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La preocupación la podía sentir por todo mi cuerpo, ya no daba más, quería explotar. Lo llame unas diez veces pero nunca contesto, no quiero pensar que algo le ha sucedido...

Sin pesarlo más, tomo una chaqueta, me la tiro en sima y subo a mi auto directo al departamento de Klein. Si no está en su casa quiere decir que algo le sucedió, varias veces durante el camino me decía a mí misma que todo estaba bien, aunque sabía que no era cierto, solo lo hacía para bajar la velocidad.

Llego y subo lo más rápido que puedo.

—Cálmate y respira profundo, no quieres asustar a sus padres —me digo a mi misma.

El timbre suena y escucho unos pasos venir hacia a mí.

—Jade cariño ¿Qué haces aquí? ¿Y mi hijo? —lo busca con la mirada.

No está aquí, entonces si le sucedió algo.

—¿Querida?

—Jade —era su padre— pasa.

Pase, pero seguía en silencio abrazándome a mí misma.

—Klein el... No lo he visto, lo llame pero no ha aparecido.

—¿Pero no iba a estar en tu casa hace unas dos horas? —Eva ya estaba nerviosa.

—Sí, pero no llego y estoy muy preocupada.

—Salió temprano, incluso no almorzó aquí, dijo que se iría directo a tu casa ¿Si le paso algo... —se dirige a su esposo.

—Tranquila —la abraza— Lo llamare y verán que todo está bien.

Busca su celular mientras nosotras nos sentábamos una al lado de la otra en el sillón, Jorge regreso y se sentó al lado de su esposa, marca y activa el alta voz, pero nadie contesta, no hasta que volvió hacerlo.

Alo —era el, era Klein.

Mi corazón al fin dejo de latir tan rápido.

—¿Hijo dónde estás?

Con Jenny.

Una enorme puntada llega en mi corazón.

—¿Qué haces ahí? —hablo su madre no muy contenta.

¿Estoy en alta voz?

—Si hijo y —me iba a nombrar pero le hago un gesto rápido para que no lo haga.

—Te pregunte ¿Qué haces ahí? ¿Y jade? —insiste su madre

Maldición —se sorprendió— Su cumpleaños.

Otra puntada.

—Si Klein su cumpleaños —dice Eva enojada y tomando de mi mano

—¿Qué sucedió? —pregunta su padre, apoyando su mano en la rodilla de su esposa para calmarla.

¿Recuerdas que recibí una llamada en la mañana? Era Jenny había tenido un problema y estaba llorando, así que vine, se me paso el tiempo, ¡MALDICION! Jade va a matarme.

—Más bien se va decepcionar, ruega que te perdone —Eva se levanta y se va.

Voy a llamarla, no, voy a ir ahora mismo a su casa, nos vemos papa —y corta.

—¿Jade?.... ¿Jade? —Toma mi mano— No llores cariño, no lo hizo a propósito.

¿Llorar?, llevo mi mano a mi rostro, y si, estaba llorando ¿Cuando? No me había dado cuenta.

—Debo irme, gracias —me levanto rápido y camino hacia la puerta— Por todo —susurro para mí.

Conduzco a mi casa, preparándome para hablar con Klein.

Al llegar él estaba ahí, afuera de la casa.

—Jade —corre hacia mí.

—Pasemos —no lo miro.

Íbamos en el pasillo cuando me abraza, pero yo no podía corresponderle, menos pensado que hasta hace un momento Jenny estuvo en sus brazos.

—Perdóname, por favor perdóname, iba a venir pero se me presento algo, perdón —se apartó— Estas hermosa.

—Vamos a sentarnos —digo fría.

Ya sentados no deja de mirarme y por más que intentaba acercarse me alejaba de él.

—Ahora quiero que me expliques qué sucedió.

—Jenny —cierro mis ojos con fuerza, como la odio— Ella termino con Peter y...

Lo interrumpo.

—¿Y ella corrió a tus brazos? Más bien tú corriste a los suyos ¿No?

—Estaba llorando, estaba muy mal, tenía que ir, somos amigos desde niños y hemos estado ahí para otro siempre

—¿Y yo? Entiendo que sea tu amiga, ¿Pero no me merecía al menos una llamada? Te espere casi dos horas como una estúpida, llego a casa de tus padres porque pensé que habías tenido un accidente ya que no te dignaste a contestarme el celular, ¿Sabes lo humillada que me sentí con ellos cuando contestaste y dijiste que estabas con esa?

—¿Estabas ahí?

—Lo nuestro, si es que lo hubo, llega hasta aquí.

—No, claro que no.

—Si Klein ¿No te das cuenta? No corriste por ella porque sea tu amiga, sino porque ella aun esta en tu corazón... No peleare contra ella Klein, no otra vez, me humille lo suficiente la primera vez, decídete con quien quieres estar.

—¿Me estas pidiendo que elija entre ella o tú?

—No, nunca te lo pediría, solo que definas tus prioridades, no puede ser que olvides a todo el mundo solo porque ella se peleó con su novio.

—Lo siento.

—Está bien, sabia a lo que me estaba metiendo, solo decídete para el lunes... Me voy acostar, solo deseo dormir, llega bien a casa —beso su mejilla y me voy.

Un par de minutos más tarde escucho la puerta cerrarse y un auto partir.

Ni siquiera intento pelear por mí.

Yo estaba en lo cierto, no la ha olvidado... como no si ella es la señorita perfecta.

¡PORRISTA EN APUROS! /1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora