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Nunca había llorado tanto, ni siquiera cuando Peter me dejo, supongo ya sabía que tarde o temprano pasaría, pero con Klein.... En verdad llegue a pensar que funcionaria, siempre me engaño a mí misma. Aun sabiendo que todavía sentía algo por ella, me arriesgue ¿Pero de que sirvió? Todos caen por ella ¿Por qué? Como puede ser que a los chicos les gusten a las chicas buenas, con cara de angelitos, ¿Es por qué no me sonrojo? ¿O actuó tímida? ¿O torpe?

No tengo ganas de ir a clases pero tampoco puedo andarme ocultando en mi casa como un cobarde, me levanto, me baño, Visto y maquillo, tomo desayuno y parto en mi auto directo a la universidad.

Al llegar veo un grupo de chicos corriendo hacia un lugar y como soy humana y la curiosidad mata, también voy a ver, era Peter montado sobre otro chico golpeándolo como si no fuera haber un mañana, a unos metros estaba Jenny con sus manos cubriendo su boca y Klein... La abrazaba.

Era fácil deducir que sucedía, a puesto que como ellos pelearon Peter debe estar con los mil demonios, un chico se le acercó le hizo un comentario que no le gusto y comenzó a golpearlo, Jenny escucho de la pelea y vino rápido a ver.

Y en tres segundos más ella se interpondrá entre ambos gritando "PETER LO MATARAS"

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—¡NO PETER BASTA, LO VAS A MATAR!

Cliché.

Toda esta ridiculez, la observo con una total indiferencia, me doy cuenta que Klein me observa, doy la media vuelta y me largo, si quiero ver un espectáculo mejor voy al circo.

Las horas de clases eran largas y lateras, a cada salón que voy se habla de la pelea de la mañana, estoy harta.

—¡JADE! —conozco esa voy.

—No hay nada más que decir Klein, déjalo.

—No puedo, anda escúchame.

—¿Por qué debería? Ya sé, tu princesa debe estar cuidando a su amado y tú te acordaste de mi ¿No?

—Deja el sarcasmo de lado. No he dejado de pensar en ti, tú no eres así conmigo.

—Soy así con todos querido.

—Mentira.

—Verdad.

—Mentira.

—Déjame al menos darte tu regalo de cumpleaños.

—No quiero nada de ti.

—Pero lo aceptaras, quieras o no.

—Te apuras tengo cosas que hacer.

Sonríe y busca el bendito regalo en su mochila.

—Toma —estaba envuelto así que no sabía que era.

—Gracias —estaba dispuesta a irme pero como siempre mi brazo paga las consecuencias.

—¿Para a dónde vas? Ábrelo.

—Después —lo meto a mi bolso— ¿Me obligas abrirlo? Es mío y hago lo quiero con él.

Ninguno más hablo y fuimos por caminos separados.

No comí en la cafetería ya que no tenía lugar donde sentarme, las chicas que supuestamente tenía como amigas, jamás me aceptarían en su mesa, y las demás chicas de las porristas estaban esparcidas sentadas en distintas mesas y como la mayoría de sus novios eran amigos tanto de Peter como Chloe y Natalie.... No tenía a nadie... Es tan patético.

¡PORRISTA EN APUROS! /1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora