–"¡Esperame Roy!". -Grité apoyandome en las rodillas, intentaba alcanzarlo pero era demasiado rápido. Siempre pasabamos el tiempo en la pradera frente al orfanato, era lo más cerca que estabamos de ser libres.
De repente paró en seco, cuando pude alcanzarlo, me percaté de que su mirada se posaba en un viejo sauce, me miró y me agarró de los hombros.–"¿Qué haces?"—Intenté descifrar que rondaba por su cabeza, pero, antes de que me diese cuenta, estabamos cayendo colina abajo entre un revoltijo de piernas y brazos, caimos sobre el mullido manto de césped verde que cubría toda la pradera. No podía dejar de reír, estaba tan ensimismada en mis pensamientos que no me di cuenta de Roy, que me miraba serio, pensativo.
-"¿Qué pasa? ". -Comenté mirandolo extrañada sonriendo.
-" Hope Langertef". -Susurró, nunca nadie mencionaba mi apellido, principalmente por que solo Ama y Roy sabían de su existencia. Noté un ligero toque en los labios y un tinte granate se instaló en mis mejillas, el corazón se me aceleró, antes de que pudiese reaccionar, Roy se levantó con una sonrisa y me miró.
-"¿Qué te pasa Hope? Te veo un poco colorada". -Comentó burlón mientras una sonrisa pícara adornaba su rostro.
-"¡Nada!". -Grité empezando a correr camino al orfanato. Eran tiempos bonitos, eran tiempos donde la inocencia estaba a la orden del día, eran tiempos de paz.
Allí estaba, con una bata de seda blanca, esperandome con una copa de vino en la mano, la sensación nauseabunda que siempre experimentaba en este tipo de situaciones me inundó el pecho, no tendría más de 30 años, pero tenía una musculatura bastante más atlética de lo que esperaba, el pelo negro azabache coronaba su cabeza, y sus ojos azul verdosos denotaban frialdad, y unas pequeñas arrugas en las comisuras de la boca se formaban enmarcando una sonrisa, entré en la estancia, cerrando tras de mi.
—"Señor"–Asentí con la cabeza en forma de saludo, me hizo un gesto con la mano para que me acercase, yo obedecí cauta, dando pasos pequeños.
–"Hope, supongo ¿no?"—Asentí llegando hasta él, éste me levanto el rostro con el dedo índice clavando sus ojos en mi, ahora que lo veia de cerca podria jurar que en su infancia estaba repleto de pecas.
–"¿Tienes miedo, Hope?"—Preguntó con sorna.
–"Nunca"—Dije murmurando una de las mentiras mas faciles del ser humanos.
–"Bien"—Me engullió los labios con los suyos como un hambriento, y yo se los mordí, éste emitió un pequeño quejido.
–"No me gusta que me controlen, así que te sugiero estarte quietecita.
–"Ya somos dos"—Dije desafiante, éste me dio la vuelta y me estampó contra la mesa, desesperada intenté quitarmelo de encima, pero era totalmente inútil, noté como me arrancaba las bragas y se bajaba los pantalones, estaba harta de abusos, estaba harta de maltratos, apreté los dientes cuando lo noté introducirse en mi, miré en frente de mi, intentando distraer la mente, topandome con un candelabro, "es mi oportunidad" pensé, en un momento de distracción agarré el candelabro y lo azoté con fuerza tras de mi, liberandome. Me acerqué a él con cautela, intentando descifrar si estaba muerto u no, le di con el pie y se mantenía inmovil.–"Lo he matado"—Tartamudee incrédula–"He matado a mi señor—Una lucecita se alumbró en mi cabeza y me iluminó la mente.–"Si Madame me ha vendido a este señor, y está muerto... soy libre"—Me tapé la boca con la mano izquierda temblando, me dispuse a soltar el candelabro cuando aquel tipo se levantó con un grito, haciendo que le golpease de nuevo con más fuerza.
–"Lo siento, pero no estoy dispuesta a más dolor"—Dije dejando caer el candelabro al lado de su cabeza, donde se estaba formando un río de sangre y sesos.
Salí de la habitación impasible, topandome con Adele.
–"¿Qué tal?"—Preguntó con voz temblorosa.
–"Genial, pero, hazme el favor, arregla la habitacion 2 de mi parte, la he dejado un poco...sucia"—Contesté con una sonrisa
–"Claro, Hope"—Tartamudeo extrañada viendo como me alejaba del lugar.
Toqué en la trampilla de la buhardilla, y esperé impasible, con un ligero crujido se entreabrió dando paso a Manzana, rápidamente entré en la habitación, y rebusque en los armarios unas pequeñas maletas, tendría sólo 10 min para salir de allí desde el momento en que escuchase a Adele gritar, y otros 10 desde que ésta llegase a la habitación a limpiarla, y por consiguiente se encontrase con el cadáver de aquel tipo. Metí lo indispensable en las maletas, entre otras comida, la cual guardaba entre los cajones, escuché como Adele gritaba, agarré a Manzana a caballito y bajé por las escaleras, escuché como algunos pasos se dirigían hacía nosotros así que me apresuré a salir por la puerta trasera, por fortuna estaba cerca de la buhardilla, nos esperaba una vida diferente y sabía quien nos podría ayudar.

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Hope
RomanceHope, era pequeña, muy pequeña, tanto, que creian que no sobreviviria la primera noche en aquel orfanato, la llamaron Hope, esperanza, con los resquicios de una guerra inhumana a sus espaldas Hope intentaba sobrevivir, como todos al fin y al cabo...