Loui subió el volumen a su celular a todo lo que daba, pero aún así podía escuchar las respiraciones agitadas desde más allá de sus auriculares. Cerró los ojos e intentó concentrarse en la guitarra sonando violentamente en sus oídos. Las respiraciones agitadas habían comenzado con una tos al final del pasillo, y luego más y más alto; hasta que se convirtieron en arcadas, entonces vino la falta de aire. Alguien se estaba muriendo, o quizás, era la cosa de que la enfermedad se presentaba físicamente solo de noche. Loui no podía afirmarlo. Muy pocas veces había tenido que ser internado en un hospital, y no había sido exactamente por un ataque violento.
Se quitó los auriculares y los puso a un lado. Se levantó de la cama y abrió la puerta de la habitación, y tan tentador como el infierno; Loui se encaminó hacia el final del estrecho pasillo donde solo unas finas paredes hechas de piedras separaban a los mentalmente inestables de los físicamente irreversibles. Caminó y caminó hasta encontrarse con aquella puerta iluminada tenuemente por la luna. La respiración agitada era cada vez más desesperada. Sin embargo, Loui no se acercó más de lo que quería, solo se quedó allí, mirando hacia la mujer en la cama que trataba de llegar hasta su mesa de luz y a penas respiraba. En su mente, Loui se acercaba corriendo hacia ella y la ayudaba a tomar lo que sea que quisiera alcanzar. Pero entonces, la mujer con un suspiro pesado tiró de un aparato que se encontraba en la mesa de luz, y las luces del hospital se tornaron rojas. Loui escuchó a los doctores corriendo las escaleras a una velocidad atropelladora, y los miró por encima de él hacia la habitación de la mujer.
Loui se pegó a la pared.
Se preguntó si aquel era el momento donde tendría que correr y volver a su habitación, pero como vio que nadie lo había visto hasta entonces, se dejó quedar allí, mirando a los doctores moviéndose rápidamente en la habitación. Tuvo un atisbo de la mujer, que se sacudía frenéticamente en la cama, mientras las venas le marcaban gran parte de sus brazos y cuello. Los médicos se gritaban entre sí. Entonces la mujer se desplomó.
Loui dejó de respirar.
Los doctores decidieron ir por algún calmante, pero entonces, todo se volvió confuso. La mujer en la cama abrió los ojos y le retiró la aguja al doctor; y se lo clavó en el corazón. Todos soltaron un grito— incluido Loui— pero antes de que alguien dijera algo, la mujer abrió sus ojos y lanzó un potente alarido. Tan potente que las ventanas de su habitación se abrieron de par en par y, lanzaron las cortinas y cualquier papel o pequeña cosa que se encontrara cerca, al aire.
...
De alguna manera, Loui, al despertar, se controló de soltar un grito del susto. Solo había sido un sueño, un terrible sueño. En sus oídos seguía sonando Bethoveen en su quinta estación. Volvió a dormirse luego de unos minutos. En la mañana se encontró a sí mismo acostado en el suelo a dos centímetros de la cama y, entonces, en un sobresalto, supo que lo que había sucedido la noche anterior no podía ser posible.
—Entra— fue lo que dijo el enfermero con una voz neutral—. Tu psiquiatra te está esperando.
—Es una sesión— confirmó Loui. El enfermero lo miró con neutralidad y luego se fue, caminando tranquilamente por el pasillo. Si Loui no supiera que era un enfermero, creería que sólo era un paciente más.
Luego de estar un momento afuera, pensando en escapar corriendo escaleras abajo, Loui suspiró fuertemente y golpeó la puerta con los nudillos.
—¡Pase!— dijeron del otro lado.
Loui entró en la pequeña habitación. El médico lo miró detrás de sus gafas y lo hizo sentarse frente a él, en un sofá de cuero marrón.
—Hola, Loui— le dijo el hombre—. Soy el Sr. Malejh, pero puedes llamarme Archer. Seré tu psiquiatra a partir de hoy, ¿de acuerdo?
No. Loui no estaba de acuerdo. De hecho se sentía super incómodo en aquel diminuto sofá, frente a aquel hombre, pero asintió lentamente. La cabeza le empezaba a pesar.
—Bien. Comencemos— dijo Archer para sí mismo—. ¿Sabes por qué estás aquí?
—Sí— los ojos de Loui casi se revolearon, de no ser por la mirada casi de rayo láser que le lanzaba Archer.
—¿Me lo podrías decir?
—Rompí las ventanas del auto de mi padre— murmuró Loui.
—Sí. Pero no es lo único por lo que estás aquí, y lo sabes.
—No es algo de lo que quiera hablar ahora— volvió a murmurar.
Las uñas de Loui comenzaron a rasgar el cuero de los puños del sofá.
—Descuida, eres mi único paciencia por hoy— por el rostro de Archer se extendió una sonrisa desafiante—. Así que, tengo todo el día.
Loui apretó sus párpados con los dedos unos minutos, y al abrir los ojos, la mirada rayo láser del Sr. Malejh estaba borrosa. Todo parecía estar lejos de él y él estaba lejos de todo. La voz de Archer se hizo eco, cada vez menos entendible. Como si le hablara en otra lengua.
Sólo así, Loui pudo tranquilizarse.

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El Vestigio
Mystery / ThrillerLuego de haber visto a su hermana menor agonizar en sus brazos, Loui comienza a tener extrañas visiones y sensaciones, que poco a poco lo arrastran a la locura.