You've Fallen For Me » Harry Styles

El trencito Harry

Harry

Algo no estaba bien, podía sentirlo. Y estaba casi seguro de quien era el culpable.

—Toma —Le entregué un vaso de chocolate caliente a Bree y me senté junto a ella.

Estábamos en algún centro de cuidado animal de la zona esperando por el diagnóstico del cachorro, y a pesar de haber estado de acuerdo en traerlo, Bree no había vuelto a dirigirme la palabra.

En la mañana deduje que su comportamiento repelente y callado en el estudio eran resultado de mi irresponsable actitud en Funky buddha, pero había algo más.

Algo que ella no estaba dispuesta a decirme y que seguramente ni su amigo Miles sabia.

—Gracias —Murmuro, abrazando el vaso de cartón entre sus manos con tatuajes y uñas con barniz negro.

—Tienes algo —Dije, casi seguro de que era verdad.

—Claro que no —Volvió a murmurar, su actitud carecía de la insolencia usual en ella.

Malo

Respire profundo, la única manera de sacarle un secreto a una persona con éxito era...

Decirle uno tuyo.

—Hace unas semanas —Vaya que pasaba rápido el tiempo— preguntaste quien era Megan, y sonara extraño, pero la conocí mientras intentaba escaparme.

—¿Te escapaste? —Al parecer había llamado su atención, porque ahora si me veía a los ojos.

—Lo intente, si —Sonríe al recordarlo, aun cuando habían sido tiempos realmente oscuros para mí, fueron extremadamente brillantes para la banda— Pero no lo logre, por ella.

Todo había tenido lugar luego de una acalorada discusión con Margaret (Si, desde el comienzo ha sido una perra malhumorada). Discusión que me había llevado a tomar las pocas cosas que tenía a la mano e ir a la estación para subir al primer tren que me llevara lo suficientemente lejos de Londres, y la presión de ser una súper estrella que venía con ella.

Y entonces la vi. Acurrucada en una esquina de la estación esperando el último tren del día, con el mismo aire de fugitiva que seguramente tenía.

—Deja de mirarme —Dije, un poco preocupado de ser reconocido.

—Lo siento —Dijo, volviendo nuevamente su rostro hacia donde estaba recostada— no quería incomodarte, eres famoso.

—No soy famoso —Replique— Soy una persona normal.

Ella se rió, y de un memento a otro terminamos tan concentrados en nuestra discusión que perdimos el tren.

—Vaya comienzo que tuvo su relación —Bree se burló y rodó los ojos.