora que Hawk Moth ya no haría de las suyas?

  — Bueno, será mejor que vaya a dormir. Mañana tengo clase— la peliazul se despide de sus padres con cálido abrazo y un sonoro beso, para después subir las escaleras hacia su habitación.

Al llegar, se dispone a ponerse el pijama y su pequeña compañera Tikki nota su presencia— ¡Mari! ¿Qué tal la panadería?

— Igual que siempre. Dios, ahora mismo me siento de lo más agobiada.

— ¿Porqué? Ya no tienes que estresarte porque akumatizarán a alguien, todo está bien...

— Ése es el problema. Siento que mi vida ha pedido su rumbo desde aquel día— ella se recuesta en la cama, abrazando sus piernas para mantenerlas cerca de su pecho— Antes de que te conociera y supiera del mundo de los Miraculous realmente sabía lo que quería, pero ahora... El solo diseñar y hacer lo que me "gusta" pierde su sentido.

Mr. & Mrs. Agreste |MLB FANFIC| +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora