Nuestro amor es de chocolate [Proceso de edición].

Treinta y dos.

Noa:

–Hola, me alegro que no ignoraras este mensaje.

Scooter:

–¿Cómo lo has descubierto?

Noa:
–Eso no importa.

Scooter:
–¿Qué quieres? Acaso una explicación.
–Lo siento, no tengo ninguna.

Noa:
–No quiero eso.
–Te quiero a ti.

Scooter:
–¿Por qué?

Noa:
–No es muy obvio, siempre fuiste tú.

Scooter:
–¿Qué quieres decir?

Unos brazos sorprendieron aquel chico, el cual intentaba hacer que su fuerte cuerpo no decayera; aquellos brazos lo tomaron por la parte trasera brindándole un cálido abrazo, de aquellos que hacen que tu piel se derrita.

–Quiero decir que hagas lo que hagas nunca más te dejaré ir.

Aquel abrazo se hizo más fuerte, ambas partes conectaron inmediatamente; ellos sentían el calor que alguna vez los había dejado, aquel amor que los abandonó, ese amor fue recompensado después de tanto tiempo.

–Ella se fue, su corazón era débil—susurró el chico mediante un sollozo.

–El también se fue, su corazón también era débil– la chica lo abrazó tan fuerte como pudo.

Ambos habíamos pasado por la pérdida, el dolor y la intranquilidad de superarlo.

–Traje chocolates, ¿quieres comerte un poco ?

–Sería un honor– respondió ella.

El se volvió hacia la chica, sus miradas se encontraron.

–Dolerá, dolerá mucho–enfatizó el chico.

–Estoy dispuesta aceptar el dolor, ¿tú también estás?

–Estuve dispuesto desde el primer día en el cual nuestras miradas se encontraron– Sonrió el chico

Ella no dudó en acercarse a él y besarlo, ambos se dirigieron a la tumba la cual se encontraba frente ellos.

–Hola señora Sellers, prometo cuidar mucho de su hijo.

–Mamá si nos disculpas hoy voy a besar a Noa Wood; te acuerdas mi crush de infancia.

Y así fue como ambos se besaron, finalmente todo es curioso, pero definitivamente el amor sabe a chocolate.

N.A: Finalmente todo acabó.

Estoy llorando gracias por todo su apoyo, perdón por no actualizar, les garantizó que la próxima novela seré más constante.

Os quiere Mariana.