Capítulo XVII: Enamorada

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En un día comenzaba una nueva etapa en mi vida, un nuevo hogar, nuevas personas a conocer, lejos de aquí, el lugar en el que me crié.

Luego de que Naruto y yo nos despertamos, desayunamos y salimos a caminar. Decidimos pasear, fuimos al cine.

-¿Qué podemos ver?-Me preguntó.
-Cualquier cosa estaría bien-Sonreí.
-Estamos aquí por ti, decide tú-Tomó mi mano derecha y la guardo en su bolsillo junto a la suya.
-Pues... Esa-Apunté a una cartelera de una película de acción.
-De acuerdo-Sonrió.

Pagamos la entrada y en 15 minutos ya estabamos dentro de la sala, dos horas y cuarenta minutos de película. Fue divertida más que de acción. Luego tomamos un café, y seguimos disfrutando de la ciudad.

-¿Y si nos sacamos una foto?-Propuso él, yo pestañe sorprendida.
-¿Una foto?-
-No tenemos ninguna, y quiero al menos una-
-De acuerdo-

Como estábamos pasando por una plaza nos sentamos en una banca, él saco su celular y nos sacamos al menos más de cinco.

-¡Bien! Sigamos-

Ya estaba cansada de caminar, sinceramente, ¿Qué estábamos haciendo?. Seguimos así hasta llegar a un local de videojuegos.

-¿Entramos?-Me preguntó y yo asentí.

Jugamos carreras, cabe decir que perdí horriblemente, al menos cinco vueltas de ventaja debió tener Naruto. También jugamos simuladores y juegos de pelea, en the king of fighter no soy mala, creo que gané.

-¿Podemos volver?-Pregunté.
-¿Te estás aburriendo?-
-Simplemente estoy cansada-
-Es mejor así, luego podrás dormir en el viaje-Me dijo sonriendo.

"¿Qué con esa sonrisa? No sonrías imbécil. Estoy por irme no sonrías como si fuera bueno viajar" Pensé al mismo tiempo que imaginaba mil formas de asesinarlo lenta y dolorosamente.

-Pues quiero estar despierta así lo disfruto aún más-Contesté con una gran sonrisa.
-¿Ah?-puso expresión tonta-De acuerdo-Me devolvió la sonrisa.

"Te mataré Naruto, te mataré" volví a pensar.

Salimos del lugar y estabamos justo en el momento del atardecer.

-Estuvimos fuera mucho tiempo-Dije.
-Si, paso muy rápido el día-suspiró.
-Dime Naruto... ¿A qué universidad irás?-Pregunté.
-Creo que a una de Tokyo, son cosas de mis padres a mí me da igual-
-Ya veo...-Suspire-Mañana será un largo día-
-Pero será divertido-
-¿Divertido?-Lo miré seria.
-Pues si, comienzas una nueva etapa... ambos-Me sonrió.
-No es como si quisiera-
-No actúes como una niña, tu padre hace lo que cree mejor para ti-
-... ¿Siempre pensaste eso?-Fruncí el ceño.
-No siempre, pero hay que madurar, algunas cosas pasan por algo, si tú te vas es para mejor, seguro consigues grandes cosas allí, trabajo, familia, etc-
-¿Es mejor que me vaya entonces?-Levanté una ceja.
-No es lo que quise decir Hinata-Se rasco la nuca.
-No entiendo a que quieres llegar, hoy actuaste muy amable haciéndome pasar un agradable día pero también actúas como si no importara nada que me voy-
-Pues quiero que pases un buen día, será tu último día en Japón, no sabes siquiera si volverás y estamos perdiendo aquí el tiempo en puras discusiones sin sentido-
-Es que... No entiendo nada, eres increíble-Me tape el rostro.
-¿increíble...?-
-Si, puedes manejarme a tu antojo con cada cosa que dices-
-¿Qué quieres decir?-Pareció molestarse.
-Pues eso, al mismo tiempo que me alegras el día también me lo entristeces, no comprendo en que momento empezaste a hacerlo pero sé que lo haces muy bien-
-Si te hago mal entonces me voy-Metió las manos en sus bolsillos.
-¿¡Es qué nunca entenderás!?... Estoy enamorada de ti, no me hagas esto... Quiero decir, no actúes como si no importara porque importa mucho, me cuesta irme sabiendo que tú te quedas aquí, sabiendo que probablemente no nos veremos en años o que incluso no nos veremos de nuevo, entonces por favor... No quiero dejar las cosas así-
-Me cuesta mucho entenderte-Suspiró.
-¿No fui demasiado clara?-
-Claro que sí pero, creo que lo que menos importa es nuestra relación, hay que afrontar que esto acabó, obviamente cuando tú te vayas seguiré mi vida y tendré otra pareja, normalmente tú haras lo mismo... El hecho de que llores y te enojes no sirve, nada cambiará, pero si te hace sentir mejor entonces hazlo-Me dirigió una de sus miradas más distantes, de esas totalmente frías que te congelan.
-¿Acabas de decir que terminamos?-Levanté una ceja.
-Vamos Hinata, querramos o no mañana termina todo, no vuelvas este día un mal recuerdo-
-Pero es que no comprendo, pensé que esto era difícil para ti también-Comencé a llorar sin desearlo, estaba llena de vergüenza, ¿Cómo iba a permitirle verme llorar cuando me humillo tanto?. Me seque el rostro con las manos-Estoy enamorada de ti-Dije por segunda vez.
-Ya lo sé-Me miró.
-Te amo, supongo que también lo sabes-Estaba completamente seria.
-También lo sé-Él no tenía ninguna expresión.
-Gracias por todo, nos vemos-Me di vuelta y caminé en dirección a mi casa. Sentí su mirada hasta que estuve un poco lejos, voltee y él ya caminaba en dirección contraria.

La gente me miraba con lástima ¿Acaso se notaban aún las lágrimas? No me importaba. Seguí caminando siendo juzgada por un buen rato, llegué a una plaza pequeña que estaba cerca de mi casa y me senté en el pasto, aún no deseaba volver aunque ya era de noche.

Lloré en silencio, estaba sola, nadie podía juzgarme.

Tomé mi cartera y me levanté, llegué a mi casa y Shion que bajaba las escaleras paro en seco.

-¿Qué te sucedió?-Me miró preocupada.

¿Acaso será que el ver a alguien te hace más débil? Porque aunque ya había llorado demasiado, al oír a mi hermana otras lágrimas siguieron a las anteriores.

Shion bajó rápido y me abrazó, aunque no sabía que sucedía, su abrazo me consolo demasiado.
Ambas subimos y estuve obligada a narrarle todo.

-Es un imbécil-Suspiró y luego hizo diferentes muecas de enojo. Yo no conteste, no podía-Creo que es mejor que comas algo y duermas, ha sido un largo día para ti, mañana será incluso más largo, no pienses tanto en lo que paso hoy y descansa, toma una ducha-

Salí de su habitación e hice lo que dijo, primero me bañé y luego cené mentras veía televisión, cuando estaba por acostarme revisé mi celular, tenía algunos mensajes, entre ellos algunos de Naruto, pero claro que antes de que pasara todo, eran las fotos que me envió en la plaza.

¿Yo sola seré tan débil? Es una simple foto, una inútil foto, nada más. Pero verla hizo que llorara ¿Cuántas veces lloraria? Después de todo fue un día duro. Me dormí luego de un rato, aunque sinceramente sentí no haber dormido nada.

Esa chica falsaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora