Hola, Soy Maxxie.

Decision.

Estaba suspendido, a Juan Carlos lo dejaran regresar las ultimas dos semanas de escuela, y a mi hasta el próximo año, la directora dijo que es "un adelanto de vacaciones" es una injusticia, Juan fue el que me ofendió, lástima que yo haya tirado el primer puñetazo.
Kenia intentaba hacerme la plática , obviamente la mandé al cuerno y le dije: "nada de esto habría pasado si tu..."
-"¡Callate Maxxie!"
Mi padre sabía claramente lo que iba a decir, pero no podía evitarlo, de no ser por ella, mi madre sería la misma de siempre , mi hermana no sería una adicta, y sabría dónde carajos esta mi hermano, se que soy muy repetitivo en eso, pero de verdad, era un infierno toda esa situación.

"Muy bien Maxxie, se porque lo hiciste y se que las cosas van mal en la casa, así que como castigo o beneficio, lo que sea, te irás a vivir con Kenia y conmigo, hasta que regreses a la escuela" -Dijo mi padre con una actitud maliciosa, que usaba cada que me castigaba.

¿Que demonios? La odiaba y ahora tenía que vivir con ella, mi padre jamás estaría por el trabajo, y yo tendría que "llevarme bien" con ella, ¡maldita sea! Cuanta frustración.

Fuimos a mi casa por mis cosas y mi hermana estaba ahí, creo que le había dado pereza ir a la escuela (cuando no), al darse cuenta que yo también me iria de la casa se puso un tanto histérica.
-"¿Primero te largas y ahora te llevas a Maxxie? ¿Que demonios te pasa? " -Grito mi hermana.
-"Tu no sabes lo que hizo..."
-"¡No me interesa que hizo, el vive aquí no te lo puedes llevar!"
-" Puedo y lo estoy haciendo, es mi hijo, le avisas a tu madre, ¿si? "

Creo que mi padre le pagó a Fernanda para que conservará la calma, después de un rato deje de oír gritos y vi que mi padre se guardaba la cartera, ya tenía todo listo, cuando me di cuenta mi padre había tomado mi balón de basketball para llevarlo con nosotros, ¡genial, más convivencia!.

Fui al cuarto de mi madre, la vi dormida con unas pastillas en la mano, las agarre porque sinceramente, prefería estar drogado que convivir con esa loca, me las guardé, le di un beso en la frente y me fui de ahí.

Juro que prefería quedarme mil veces en mi soledad (uno con el tiempo se acostumbra) a convivir con esos dos lunáticos.

Al llegar a su casa y subir al que sería mi cuarto me metí a la boca un par de las pastillas de mamá, me las trague a lo bestia, sin agua, esperando que me hicieran algún efecto, como relajarme o hacerme dormir todo el dia, como a mamá. Dios, como la extraño.

La vida es una miseria, que no hace más que quitarme cosas y ponerme en lugares donde no quiero estar, hacerme golpear y/o insultar gente, aunque por mucho que odiara la vida  nunca se me vino a la mente el suicidio, pero a alguien más de mi familia, creo que si...