Eѕe día supe dos cosas, la fuerza bruta que hasta ahora era desconocida para mi y lo jodidamente cabreada que estaba.
-"¡¿Que cojones haces?!".- Le grité, acto seguido pudimos escuchar unos fuertes pasos subiendo por la escalera, corrí hacía mi puerta, sin percatarme de que Roy, iba detrás mía, pegué en la puerta justo como se lo había dicho a Manzana, la puerta se entreabrió, dando paso a la cara redonda y sorprendida de Manzana, Roy lo había visto. Miré hacia atrás, Roy y Manzana se miraban boquiabiertos, lo escondí detrás mía, con la cara pálida como el mármol .
-"No dirás nada , ¿verdad?".-Él me miró inerte sin mover un párpado, sin gesticulación, con el corazón desbocado lo observé, esperaba que Roy hubiese cambiado, rezaba por que no le dijese nada al Señor Bastian, Roy seguía paseando su mirada entre Manzana y yo, hasta que se dio media vuelta y se fue, cerré la puerta a toda prisa, y saqué las maletas que tenía dentro del armario.
-"¡Manzana, metete debajo de la cama!".-Grité, estaba segura de que Roy, iba a delatarnos, y eso solo significaba una cosa, tiré toda mi ropa del armario al suelo y empecé a empacarla como pude, en ese momento, fuertes golpes se escucharon en la puerta y la voz de Roy retumbó en la estancia.
-"Abre, Hope"-Dijo con voz grave, me temblaban las piernas, tanto, que juraría que en algún momento iban a fallarme, no creía que iba a acabar todo así, no podía creerlo, lo único que deseaba era salvar a ese pequeño ser, que me observaba con sus enormes ojos verdes lagrimeando, se encontraba debajo de la cama, pero su pequeña cabecita se asomaba por debajo, me acerque a él y le besé la frente.
-"Nadie te hará daño, ¿está bien?"-Susurré acariciándole los pequeños mofletes rosados.
-"Hope, abreme, te haré un favor"-Miré hacía a la puerta con el ceño fruncido, ¿un favor?, me levanté y corrí hacía la puerta, golpeándola en el acto.
-"¿Cómo te atreves a decir que me haces un favor?"-Le escupí con los dientes apretados
-"Hope, tranquilizate, no le he dicho nada al Señor Bastian si es lo que te preocupa, traigo comida y ropa para el chaval".-Susurró, sorprendida, abrí encontrandome con los preciosos ojos de Roy, sacudí la cabeza intentando despejarme y lo dejé pasar, traía consigo una cesta con un bote de leche, un tarro de mermelada de arándanos, agua, pan y manzanas...Me quedé observando el color de las manzanas, verdes como la hierba fresca en primavera, acto seguido Manzana salió de debajo de la cama, y lo observé, su ropa raída era demasiado grande para un niño de su edad, estaba bastante sucia, como si no se la hubiese cambiado en semanas, incluso meses, avergonzado corrió hacia a mi, hundiendo la cabeza entre los pliegues de mi falda, yo le posé la mano en su alborotado pelo y se lo acaricié, cerré la puerta con cerrojo con la otra mano y miré a Roy.
-"He traído también ropa, para que el crio se cambie"-Comentó señalando con la cabeza su mano derecha, que portaba un revoltijo de ropa, asentí agradeciéndole el gesto, me había quedado sin palabras, él siguió hablando.
-"La ropa es del hijo pequeño del Señor Bastian, no creo que le haga falta, tiene mucha ropa"-Murmuró intentando sonreír, yo tenia la cabeza agachada y las manos acariciando la cabeza de Manzana, éste lo miraba receloso, como sino se fiase del todo de él.
-"Gracias Roy, de verdad"-Mi voz salió como una pequeña brisa, él me miró sorprendido, como si no esperase que fuese a hablar siquiera.
-"También puedo traer un barreño, para bañarlo aquí, así nadie lo verá"-Propuso, paseando la mirada de Manzana a mi y viceversa, yo solo pude hacer un gesto con la cabeza, seguidamente Roy frunció los labios y salió de la estancia, ese día Manzana, sólo comió Manzanas.
No hizo preguntas, no me exigió, ni me acuso de absolutamente nada, simplemente se quedó allí, bañando a Manzana.
-"Ese caballito de madera te lo hice yo"-Mencionó Roy mordiéndose el labio y mirándome, lo ignoré y seguí enjabonando a Manzana, que jugaba con el pequeño caballo de madera que le di, cuando vinimos aquí, como si pudiese surcar océanos y mares, incluso barreños, esto me hizo sonreír, si supiese lo que estaba pasando, si entendiese todo lo que podría pasar si se enterase alguien que no debía, de que él se encontraba allí, admiraba su inocencia, y quería que siguiese teniendola, pues la inocencia es el mayor tesoro que porta un niño, nadie podía explotar su burbuja, bastante había tenido que pasar ya, la voz de Roy me sacó de mi ensoñación.
-"¿Te acuerdas?"-Dijo señalando al caballito de entre las manos de Manzana, yo lo miré, claro que lo recordaba, aun puedo sentir la acaricia de la hierba mojada en mis pies, la brisa de campo que me ondeaba el pelo.
Me encontraba a los pies de un sauce, el sauce mas majestuoso del lugar, observaba el orfanato desde lejos, estaba bastante en ruinas, pero era nuestro hogar, era el único sitio donde podíamos ir.
-"¡Hope!"-La voz de Roy resonó por encima mía, estaba en una rama del árbol, saltó frente mi y una sonrisa de oreja a oreja se extendió por mi rostro.
-"¿Donde estabas?"-Había tardado una hora en bajar de allí arriba, sujetaba algo entre las manos y parecía muy emocionado.
-"Toma"-Extendió la mano y en ella había un pequeño caballo de madera, mi rostro se iluminó, de un salto me puse en pie.
-"¡Roy te ha salido por fin!"-Chillé emocionada, cogí el caballo entre mis manos y lo acaricié, de repente noté la mano de Roy detrás de mi nuca, empujandome hacia él, rozando sus labios con los mios, robandome otro beso, seguidamente mi cara enrojeció, y lo aparté de un empujón, cuando iba a abrir la boca para insultarlo, una voz me calló
-"¡Hey idiotas, dejad de coquetear!"-Gritó Dylan, era un chico del orfanato, bastante delgado, tenía una mirada enfurruñada casi siempre, pero nos lo pasabamos muy bien juntos, era nuevo, al parecer su padre intentó abusar sexualmente de él y su madre era adicta al crack, así que huyó de su casa y buscó refugio en el orfanato, aun así no perdía nunca la sonrisa.
-"¡Vamos a que esperáis, las tartas del Señor Apariccio no se robarán solas!"-Gritó entusiasmado, agarrándonos del brazo, le habíamos hablado de ellas, esponjosas y tan dulces que con solo un bocado podias tocar el cielo, corrimos por el sendero para llegar a la pequeña casa azul donde vivía aquel hombre, eramos inocentes, y por dios, solo yo sé lo que deseaba volver a aquella época.
Actualidad
-"¿Hope?"-Me llamó Roy, me había quedado pensativa, se me habían quedado mirando, yo los observé a los dos.
-"Vamos a sacar a Manzana ya"-Me levanté, y lo saqué de la tina, echándole por encima una toalla suave y secándolo, sacándole una que otra risa.
-"Ahora estás mucho más guapo cariño"-Le besé su pequeña frente sin percatarme de que Roy, me observaba.
-"Hope"-Lo miré extrañada-"Escapemos"
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Hope
RomanceHope, era pequeña, muy pequeña, tanto, que creian que no sobreviviria la primera noche en aquel orfanato, la llamaron Hope, esperanza, con los resquicios de una guerra inhumana a sus espaldas Hope intentaba sobrevivir, como todos al fin y al cabo...