- ¿Qué? - respondió a la insistente llamada con un tono de voz bastante desagradable.
- ¡Hijo! Tienes que volver a casa. - dijo la señora Way eufórica.
- ¿Para qué? ¿Para verte como un zombie, llorando y paseandote por la casa como un alma en pena mientras recuerdas a Anthony? Ni hablar.
- No es por eso. - respondió con el tono de voz elevado. - Idiota, si te llamo es para decirte que Anthony a vuelto Gerard, mi pequeño esta aquí. - tras oír aquellas palabras su móvil se escurrió de sus manos para caer en el suelo, mientras salía una voz apenas audible gritando "Gerard".
Para que más y para que menos, 10 años sin saber nada de su hermano, 10 años culpándose por lo ocurrido, 10 años atormentado, emborrachándose...
Conforme entro en razón no tardo ni una milésima de segundo en arreglarse y marcharse por patas a la casa grande, donde vivían sus padres con Mikey, su otro hermano.
- ¡Hola! - abrió Donna la puerta.
- ¿Dónde esta Anthony? - entro sin saludar, ojeando el interior.
- Ahora se encuentra en su habitación - respondió Donna un tanto enfadada por la actitud tan poco amorosa de su hijo hacia ella.
Gerard se sabía la casa de "p a pa" y aunque hubiese pasado un cierto tiempo sin venir se acordaba hasta del mas mínimo detalle, la casa, bastante grande, disponía de dos plantas, las cuales ambas gozaban de gran espacio, por lo que cuando el pelirrojo salio zumbando hasta la habitación de su pequeño hermano no tuvo el riesgo de tener algún tropiezo.
Toco varias veces la puerta, pero nadie le abría, no sabía que hacer, si esperar a que le abriera o entrar del tirón. ¿Pero... Y sí estaba durmiendo, o ha salido? A saber, solo se podría saber abriendo la puerta y eso hizo, encontrándose un Anthony bastante cambiado. Quedo embelesado al verlo.
Ya no era un niño, estaba algo crecidito, no tanto, de su 1,63 no pasaba, tenía el pelo larguito llegándole casi a los hombros, su cara seguía siendo igual de adorable o incluso más, sus ojos parecían estar más oscuros no sabría que conclusión sacar, quizás es que es mucho tiempo sin verle y apenas recuerda el color de sus ojos o es que realmente le cambiaron o... Una idea absurda le paso por la mente.
- Hola... - Gerard saludo de forma boba.
- Hola - respondió apenas con fuerza.
- ¿Sabes quién soy? ¿Te acuerdas de mí? - le sonrió.
-Sí, eres mi hermano mayor. - jugaba con sus dedos.
El ambiente estaba incomodo y tanto Gerard como Anthony carraspearon la garganta.
-Buenoo - el pelirrojo rasco su cabeza mirando toda la habitación hasta dar con la guitarra que a Anthony le regalaron un año antes del cumpleaños que fue raptado. - ¿Te acuerdas? - se la señalo. Anthony dudoso afirmo.
Gerard se levanto hacia ella para llevarla ante su hermano.
- Es muy bonita. - sonrió Anthony.
- Sí, tu estabas loca por ella, hasta le pusiste nombre.
- Sí...
Se la dejo sobre sus manos, el menor se la acomodo y paso sus dedos sobre las cuerdas.
- ¿Por qué no tocas algo?
- ¿Eh? - se congelo.
- ¿Qué pasa? Tú la tocabas muy bien. - le miro fijamente.
- Yo... No recuerdo como se tocaba... - agacho la cabeza, su cabello lacio cayo tapándole la cara.
- Bueno...Da igual, tienes tiempo para volver a empezar - poso la mano en su hombro. - Bueno, voy abajo un momento a ver a Mikey y eso - restregó sus manos sobre los pantalones y después hizo un ademán de adiós.
- Ese no es Anthony - llevo las manos a su cabeza histérico.
Tras salir de la habitación fue a paso ligero a la habitación de Mikey, estaba muy confuso y necesitaba hablar con alguien, alguien que le entendiera.
- ¿Cómo no va a serlo?
- No, no es, enserio, ¿lo has visto?
- Gerard, son muchos años ya, esta cambiado, sufrió mucho y eso también es parte de su actitud, pero es él.
Los dos estaban sentados uno a lado del otro en la cama sin decir palabra alguna. Gerard no podía creer nada de lo que le decía Mikey para él ese no era su hermano pequeño y punto.
-¿Como te va todo? -Mikey rompió el hielo.
-Bien. - guardo sus manos en los bolsillos de la chaqueta.
-¿Estas en serio? - se enfado Mikey. - Mama y Papa no están muy contentos contigo ¿sabes?
- Lo sé y no me importa, que estén como quieran.
- No digas eso, son nuestros padres.
- ¿Y? Ellos me vieron como su hijo cuando "murió Anthony" o a ti ¿eh?
- Bueno, lo estaban pasando mal, es comprensible.
- No, no lo es, porque a mi también se me murió un hermano sabes, y a ti. - aparto las lágrimas de sus mejillas - y aún así seguimos adelante juntos, ellos podrían haber hecho lo mismo pero nooo siempre eran lágrimas y Anthony...
- Gerard... - susurro Michael en un tono triste, veía a su hermano como secaba sus lágrimas.
- Me voy, voy a... No se, beber... - quedo con la mirada en la puerta
Mikey no dijo nada, ya estaba harto de estar advirtiéndole que tenga cuidado, que no beba tanto, que vaya a un especialista y miles de cosas más y que no hiciera caso por lo que para qué gastar saliva.
- ¿Qué te pongo cariño? - hablo la camarera del local, era una chica algo alta, aparentaba buen cuerpo cara bonita con unos labios carnositos, desde el punto de Gerard solo se le veía medio cuerpo, vestía un chaleco rojo que dejaba ver sus brazos con tatuajes.
- Dame una botella de chinchón. -le respondió indiferente.
La chica se giro ante la gran repisa que tenía a sus espaldas y busco la botella para después dejarla sobre la barra haciendo un sonoro sonido.
Gerard no dijo nada y se dedico a su botella.- Yo me llamo Lynz ¿y tú? - se animó la camarera al verlo deprimido.
- Gerard. - volvió a darle un largo buche a su botella.
- Bonito nombre, por un momento pensé que serías elmo. - alzo su ceja izquierda mientras sonreía.
- Vaya, que gracia - disimulo una carcajada falsa.
- ¿El sentido del humor dónde lo tienes? ELMO.
- Dame otra botella de chinchón, anda.
Y eso hizo, cuando ya iba a la mitad de la segunda apenas y sabía donde estaba o que hacía.
*En el encabezado están Gerard, Lyndsey y Frank, por si alguien no lo sabe>.<*
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¿De Verdad Somos Hermanos? [FRERARD]
Fanfiction¿Qué pasa cuando tu hermano pequeño es secuestrado? ¿Cuándo después de eso tu familia se destruye? ¿Cuando ya nada es lo mismo? Pero peor aún ¿Qué pasa cuándo este regresa? Muchos secretos se esconden.