Treinta.

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Habían pasado tres días después que en el hospital me dieron el alta.

Regresé al instituto, simplemente pensando una cosa, ¿Cómo entablar una conversación normal con Scott Sellers?

Y ¿sí se ríe de mí? O incluso ¿sus amigos se ríen de mí? O tal vez ¿todo el mundo se ríe de mí? Y después ¿el universo explota causando el Apocalipsis?

—No quiero, ser la causante del Apocalipsis—comenté mentalmente, mientras mi cuerpo inquieto se escondía detrás de los casilleros.

Me veo patéticacomenté de nuevo después de un largo suspiro.

Después, de tantas charlas mentales una voz rompió el silencio.

–¿Qué haces?–dijo aquella voz particularmente conocida, con un toque de curiosidad.

—Uh, hola Brad— mencioné, algo aturdida —,¿Qué haces tú aquí?—Nuestras miradas se encontraron.

–Quería saber cómo estaba mi linda ex-novia, solo eso—respondió, con un toque de picardía.

–No estoy para tus juegos, Brandon.

–Yo no quiero meterme entre tus bragas, solo quiero que seamos amigos—Enfatizó.

Cansada de aquellos comentarios particularmente sexistas, no dude en llevar mi mano hacia su rostro, lastimosamente el estruendo nunca llegó, ya que con su mano detuvo aquel golpe.

"–Yo le caí bien a tu hermano ya que  una vez robe una de las cartas de Scott; la lleve a tu casa con el propósito de que él me descubriera, no lo hice porque me gustaras, solo tenía curiosidad del motivo por el cual tenías  tan colado  a Scott, quería averiguar el interrogante de aquella situación, pero aún no lo entiendo eres tan común; mira ahora estoy con Lauren, la de segundo, tiene un trasero exquisito y tú no eres nada a su comparación; ahora tienes el camino libre, ve con Scooter, el rey de los tontos, es mi mejor amigo, pero tiene pésimo gusto; Si quieres encontrarlo está en cementerio visitando a su madre, ya sabes ella falleció hace dos años—dijo todo mediante un susurro, mi corazón quedo en blanco al igual que mi mente, no sabía sí golpear a Brad por todo lo que había hecho, o ir a buscar a Scott; tenía sentimientos encontrados, quería hacer tantas cosas.

Pero tan solo me limité a decir.

–Eres un idiota–Salí corriendo sin mirar atrás.

La mirada de un chico que se quedo fija en la puerta del instituto, algunos dirían que estaba esperando ansiosamente la hora de salida, pero la situación era distinta; él estaba roto.

"Mi querida Noa, espero que seas muy feliz, él es mil veces mejor que yo, y te ama mucho, pero eso no  significa que yo no lo hubiera hecho, déjame confesarte que aún lo hago."

N.A: Ya casi se termina...

Quiero llorara, gracias a los que aún leen mi historia.

Nuestro amor es de chocolate [Proceso de edición].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora