Después de la tormenta llega la calma
— ¿Quieres chocolate o café, Bestie? —Keish me grita desde la cocina.
—Que sea chocolate —digo como puedo. Ella se asoma por la sala y me da una sonrisa triste mientras asiente y vuelve otra vez a la cocina.
Dos días. Dos días aquí, atrapada en este apartamento, pero más atrapada aún en mi mente. Estoy sentada en el sofá, abrazando mis piernas, con la televisión encendida como ruido de fondo que apenas escucho y presto atención. Debería salir. Lo sé. Debería levantarme, arreglarme y enfrentar el mundo. No dejar que esto me destruya, pero... no puedo. Mi cuerpo solo pide cama, solo pide descanso. Y mi mente no hace más que repetir las mismas preguntas, las mismas dudas.
Keish trata de animarme, lo sé. Sus intentos son sinceros, pero es casi imposible. Cada vez que logro levantarme un poco, vuelvo a caer. Es como si mi mundo entero estuviera hecho de arena, desmoronándose cada vez que intento sostenerme.
Keish entra con dos tazas humeantes, el aroma invade el aire. Se sienta a mi lado, y me ofrece una. La tomo y doy un sorbo. El calor me reconforta, un poco. Siento su mirada fija en mí.
— ¿Qué pasa? —le pregunto
—Nada... es solo que.... jamás te había visto tan vulnerable Aria —Ya sé por dónde viene esta conversación— Tú no eres así. De las dos tú eres la fuerte. No me gusta verte así, Aria. Eres mi mejor amiga, me corrijo, eres mi hermana. No quiero verte así. —Para este punto yo ya estoy llorando. Ella se acerca y me abraza.
—Es que como fue capaz de engañarme. Pensé que me amaba.
—Tal vez esa zorra lo presio...
—No —la interrumpo— Él nunca cede ante la presión. No trates de volver a defenderlo. Hiciste lo mismo con la foto que me envió Thalía. —sollozo
—Bueno... si tú lo dices.
Le doy otro sorbo a mi chocolate, intentando distraerme con el calor que ofrece. Veo a Keish levantarse y desaparecer por el pasillo, pero mis pensamientos no se van con ella. Se quedan aquí, conmigo, pesados y confusos.
El sonido de mi celular rompe el silencio. Sé que es Guillermo. No necesito mirarlo para saberlo. Siempre es él. ¿Por qué no me puede dejar en paz? ¿Por qué no se rinde de una vez? Después de todo, le dije la mentira más cruel que se me ocurrió.
Pero... ¿esa mentira? Ni siquiera me detuve a pensar en las consecuencias. Fue venganza, sí, pero una que ahora se siente vacía.
Decirle que estuve con Mike fue mi manera de herirlo, de hacerle sentir algo de lo que yo estaba sintiendo. Pero... ¿Mike y yo? Eso nunca pasará.
¿O sí? No. No tiene sentido. No creo en el destino, esas cosas no suceden. Las relaciones no deberían comenzar por una mentira, y mucho menos por una venganza. El amor es algo que se construye, algo que nace con el tiempo, no una chispa encendida por un acto de ira y despecho.
Respiro profundamente, sintiendo cómo la confusión se mezcla con el arrepentimiento. ¿Por qué siquiera estoy pensando en esto? ¿Por qué esa mentira, dicha en un momento de furia, sigue persiguiéndome? Pero entonces, ¿y si esa mentira sí cambia algo? ¿Y si, de alguna manera, esa pequeña chispa que arrojé al aire termina provocando un incendio que no sé si puedo apagar? No, las cosas no funcionan así. ¿O sí?
Veo a Keish caminar a la puerta del apartamento con su cartera en mano.
— ¿A dónde vas, Keish? —ella se voltea a verme
—Voy a la tienda. Regreso rápido. —cierra la puerta tras ella.
Chequeo la hora en mi celular 2:35pm. Mis ojos comienzan a cerrarse y dejo que lo hagan.
![](https://img.wattpad.com/cover/77075043-288-k783415.jpg)
ESTÁS LEYENDO
EL DESTINO (Prontamente en físico)1ra parte
Fiksi RemajaAria, una joven decidida a vivir la vida según sus propios términos enfrenta un viaje emocional donde el pasado y el presente convergen de maneras inesperadas. Entre reencuentros con su mejor amiga de la infancia, Kashlin, y el redescubrimiento de u...