III - Tercer acto.

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Es el mismo vehículo que la otra vez. ¿Será ese su esposo? Creo que no debería de decir esposo ya que no estoy seguro de que este casada o no. Aunque lleva un anillo en su dedo, eso debería de ser la prueba contundente. En todo caso, ¿Por qué me aferró a la frágil posibilidad de que ella no esté casada? Ni siquiera le conozco, no sé quien es ella, donde trabaja, no sé el número de su departamento, siendo este un edificio tan pequeño. - Esos pensamientos, como bucle infinito, dan vueltas y vueltas desde que que vi a Esa chica entrar en ese dichoso vehículo que le recoge todos los días en la mañana a nuestro edificio. Insisto e insisto todo el día en la esperanza de que es soltera. Sin entenderlo, tengo miedo de preguntarle, tengo miedo de saberlo, tengo miedo de tener miedo. Sin dudas que esta chica saca cosas de mi que no creí tener.

Estoy en mi escritorio, tengo que entregar dos informes, y no he escrito ni una palabra. ¿Cómo piensas en algo cuando tu mente ya está ocupada por una persona?

Recuesto mi cabeza en mi mano derecha confundido y cansado. solo quiero llegar a casa, recostarme, olvidarme de ese anillo, de ese vehículo, de esa calle, mi edificio, Esa chica. Mis pensamientos se interrumpen al ver que mi compañero Marcus, el único que me cae bien, se acerca a mi escritorio, tiene cara de esas que pones cuando tramas algo, y le coquetea con la mirada a samanta, mi compañera morena que fija su atención en que marque las 5 Pm el reloj para encontrarse con su novio que le espera como de costumbre a la salida, eso sí es amor, no como yo que me la paso pensando en una chica que no se cómo se apellida... he vuelto a pensar en ella. ¿Esta vez de forma romántica?

- Leonsito, los chicos planeamos unas cervezas en Mario's cuando acabe la jornada. hoy es viernes, así que no tienes excusa. - Marcus me guiña el ojo muy sonriente recostando su espalda en mi escritorio y cruzado de brazos. ¿Cómo le hacen todos para estar siempre tan sonrientes?

- Hum... - tardo varios segundos en buscar la excusa perfecta para ignorar su petición y poder marcharme a mi fortaleza de pensamientos. Haré lo que he hecho todo el día, pero sin paga. - estoy muy cansado Marcus, lo siento. - no luce muy convencido. Es como negarle un juguete a un bebe, el seguirá insistiendo y presionando hasta verte ceder, admiro eso de los bebes.

- Pues como es costumbre, esta vez no te insistiré. Tienes cara de enamorado así que a lo mejor tienes planes, campeón. - ¡¿cara de enamorado?! No creo que dos encuentros sin pasar 3 oraciones logren enamorar un chico. - Cuídate. - Marcus nota mi cara de confusión, es muy inteligente. Es de esas personas que disfrazan su inteligencia emocional, con una expresión torpe, con aires de un tanto "pseudo-galán".

Son 5:15 PM, tomo las carpetas con los informes incompletos, mi celular, mi chaqueta, mi confusión y los mil y un pensamientos que tengo sobre La chica. Salgo de la oficina dispuesto a regresar a mi hogar... hogar, dulce hogar.

Como de costumbre el viaje en autobús fue tedioso y aburrido, 30 minutos y ya visualizo la parada que está a unos metros de mi dulce almohada. Bajo lentamente de bus, a pasos grandes voy en la acera, personas esquivo por instinto, cansado estoy, agitado, confundido, ¿Por qué Marcus dice que tengo cara de enamorado? ¿Por qué pienso tanto en está chica? ¿Por qué ella me hace tener tantas preguntas? ¿Es ella la chica que está sentada en la entrada de el edifico cabizbaja? Mi caminata se hace más rápida al verla, tratando de llegar antes que el sedan blanco llegue y le aparte de mi vista.

- Hola - ella sube la cabeza de forma inclinada, lentamente. el azul de sus ojos esta enrojecido, su piel de delicada y brillante, esta enrojecida y sus mejillas cubiertas de lágrimas - ¿Como estas? - Creo que era obvio su estado, solo quería lanzarme hacia ella, decirle que todo estaría bien y abrazarle toda la noche.

- Hola, león - su voz esta entrecortada. Su mirada no es la de esta mañana. Su pelo no luce igual, se desarreglo por los sollozos. - Estoy bi... - no pudo terminar aquella mentira por que se escapo un quejido acompañado de más lágrimas. Sin darme cuenta me senté a su lado dejando mis carpetas a mi siniestra. - ¿Qué pasa? - le dije tomando su barbilla suavemente y mirándole a los ojos.

- Solo abrázame, león.- Le abracé y mire el hermoso cielo estrellado. Ella recostó su cabeza en mis piernas, y olvide todo.

Ascenso. [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora